Capítulo Siete.

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—¿A dónde mierda vas con eso? —Preguntó Jaekyung desde el salón al ver como su ángel intentaba escabullirse por la puerta con una estufa en sus manos y un par de mantas térmicas.

—Es para el humano Dan, tiene frío por las noches por culpa de la señora humedad. —Explicó inocentemente, intentando esconder tras él los objetos que iba a tomar prestados sin permiso.

No había entendido la explicación dada por el arcángel sobre qué era la humedad, al final se quedó pensando que era una señora a la que le gustaba el frío y lo iba esparciendo por todos lados.

—No vas a robarme nada para dárselo a ese. —Advirtió frunciendo el ceño, cruzado de brazos y piernas.

—¡Pero en su casa hace mucho frío! —Se justificó en súplica.

—¿Tiene casa? Yo pensaba que vivía debajo de un puente. —Se burló una vez más de su desgraciado masajista.

Ahora era el ángel el que fruncía el ceño e hinchaba sus mejillas de forma frustrada, acto ya común en su comportamiento.

—¿Y quién te manda ir a su casa? No tienes que ir ahí para nada, de hecho, te prohíbo que vuelvas a ir. —Añadió como orden, ya no tenía ese tono burlesco, ahora parecía estar muy molesto.

—¡Pero-! —Protestó en vano, iba a explicarle que ahora también era el ángel de Dan, pero fue interrumpido.

—Cállate y abre esa bolsa. —Ordenó apuntando hacia la susodicha bolsa que estaba apoyada sobre la mesa de la cocina.

Obedeció revoloteando hacia la misteriosa bolsa y la abrió encontrándose con varios paquetes.

Al abrirlos, encontró varios artículos entre ellos: un conjunto de toallas, un albornoz y un pijama.

—Ve a bañarte y ponte eso. —Ordenó Jaekyung levantándose del sofá.

—¡Bien, bien! ¡Ropita! ¡Ya no tendré frío! ¡El humano Jaekyung ya es bueno! —Canturreó mientras saltaba en el aire de alegría, ya no tendría que ir a todas partes únicamente vestido con la minúscula tela que le había traído el arcángel.

De hecho se había resfriado de tanto visitar la casa fría de Dan.

—Hoy te bañarás tú solo, yo ya me duché en el gimnasio. Pero a partir de ahora nos bañaremos juntos y me darás un masaje todos los días, además me prepararás la cena. —Informó Jaekyung de las nuevas tareas que tendría que hacer su ángel.

—¿Eso no lo hacía el humano Dan? —Preguntó confuso ladeando la cabeza al no entender muy bien lo que estaba ocurriendo.

El inocente ángel no sabía lo que realmente ocurría cuando Dan y Jaekyung estaban a solas en la habitación. Pensaba que eran unos simples masajes para aliviar tensiones y ejercicios de estiramiento, porque fue lo que le dijo Dan cuando le preguntó.

—Y báñate bien, esta noche dormirás conmigo. —Siguió con sus órdenes ignorando la pregunta que el ángel le hizo.

—Pero dijiste que tenía que dormir fuera en el suelo porque todo lo dejo lleno de plumas. —Recordó lo que le había dicho el primer día cuando intentó dormir dentro del apartamento.

—Ve a bañarte y deja de preguntar tanto. —Protestó elevando la voz, cansándose del interrogatorio.

Cumplió con las órdenes de Jaekyung tomando la bolsa y dirigiéndose hacia el baño.

Esperaría a que su humano durmiese profundamente para poder llevarle la estufa y las mantas a Dan.

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Ángel De La Guarda | JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora