El 13 de Octubre de 1972, en la magnitud de la cordillera de los Andes, un avión de la fuerza área uruguaya se chocó.
29 personas sobrevivieron al impacto, pero tendrán que enfrentarse a la dura realidad, donde el ser humano no es más que una pequeñ...
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Día 20, cuatro días sepultados.
Un Numa ya cansado le pega al vidrio intentando buscar una salida de este cementerio. Estamos mal, creo que ya no hace falta decirlo. Si antes no respirábamos por tener los pulmones congelados, ahora añadimos que no hay oxígeno.
Fito me abraza y mueve sus manos para darme calor mientras yo intento respirar lo más tranquila posible, así utilizo menos dióxido de carbono, porque hasta alturas es lo que hay.
-¡Veo el cielo!-El grito de mi hermano me sobresalta y me enderezo.
Moncho va de una hacia al agujero y a petición de Numa pasa primero por ser más pequeño.
-Dale, dale-Lo alienta Numa. Poco a poco van saliendo cada uno.
Mi pecho se hincha y lloro de la alegría, nos salvamos, otra vez, estamos de pie, estamos respirando y con ganas de seguir luchando hasta abandonar los miles de kilómetros de nieve.
Entre Fito y Dan me suben a insistencia mía, no querían por miedo a que me lastime ya mis inservibles pies, pero no puedo quedarme acá un momento más, necesito sol, oxígeno y siquiera poderme mover un centímetro.
-¡Hay sol!-Me dice un feliz Fito terminándome de subir.
Gritos de alegría inunda mis oídos y rio sin poder evitarlo, estiro mis piernas con ayuda de mis manos y giro mi cabeza hacia arriba con los ojos cerrados. Estoy viva, sigo viva y no pienso renunciar a eso.
Gustavo viene feliz hacia mi y me abraza, ambos lloramos y sentimos nuevamente la esperanza de que podemos salir de aquí. La acción la copia mi hermano minutos después y se recuesta en mi hombro exhausto, pero satisfecho.
-¡Eh!, ¿Qué se ve?-La voz de Álvaro se escucha desde el pequeño hueco por donde salimos.
Mi carcajada resuena en los oídos de mis amigos de manera fuerte y me sigue mi hermano, me duele la panza con el simple hecho de expresar mi efusividad, pero no importa, estamos vivos, sobrevivimos y mientras sea así sacaré una sonrisa, aunque sea lo último que haga.
-¡Estamos vivos!-Grita alguien.
-Estamos vivos-Asegura Numa susurrando-Estamos vivos mi niña-
Le doy un beso en la mejilla y le sobo el cabello-Lo estamos-
-¡Estamos vivos!-
-¡Seguimos acá!-
✈︎✞︎❄︎
Rio al ver a Carlitos arrastrarse por la nieve mientras le tiran bolas de nieve y ahogo un jadeo de dolor. Me apoyo bien en Roberto y arrastro un poco mi pie para avanzar, me duele espantoso, pero me siento bien, por fin los estoy logrando mover.
