I'm Still Standing - La sociedad de la nieve

XII

-Tomá, comé un poco-Acerco el pedazo de carne a mi hermano y él corre la cara-Tenés que comer Numa-Mi voz se quiebra.

Él aleja mi mano con las pocas fuerzas que tiene y suspiro cansada, Numa no ha querido comer y a pesar de que le he rogado no cede.

Muerdo el pedazo y lo parto a la mitad, con la esperanza de que por fin pruebe bocado.

-Mitad y mitad-Bajo la voz para evitar echarme a llorar-No te rindas ahora-

-No me estoy rindiendo Sila, me estoy muriendo-

Todo mi cuerpo se estremece y las lágrimas amenazan con salir, ver que las palabras que tanto me preocupaban salieran de la boca de Numa, solo es una señal de que el ya ha aceptado su destino.

-No...-Niego con la cabeza y la bajo-No digas eso, te lo suplico-

-Perdóname por estar aquí...Me duele no...No hacer más por ustedes-Ignora lo que digo y habla.

Busco la voz como puedo, pero esta sale temorosa, igual a la de una pequeña niña abandonada.

-Dejate de joder-Lo reto-Pensá en vos-

-¿Querés que piense en mí?, mira como estoy. Tengo 25 años Sila, tengo una vida por delante, me queda todo por hacer-

Trago saliva grueso y coloco todas mis fuerzas en no quebrarme.

-Quiero...quiero volver a ver a nuestros hermanos, quiero ver a madre, a padre. Quiero bailar-

-Vos nunca bailás-

-Ya se, pero ahora quiero. Tengo ganas de todo Sila-

El hueco en mi corazón se hace más grande al escucharlo, Numa siempre fue alguien que se dispuso a los demás, a la alegría y verlo así, apagado, sin poder si quiera levantarse por si mismo y sabiendo que sus límites son tantos, me está matando junto a él.

-Quiero reír, quiero llorar-

-Y llorá-Un pequeño líquido rueda en mi mejilla.

-No puedo-

-Llorá-Lo aliento-Dale, dale llorá-

Entre risas suaves y que son como cuchillas de tristeza, Numa con su mano limpia mi cachete.

-Llorá conmigo-Mi voz ruega y mi respiración se va acelerando-¿De qué te reís?, llorá conmigo, dale-Termino la frase con una mínuscula sonrisa.

-Soltalo-Le doy un beso en la cabeza-Dale bobo, dale-

Numa solloza libremente y lo abrazo lo más fuerte que puedo mientras me acaricia el cabello.

-Perdóname por no quedarme más tiempo, hice todo lo posible para que nos fueramos juntos y darle la alegría a mamá, pero me conformaré con que se la des vos-Susurra en mi oído.

-No digas eso-Mi dolor se ahoga en su ropa-No lo digas, te lo suplico, si vos te vas, yo voy con vos-

Él niega la cabeza-No podés-Alza mi cabeza, obligandome a mirarlo-No podés hacer eso Priscila, vos tenés una vida por delante y la fuerza para hacerla-

-No-Subo la voz-Yo no tengo la fuerza para vivir una vida que no sea con vos-Lo agarro de la cara-Siempre hemos sido los dos-

-Sila...-

-Los dos-Lo interrumpo-Al salir a montar bicicleta, a misa, al cocinar, al elegir la música, cuando el otro logra algo, las risas, los llantos-Junto nuestras frentes-Juntos chocamos en el infierno y juntos saldremos-

-Y lo haremos-Asegura-Porque aunque mi cuerpo no este, mi alma siempre irá con vos-

-Numa...-

-Mi pequeña niña de ojos azules...-Acaricia mi pelo-Mi doctora, mi hermanita...-

Mis sollozos se hacen más fuertes y me aprieto más si es posible, él se está despidiendo, ambos sabemos que tal vez sea la última oportunidad que tengamos para hacerlo, pero aun así intento creer que un milagro aparecerá y lo salvará.

-...Eres mi orgullo Priscila, desde que naciste-Me da un beso en la frente-Cumple tu sueño, hazlo por los dos y sigue adelante sin mirar atrás, porque siempre estaré con vos...Cuando vuelvas a casa, cuando te gradúes, cuandos tengas una familia...Yo siempre estaré ahí-

-¿Lo...lo juras?-Un sollozo se interpone en mi camimo y él asiente.

-Siempre juntos Sila-Me pone la cadena plateada que le di antes de la última expedición a la que fue.

-No-Me la vuelvo a quitar y se la pongo-Quiero que algo mío se quede contigo si no volvemos los dos...Tú me la diste y dijiste que si estaba mal ella me reconfortaría, pero no hay cosa que me reconforte más que saber que siempre tendrás una parte de mí-

-Yo te la regale, es tuy...-

-Yo tengo la fe que me la devolverás en Montevideo-Le digo-Solo así estoy dispuesta a recibirla, de resto es tuya-

-Te amo Sila-Me dice después de un silencio.

Le agarro la mano y la aprieto-Saldremos de esta y me demostrarás cuantas amas Numa-

Me recuesto en su pecho y finjo que dormito junto a él.

Me estoy rompiendo por dentro, no hay lágrimas porque no lo quiero molestar, pero dentro mío se está quedando vacío, sin alma. Solo hay una profunda tristeza que puede ser más que cualquier frío, más que la hambre y la sed que siento, es un dolor que ha dado la estocada final para matarme.

Espero y aspiro que ellos mañana ganen, se lo merecen demasiado, cada uno se esforzo mucho.

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