Capítulo 1

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— ¿Me has llamado, tío? —pregunta el joven viendo al mencionado, quien le indica que se siente.

— Tienes que ir a KingsLanding —esto le toma por sorpresa, pero no le dejan hablar porque su tío continúa diciendo—. Tus sueños están siendo cada vez más frecuentes y siempre es en la fortaleza roja, por ello debes ir y llevar esto.

Cregan toma el rollo que le entrega su tío, Eddard Stark Lord de Winterfell. Al desenvolverlo nota que es un pedazo de tela con algo inscrito, pero no se distingue que es, sin embargo, debajo de ello hay algo que le llama la atención.

— Sí, coincide con tu sortija —el símbolo de un dragón de tres cabezas—. No es casualidad que esto se nos haya dejado en el reinado de Rhaenyra I Targaryen, de todas las casas fieles a ella la reina vino a nosotros y nos confío esto. Así mismo sabemos que ese sigilo sólo lo tienen los Targaryen y ahí podrás encontrar la respuesta que quieres. Es hora de que vayas allá, pero además necesito que hagas algo más.

Cregan puede notar una mirada insegura en su tío, pero aun así continúa hablando.

— Rumores llegan de la tierra maldita que rodea KingsLanding aterrorizada por unas criaturas de pesadilla. Dirigidas por Aegon el maldito.

— ¿Aegon?

— Sí, nunca has enfrentado a alguien así. Esta historia comenzó en el año 129 después de la conquista cuando la reina Rhaenyra I Targaryen prometió a los dioses que su familia no descansaría ni Balerion vendría por ellos hasta que eliminarán a Aegon de sus tierras. No han tenido éxito y se está agotando la familia —esto lo dice con pesar—. Su descendiente Rhaegar Targaryen desapareció hace casi doce meses en busca de su esposa Elia. Sólo quedan su hermano, el príncipe Viserys, y el único hijo del matrimonio, el príncipe Jacaerys —al escucharlo, su cabeza duele levemente, pero decide dejarlo pasar—. Si ambos mueren antes de que Aegon sea eliminado ninguna generación de esa familia podrá reunirse con sus antepasados. Hace casi doscientos años que esta familia da sus vidas para que Aegon se concentre en ellos y no recorra los siete reinos.

Cregan asiente mientras digiere la información.

— Desde que eras pequeño y comenzaste con esos sueños supe que te deparaba algo grande, por ello tu entrenamiento era tan exigente. Es momento de que vayas a tu destino.

— ¿Mi madre lo sabe?

— Nunca te mandaría a otro lado sin su autorización, mucho menos a esta misión que determina el sentido de tu vida y de tus visiones. Puedes retirarte.

Hace caso rápidamente y va corriendo a los aposentos de su madre.

Lyanna Stark, su madre, le recibe en sus aposentos con un fuerte abrazo.

— Prométeme, por los antiguos dioses y los nuevos, que vas a volver.

— Lo prometo —ambos sabían que era una mentira, algo que no era seguro, pero prefieren aferrarse a una dulce mentira que a una cruel realidad.

— Ve, descubre el porqué de tus pesadillas.

Desde que tiene uso de razón hubo sueños que le atacaban por las noches. Algunos eran de un bello joven de cabellos castaños, aunque nunca lograba distinguir su rostro, pero sabía que era la persona de su corazón y su mente. Otras veces le asaltaban unas terribles pesadillas, él enfrentándose a una persona de cabellos platinados con una horrenda cicatriz a causa de una quemadura en el lado derecho de su rostro; además del espantoso dolor en su pecho al verse ahí gritándole al platinado; con dicho joven tampoco lograba ver su rostro, solo veía su cicatriz. En esas pesadillas siempre hablaba, pero jamás alcanzaba a escucharse ni escuchar lo que el otro contestaba, solo entendía una última frase por parte del otro.

Can't catch me now - Jacegan/JacegonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora