"Lyanna Stark, su madre, le recibe en sus aposentos con un fuerte abrazo.
- Prométeme, por los antiguos dioses y los nuevos, que vas a volver.
- Lo prometo -ambos sabían que era una mentira, algo que no era seguro, pero prefieren aferrarse a una d...
Ambos se mueven al ritmo del baile, hasta que Aegon se impacienta y acerca a Jace por completo a su cuerpo, quitando las máscaras de ambos rostros. Jace apenas y siente el movimiento a causa de la leche de amapola que lo mantiene mareado.
Acerca su rostro al de Jace y lo besa, probando sus exquisitos labios luego de casi doscientos años.
Su lengua invade la boca de Jace, quien se despertó de su trance y trata de empujarlo, pero no se lo permite. Cuando se siente un poco saciado, se aleja de la boca de su omega, quien respira agitadamente tratando de recuperar el oxígeno que perdió.
- ¿Qué se siente estar de nuevo en mis brazos? -pregunta con satisfacción, moviéndose al son de la música.
- No dejaré que me intercambie con él.
- No tengo intención de intercambiarte y si conozco a Cregan, que así es, el tampoco planea hacer el trueque.
Cregan y Sam ven a la pareja desde el piso superior, y el Stark siente los celos burbujear en su estomago al ver que ese maldito pegarse al príncipe.
- Se me eriza la piel... -susurra Jace con asombro y miedo al sentir la fría presencia del medio dragón. Siente como es volteado para que su espalda quede pegada a la del antiguo Targaryen.
- Eso no es todo lo que puedo hacer con tu piel -responde Aegon acercando sus labios al cuello del otro, recordando las veces en que yacía con Jacaerys en su cama en Dragonstone.
Cregan ve a los malabaristas en el techo y una idea viene a su mente, una muy loca idea.
- Sam, tu tienes que ayudarme.
- No voy a hacer eso... ¿verdad? -pregunta con miedo al ver a los malabaristas.
Aegon lleva al joven Targaryen hacia un gran espejo y le muestra lo que hay en la habitación.
- ¿No formamos una pareja adorable?
- Dioses... -susurra Jace al ver su reflejo y no ver a nadie más ahí cuando la habitación se encontraba llena.
- Estoy buscando un esposo, Jace, alguien fuerte y hermoso. Estoy buscando al Jace que me quitaron hace tiempo.
- Yo no soy él -contesta, recordando los múltiples sueños que tuvo a lo largo de esta travesía con Cregan.
Se recuerda a sí mismo frente a un árbol de los dioses, pero lo extraño es que no era el de la Fortaleza Roja. Vio Cregan junto a él, ambos arrodillados y viéndose con cariño.
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Así mismo otro de sus sueños le mostro otra imagen más hermosa. Ambos poseían una marca de sangre en la frente y sus palmas sangrando, para después besarse con ternura, con devoción... con amor.
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