El Último Hijo De Prospero (Warhammer Horus Heresy x jujutsu kaisen)

Una vida por una legión

El cielo ardía, las voces de sufrimiento hacían eco en el gran océano, montones de conocimiento eran borrados ante las garras de los lobos pero solo había un culpable.
Un único culpable de todo ésto, ese alguien era un gigante carmesí que apreciaba con lágrimas como todo lo que había construido perecía ante el fuego, se trataba de Magnus el rojo y lo que veía era la destrucción de su planeta natal mejor conocido como prospero. Podía oir las voces de su legión, sus hijos, la decimoquinta legión creada por el emperador de la humanidad y conocida por todos como los mil hijos, los hechiceros rojos de prospero, eran exterminados por su pecado....más no intervinio, se había enterado que todo esto era una maquinación de un ente disforme, no permitiría que sus planes se cumplieran no le quedaba de otra más que sacrificarse junto con su legión, por el bien del imperio de su padre y porque no derramará la sangre de su hermano para complacer a aquel ente disforme que se hacia llamar un dios.

Pero las cosas no salieron como esperaba, sus hijos se defendieron del ataque realizando una última defensa desesperada, ¿cuántos de sus hijos quedaban con vida?. Después de todo lo  pasado para volver a ser una legion y no solamente un grupo de astartes, una vez más solo eran los mil hijos, un puñado de astartes que rogaban para que su padre viniera a salvarlos. Él rey carmesí ya no podía ver más, debía actuar, se dio cuenta que esto no era culpa de sus hijos sino suya y, en un momento de iluminación, utilizó sus poderes psíquicos para presentarse enfrente de los lobos espaciales.

Estos eran la VI legión creada por el emperador y su primarca era el verdugo personal de este, un salvaje y borracho incapaz de entender la grandeza del gran océano esa era la opinión de Magnus sobre Leman Russ el primarca de los lobos especiales. Alrededor de Magnus había cuatro facciones: su legión, los mil hijos, los lobos y otros dos bandos más, cutodes y hermanas del silencio (los primeros eran los guardaespaldas personales de su padre, el emperador, pero también servían como una fuerza de combate devastadora y las segundas, lo que más le molestaba después de los lobos, hermanas del silencio. Una unidad especial de guerreras que heredaron un gen paria, esto les permite anular los poderes psíquicos además de ser sumamente dedicadas al emperador o a su tío, Malcador). Sin nada más que hacer, una ola de fuego psíquico se produjo eliminando a varios lobos que estaban por atacar a los pocos mil hijos que quedaban

- Russ!, es a mi a quien buscas, aleja a tus lobos de mis hijos- su mirada se poso fija en el rey lobo, este era todo lo contrario a Magnus física y mentalmente, Magnus era un titan carmesí de varios metros. El más grande pero ésto era solo una fachada ya que el combate físico no era lo suyo sino el combate psíquico, su armadura era dorada que terminaba en dos cuernos los cuales salian de sus hombros, por otro lado se encontraba el rey lobo con una de las estaturas más bajas entre sus hermanos, rubio con unos ojos esmeralda, un salvaje que busca conflicto pero al igual que con Magnus esto también es una fachada.
La distancia se acortó, el rey de los lobos se encontraba cara a cara con el rey de los hechiceros. La armadura grisácea del primero apenas tenía desgaste de sus combates previos pero el rey carmesí noto algo que le dibujo una pequeña sonrisa aún en está situación, varias de las pieles de animal que tenía en la armadura estaban quemadas por lo que parecían ataques psíquicos, quizás sus hijos no eran los más fuertes pero ver esa hazaña le demostraba lo capaces que eran sus hijos incluso si debían enfrentarse a un ser como el primarca de los lobos espaciales
- tu locura acaba aquí Magnus!- Russ fijó su espada en dirección al rey de los hechiceros, este último sabía lo capaz que era su hermano y apesar de todo todavía había una forma para evitar esto.

......

En otro lugar del cosmos.
La escuela de hechicería, a las 9:30 pm