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Carlo. (A partir de ahora las perspectivas estarán hechas en tercera persona)

El camino en tren fue demasiado largo, debía volver, el lo sabía, pero algo dentro de el le decía que no lo hiciera.

Quizás debería esperar un poco más.

Iba a ir al pueblo en el que se crío, los flashbacks iban a estar, el dolor de todo lo que Toni tuvo que soportar antes de acabar en una lápida.
No quería verlo, pero lo sentía como una obligación, debía aceptar la realidad, comenzar a entender mejor a su hermano mayor.

Aún sentía un poco de resentimiento, el nunca fue alguien que perdonaba rápido, Carlo Gambino era una persona que normalmente no perdonaba, y aunque su corazón estaba en paz y sabia lo que su hermano hizo por el, su mente seguia diciéndole que esto era culpa de Toni y que nunca le tendría que haber dejado a su suerte. Aunque realmente hizo todo para protegerle.

Y en camino a aquella colina, en la que Toni y Carlo alguna vez tuvieron tantos recuerdos, pero todo el camino de ida era muy largo...
Una corazonada le dijo lo contrario.
Era difícil a este punto, realmente no quería saberlo, y mucho menos sentir la decepción de saber que quizás solo estaba en una etapa de negación, que quizás solamente se estaba haciendo ilusiones.

Siguió mirando fuera de la ventana, José se bajo en otra parada, como siempre, como se había acostumbrado, ahora estaba solo y no tenía a donde ir.

Otra vez solo. Otra vez sin nadie que le apoyará en sus decisiones.

Costó mucho que el italiano se sintiera calmado en su sitio, realmente no llego a calmarse del todo, pero bajo la guardia un poco y se permitió poder sentir un poco de tranquilidad.

Aquí nadie podía hacerle daño, y aunque lo intentarán, creía en sus habilidades lo suficiente como para saber que podría acabar con mucha gente en una pelea.
En eso trabajaba, el era un mafioso, el sabía lo que hacer, como derrotar a cualquiera. Había pasado por mucho, el dolor de la incertidumbre, ¿Su hermano está vivo o no?, ver a muchos de sus amigos falleciendo o solo los problemas que un negocio basado en el crimen y la droga causaba, podría decirse que había vivido una vida.

Pero este era el sueño de los dos, y se negaba a seguir con su negocio sin estar seguro de que su fratello estuviera bajo tierra.

Quizás era apresurado, quizás era una idiotez, pero daría el mundo por  ver los ojos azules de su hermano brillar por una sola vez más,  por reir con el y seguir con sus locuras.
Era estúpido como puedes amar tanto a alguien hasta este punto.

Toni fue lo único que tuvo, y siempre sería lo único que necesitaría. Nadie podría probar lo contrario.

-

Cuando llego a la parada y se bajo, miro a la estación de tren, aquí estaban, este era el pueblo de su infancia, los inicios, sus orígenes.

La estación de tren había cambiado mucho, había poca gente alrededor, pero al final era un pueblo pequeño, no le extrañaba mucho y tampoco pensó demasiado en ello.

Siguió caminando, cada paso le hacía ver todas las memorias que había pasado aquí, como si todo estuviera volviendo a ocurrir.

_

Hace muchos años, los dos niños corrían a través de la estación de tren, lo amaban, eran esos momentos en los que sentían que el mundo no podía hacer nada contra ellos, se sentían libres, les encantaba ese sentimiento.

-¡Vamos Carlo!- El pequeño Toni gritó con voz risueña, mientras ganaba a su menor en la pequeña carrera que habían comenzado.

-¡Espera!- Carlo exclamó, intentando seguir con los pasos de su frattelo mayor, pero teniendo dificultades para hacerlo.

★*VIVOS*★  London eye rp (BAJO REESCRITURA MASIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora