44° terribles noticias

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Ya casi son las cuatro, una hora y media desde que inició la ceremonia y decir que no ha sido aburrido sería mentir. Los graduados son muchos y esperar a que llamen a cada uno de ellos para que llegue el turno de su amada era una tortura para Naruto, aunque de igual forma espera paciente.
A su lado izquierdo está su hijo mayor sin disimular su fastidio y al derecho kiba y hinata, ha notado miradas sutiles que la morocha le ha lanzado al moreno, pero él no se intromete en sus asuntos, eso es problema de dos, no suyo.

— qué aburrimiento — gruñe su hijo sin importarle que lo escuchen

Naruto lo golpea en la parte trasera de la cabeza — compórtate, Gaara... no porque sea aburrido en exceso debes decirlo.
Al pelinegro solo le queda reírse y seguir mirando al primer nivel del auditorio donde el rector llama a los graduados para entregarle sus diplomas. Los cuatro están junto a los demás invitados de los graduados sentados debajo. Terminan de llamar a todos, incluso a sasuke y Naruto  no paró de sacarle fotos con su cámara mientras le entregaban su título de veterinario.

 Luego de otra hora más, el rector comienza a llamar a los graduados con honores, desde los más bajos hasta llegar a los más altos.

— para este año tenemos a dos merecedores del cum lauden — habla el rector, lee la nota en sus manos — el primero es un joven que tuvo un total de 96.3 puntos en sus calificaciones, Kiba Uzumaki.
El auditorio se llena de aplausos mientras el mencionado vampiro camina hasta el escenario en busca de su reconocimiento y una enorme sonrisa en su rostro se acerca al podio, pero en lugar de dar el típico discurso de agradimiento, toma el micrófono de su base para acercarlo a su boca tan solo decir dos palabras.

— ¡boom, bitch! — deja caer el micrófono como típico rapero, haciendo que todos comiencen a reír mientras él lanza besos y el rector lo mira mal.
— bien — el rector llama la atención de todos luego de tomar el micrófono y que se callan — es un honor para mí presentarles a quien ha obtenido la puntuación más alta registrado en esta universidad, persona que se ha dado a destacar siempre con buenas calificaciones y respeto aunque tuvo un pequeño desliz, pero eso no le impidió superarse — hace una pausa para leer — con un total de 98.9 puntos, me complace entregarle el suma cum lauden a Sasuke Uchiha
Naruto no puede contener su sonrisa de orgullo al igual que los demás. Sus compañeros están eufóricos mientras aplauden y gritan e incluso Gaara esboza una sonrisa ante semejante mérito. Sasuke avanza entre sus compañeros, sus ojos empañados por la emoción y felicidad. Sube al escenario donde el rector estrecha su mano y lo felicita entregándole la estatuilla de cristal con el reconocimiento impreso y el estuche con su anillo de graduación. El toma todo y de tanta emoción que siente, se toma la libertad de abrazar al recto quien se queja perplejo.
— si algunas palabras, por favor — le pide a lo que el asiente y se acerca al podium donde está el micrófono.

Abre la boca, pero de el no sale nada. No, no es un ataque de pánico — lo siento... — habla ya sin su sonrisa en su rostro. Jadea llevando su mano a su pecho, las lágrimas corren por sus mejillas. Naruto, quien observa todo se encuentra alerta, de pie y sostenido de las barandas del balcón, está alerta — me duele... — escucha la voz de su amado como un susurro en su oído, sus palabras solo las ha escuchado él.
La ve poner los ojos en blanco y sin perder el tiempo se sube a las barandas para tomar impulso y de un salto tan rápido que ni siquiera los vampiros presentes pudieron verle, llega al escenario amortiguando su caída con su poder para no romperlo con el impacto. Atrapa a Sasuke antes de que este cayera inerte, lo toma por la cintura sin importarle que los demás lo vean. Kiba y Gaara llegan hasta él de inmediato.
— uno de ustedes vaya en busca de sus cosas y el otro tomo esto — señala la estatuilla y el estuche con el anillo — debemos irnos de inmediato.

Kiba se va en busca de lo ordenado y Gaara toma todo lo demás. Naruto carga a su esposo y desaparece con el en brazos en cuestión de segundos. Pronto Kiba y Gaara lo siguen, dejando a todos los presentes confusos por lo sucedido.

—Naruto—

Observo a sasu quien está inconsciente sobre la camilla conectado al oxigeno y a un electrocardiógrafo. Lo he traído de emergencia a la clínica privada de u n amigo hace media hora, desde entonces le han realizado todo tipo de pruebas y llegaron a un resultado: ha tenido un infarto.
Esa noticia me ha dejado confuso y a la vez con un mal sabor de boca ¿cómo es posible que le dé eso con apenas diecinueve años y estando tan saludable? El nunca ha mostrado nada extraño, solo ayer con ese repentino dolor.
No lo entiendo.

— padre — Gaara entra a la habitación y mira a sasu — ¿ha dicho algo más el doctor?Niego — no lo he vuelto a ver, hace un par de minutos dijo que traería a un cardiólogo, no debe tardar.

La mira como si la analizara en su cabeza, yo me siento a su lado y tomo su mano para besarla y acariciar su pelo en espera del doctor que llega casi diez minutos después. Le hace una serie de pruebas y análisis y luego de una hora me da una respuesta.

— lo que tiene es enfermedad arterial coronaria, en otras palabras tiene depósitos de grasa en sus arterias coronarias y eso obstruye el flujo sanguíneo y por ende no puede llegar al corazón correctamente — habla anotando cosas en su tablón — lo recomendable es una dieta estricta baja o nula de grasa, hacer ejercicio, dejar de fumar si lo hace y por supuesto... — arranca la hoja para pasármela — tomar sus medicamentos a la hora exacta. Señor Uzumaki, por favor siga mis indicaciones para que el estado de su esposo no empeore.
— gracias, doctor — asiente y sale de la habitación. Le entrego la receta a gaara — encárgate de esto, por favor.

Se va sin protestar. Miro a Mi amor y suspiro sin saber cómo demonios ha sucedido esto.

—Sasuke—

Coloco los libros en el lugar que le corresponde a cada uno y al terminar recojo todo el papeleo del escritorio para luego salir de la oficina con dirección a la cocina donde está gaara comiendo cereal — para ser sincero contigo, creí que lo tuyo era más la carne cruda y no el cereal con lo machorro que eres.

Frunce el ceño mientras me ve rodeando la encimera — no soy estéril.

Ahora es mi turno de fruncir el ceño — ¿y quién ha hablado de eso?

Resopla dejando caer su cuchara dentro del tazón — ¿usas términos de los cuales desconoces sus significado? Machorro es un hombre estéril, doncel estúpido — vuelve a tomar la cuchara — sigo creyendo que se equivocaron al darte ese reconocimiento.
Me cruzo de brazos — que no te mate la envidia, feo paliducho.Empieza una guerra de miradas fulminantes que se detiene solo cuando aparece Naruto con ese horrible frasco que mueve haciendo sonar las pastillas en su interior. De inmediato lloriqueo, no quiero tomar eso — sin protestas, sasu — toma un vaso de la alacena y sirve un poco de agua en él — sabes que debes tomarlas.
— pero es que son enormes y amargas, saben feo.
Toma mi mano y vierte en ella el frasco dejando caer una pastilla, tan solo con sentir el horrible olor que emanan me siento asqueado — no lo pienses, solo tómala. — respiro profundo y me la tomo rápido no queriendo sentir el horrible sabor, pero es en vano. Pongo mueca de asco y gruño. Veo a Naruto sonreír conforme y me da un beso en la frente — Hinata te espera en la alberca.
Asiento y recibo su beso en mis labios para luego verlo irse. Me fijo en gaara quien se encuentra mofándose de mi expresión de hace rato. Molesta y sin pensarlo le lanzo lo primero que encuentro y al instante me arrepiento pues resulta ser un pequeño cuchillo, pero respiro aliviada al ver como lo atrapa con sus dedos y por la hoja. Me mira sin expresión en su rostro con el cuchillo al lado de su cabeza.
— buena atrapada, hijo mío.
Frunce el ceño — no, ni siquiera vuelvas a imaginar esa frase en tu cabeza de nuevo.Le sonrío con maldad mientras tomo una manzana del frutero y luego rodeo la encimera, me coloco detrás suyo y hablo en su oído — pues te guste o no ahora soy tu madrastra, estúpido vampiro.

—Naruto—
—despierta, cariño — siento sus delicadas manos acariciando mis brazos y sus labios en mi mejilla — hora de despertar.

Abro los ojos — ¿ya te vas?

— no aún, la reunión con el arquitecto es a las once, estaba aburrido y por eso te he despertado.

— ¿quieres que sigamos hablando contigo en mi espalda? — el se ríe.

— este lugar es muy cómodo, me gusta estar así — ronronea sobre mí — hueles muy bien.

— muchas gracias, Candy.

Hoy es un día importante para el, tiene una reunión con un arquitecto a quien le dirá sus ideas y él las plasmará en unos planos para crear la mejor clínica veterinaria del mundo, según palabras de el.

— ¿ya tomaste tus pastillas? — le pregunto a cabo de un rato en agradable silencio.
— sí, señor — sube aún más a mí — por las calles hay rumores de que estoy embarazado porque me desmayé en la graduación ¿qué opinas?

— ¿por qué siento que tu pregunta tiene trampa? — cuestiono sincero, haciéndolo reír.
— ¿sabes? Se me acaba de ocurrir una idea — lleva sus labios a mi oído — ¿por qué no hacemos algo productivo antes de irme?

Me lamo los labios — ¿como qué?

Me besa el cuello — sabes muy bien a lo que me refiero, cariño.
Espero paciente a que se baje de mi espalda para apoyar mi peso en mis brazos y lo miro. Tiene una sonrisa pícara mientras baja el cierre delantero de su blusa dejando al descubierto su pecho.  Elevo mis cejas intrigado y me giro completo, quedando boca arriba, el desabrocha su pantalón  y lo baja sin dejar de mirarme hasta que queda solo en ropa interior,  me encanta.
— ¿qué dice, jefe...? — murmura gateando hasta quedar suspendido sobre mi cuerpo — ¿le gustaría practicar como tener hijos conmigo.

Sonrío viendo como baja mi pantalón de pijama — vaya manera poco sutil de pedir sexo.

— no tengo que disimular nada, quiero tu cuerpo y eso es todo.

Observo como retira mi bóxer dejando libre a mi pequeño amigo ansioso de sentirlo. Me muerdo el labio al ver como se quita el panti para colocarse de nuevo sobre mí y poco a poco hace que mi pene entre en el.
— no quiero que me hagas el amor, naruto — habla de repente, mirándome a los ojos — quiero que seas duro, salvaje y rápido. Átame a la cama y azótame — la miro con sorpresa — es una orden, sé duro conmigo.
Dejo escapar una risa — mi deber es complacerte.

Lo tomo de la cintura para hacerlo subir y baja, clavándome fuerte y profundo en el, dejándolo sin palabras. Repito lo mismo una y otra vez con una mano mientras que con la otra le presto toda mi atención a su miembro. El se arquea, sosteniéndose del respaldo de la cama y mordiéndose el labio, lo cual aumenta más mi lívido ya que me encanta su expresión lasciva. Lo empujo contra la cama y rápido lo giro a lo que el se pone sobre sus rodillas y con su pelo en mi mano derecha lo embisto muy rápido como lo pidió.

Su cuerpo comienza a temblar después de unos segundos mientras que su pulso se acelera. Yo me río, inclinándome hacia el para hablarle al oído sin dejar de embestirlo — eso ha sido rápido, sasu — me salgo de el para girarlo sin nada de delicadeza haciendo que su espalda quede contra el colchón. Me mira con los ojos llenos de lágrimas, el rostro rojo y su respiración agitada.

Separo sus piernas y la sostengo de la cintura para elevar esa parte a mi altura y volver a entrar en el — pero esto aún no acaba.

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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elegido de dracula - narusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora