Una vez que se metieron a las tiendas Caramelo se metió con ellos, Aerys estaba con un dormido Joffrey sobre su pecho y Rhaenyra lo miraba con una sonrisa, recordando el día que su último dragón nació.
- ¿Por qué me miras así? - pregunta Aerys confundido.
- ¿Así como? - le pregunta confundida.
- No se, raro. - Rhaenyra se ríe de su respuesta y acaricia su cara.
- Me gusto tú canción. - le dice.
- ¿Hay algo de mi que no te guste? - pregunta con una sonrisa altanera Aerys.
- Que te quieras ir. - le responde en un susurró.
- Debo hacerlo.
- Quiero que te quedes. Podes quedarte. Si no querés gobernar conmigo, no lo hagas. Pero por favor no me dejes. - le suplica.
- No lo entendes, mi lugar no es tú a lado. - vuelve repetir.
- ¿Por qué? Quiero entenderlo. Decime el por qué Aerys.
- Por qué ni tú, ni mi hermano, reinan Poniente. Es tú hijo quien lo hace. Ya te conté mi sueño, en él vi a tú hijo ser rey de los Siete reinos. Vos y Aegon se mueren. Jamás te sentarás en ese trono, si no cambiamos las cosas ahora. Pero eh aquí que Daenerys es descendiente tuya y de de Daemon. Fue tu sangre la que tocó la daga, y de tu sangre nace la princesa prometida. - explica.
- ¿La daga? - pregunta confundida Rhaenyra.
- Si, la daga del conquistador, con la que mi madre te quiso matar el otro día. - suelta en un suspiro Aerys.
- Esa daga te apuñaló a ti Aerys - le dice pensando en la información que le dio. - De tú sangre descendiende Daenerys ahora Aerys - lo llama sentándose y dándose cuenta de algo - Cuando recibiste la puñalada por mi, ya cambiaste la historia. Si Jace no es quien se sienta en el trono y lo hace un hijo mío y de Daemon, ahora que tú sangre fue la que tocó la daga, es tú hijo quien se debe sentar al trono. Eso cambia todo. - Aerys se pone pálido, más de lo que ya es y mira asustado a su hermana. Por eso no volvió a soñar con la danza, con las muertes de sus hermanos, sus sobrino, con la caída de su casa. Pero la constante que no cambia es que Daenerys sigue siendo de la sangre de Rhaenyra. Al caer en cuenta de cómo cambió todo, se asusta y mira a Rhaenyra con miedo y su cuerpo comienza a temblar. La princesa al verlo así se acerca a él y lo abraza mientras lo consuela.
- Tranquilo todo estará bien - le susurra mientras besa su sien y caricia su cabeza.
- Te das cuenta que si lo hacemos, les estarás dando lo que ellos quieren. Un niño con su sangre en el trono.- le cuenta su miedo.
- Será mi hijo, no importa lo demás. Yo seré reina y nombraré a nuestro hijo mi heredero. Cuando Jace sea mayor y pueda comprender mejor las cosas le explicaré el porqué de esta decisión y él lo entenderá. Pero para que eso suceda tú debes quedarte conmigo, no puedo hacer esto sin ti. - trata de calmarlo.
- Tengo miedo. Estaba preparado para morir, no para esto. Estoy aterrado Rhaenyra. - dice Aerys con la voz quebrada.
- Tranquilo, yo estoy contigo, no estás solo, ya no más. Enfrentaremos esto juntos. Si yo quedo en cinta y tenemos un varón lo presentaremos a la corte y le diré al rey mi deseo de que nuestro hijo sea mi heredero y así evitaremos la guerra.
- Nunca obtendremos lo que queremos.
- ¿Que querés decir con eso querido?
- Cuando soñaba con ser papá, - comienza a contar mientras acaricia la pequeña espalda de Joffrey y lo mira con amor - quería hacerlo solo porque quería formar una familia junto a la mujer que amaba. Tener un fruto de nuestro amor. No que sea una herramienta política. El casarme y tener hijos solo por deber. Eso hizo mi madre y me tuvo sin amor. No deseaba eso con mis hijos, quería que ellos... - su voz se quiebra al final y un par de lágrimas caen de sus ojos.