Enzo Vogrincic, actor famoso, interpreta a Numa Turcatti en "La Sociedad de la Nieve". Saltó a la fama y es el dueño de internet.
Curiosamente, su amigo, Matias Recalt, tiene una hermana.
El resto es historia.
Enzo y Matías se vieron, no se que hablaron, pero Enzo vino a verme después. Hablamos y pasamos el día juntos, subió una historia y las redes explotaron. Miles y miles de comentarios con dudas, excusas y necesitadas de explicaciones. También subió una historia del moño que le había puesto en su brazo, con un texto que decía "Coquette 🎀". La pasamos muy bien, ya que hoy era nuestro día de descanso. Picnic, restaurante, casa, fotos, destacadas y amor. - Tu nombre es largo, ¿te puedo decir amor? - Mi nombre son 4 letras. - dijo riendo. - Déjate conquistar, idiota. - demostré una mueca de enojo. - Si, podes, princesa. - le puso un tono sarcástico y me puse nerviosa. Se dio vuelta, y al cabo de unos minutos, me empezó a hablar del rodaje. Empecé a bromear con él, y se estaba riendo bastante. Aproveche para sacarle una foto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Es tan lindo y se ve tan lindo, tan perfecto. Seguimos nuestro día normal, de la manito y uno que otro piquito rápido, lo normal. Cada uno se fue a su casa, ambos tristes, ya que no nos queríamos separar.
Llegue y hice la misma rutina. Me bañe, cambié, skincare y a relajarme. Leí un poco el guión también, para estar prepada. Era un día extraño, después de Enzo, se sentía muy vacío, como uno normal.
Al día siguiente, fui al rodaje y estaba Enzo, hablando con su maquillista. De a momentos veía como se le encimaba, pero no me importó tanto. Después de un rato, vino Hernan a hablar conmigo. Es uno del rodaje, el mejor amigo del protagonista.
- Hola, Agus. - chocamos las manos y nos sonreímos. Arrancamos a hablar, nos reíamos bastante y fue divertido. Derrepente, siento una mirada clavarse sobre mi. Me di vuelta y era Enzo. Simplemente me reí, cuando lo veo que me guiña el ojo y me hace la seña de ir a los baños.
- ¿Me bancas un toque que voy al baño? - Dale, no te preocupes.
Llegue y Enzo estaba apoyado en la pared, con cara de orto.
- ¿Qué pasó? - me agarro del brazo y me tiro hacía él. - ¿Qué hacías entre risitas con Hernan? - dijo, enojado. - Ahhh. ¿Estás celoso? - Sí, y mucho, tanto para hacer un escándalo. Lo besé mientras él me tenía agarrada de la cintura, impidiendo que me pueda mover. - No te quiero cerca de él si se puede evitar. Si no, voy a estar cerca todo el tiempo y soy capaz de muchas cosas. - ¿Enserio, amor? Nombrame una. - Tenes el cuello muy vacío. - dijo, con frialdad. Ahí entendí todo y escondí mi cabeza en su pecho. - Tarado que sos. Volvimos al rodaje y todo siguió normal, hasta que terminado el rodaje, me llama Hernan.
- No puedo ahora, me tengo que ir. - intente irme, pero me agarro y me tiro para atrás. Aparte, Enzo no estaba cerca, no se donde estaba. - ¿Qué querés? - dije, con enojo. - Mira. Te vengo mirando desde que arrancamos el rodaje, y sos muy linda. Me encantas, quiero que seamos algo. Me quedé callada y trague saliva. - No, Hernan. Discúlpame, pero apenas te note. No siento nada por vos y no quiero nada romántico. - Va a ser por las buenas o por las malas, elegí vos. - ¿Me estás amenazando, ridículo? Me agarro del pelo y me empujó contra una pared, golpeándome, bruscamente. - Vos no me vas a decir si queres o no, mucho menos insultarme. Me tenes que hacer caso porque yo soy el hombre acá. Vos sos una puta más que me quiero garchar, ¿sí? Me vas a hacer caso quieras o no. Le pateé los huevos y me fui, corriendo. Enzo me vio y me grito, para que vaya con él.
- ¡Agus! - estaba feliz, lo estaba. Vio mi cara de susto y pelo desordenado, también tenia los ojos un poco llorosos. - Perdón, Enzo. - me fui corriendo unas 10 cuadras, hasta que me senté, bajo la lluvia a respirar. - ¡Agustina! - me doy vuelta, Enzo. - ¿vos estás loca? Te vas a enfermar, ¿por qué corriste así? ¿Estás bien? - Nada, déjame. - me levanté para irme, pero me agarro del brazo. Lo mire, con cara de susto a su agarre, así que me soltó. - ¿Qué te pasó? - dijo, preocupado. No pude contener las lágrimas y me largue a llorar, para luego abrazarlo. Tuve que contarle todo, y obvio que no estaba contento, para nada.
- ¿Por qué no me dijiste nada? Pude haber hecho algo ahí mismo. - No quiero que te metas en quilombos, menos por mí. - Te voy a llevar a lo de Mati. Me llevo y Mati me recibió, me vio con los ojos llorosos y asustada, con Enzo alado con cara de enojo y abrazándome.
- ¿Qué pasó acá loco? ¿Qué le hiciste? - me atrajo a él, mientras me inspeccionaba. - Nada, Mati. Yo no fui. Quédate con ella, te necesita. Abracé a Enzo y le agradecí, se fue en su auto y me quedé con Mati. Le explique todo, detalle por detalle y momento por momento. Estaba asustado y enojado, obviamente.
- ¿No te lastimo, no? ¿Estás bien? - No, estoy bien igual. Pero tuve miedo, mucho. Me hizo acordar a Ricardo. - Ni lo menciones a ese. Quédate hoy conmigo, yo te voy a llevar al ensayo y me voy a quedar, junto con Enzo.
Al día siguiente, llegamos ambos. Mati le explicó a Enzo lo que iba a hacer y él estuvo de acuerdo. Enzo me agarraba de la cintura y no se alejaba de mí. Si lo hacía, Mati venía. El rodaje fue difícil, ya que tenía miedo y a 2 guardaespaldas, con ganas de matar a todos atrás mío. Salimos y todo estaba bien, hasta que sale Hernan.
- Amor. - susurra Enzo. - Métete al auto, con Mati ahí vamos. Eso hice, sin quejarme, sin preguntar. Los vi a ambos con Hernan y supe todo lo que iba a pasar, así que ni me preocupe. 10 minutos después, entraron al auto, y pude ver a Hernan en el piso, sangrando.
- ¿Qué le hicieron? - Lo que tuve que haber hecho con Ricardo. - dijo Mati, mientras Enzo se reía. Me fui a lo de Enzo, ya que Enzo no me quería dejar sola.
- UNO. - gritaba Enzo. - ¡AGARRA CUATRO, PELOTUDO! - gritaba yo, apoyando una carta. - CAMBIO A ROJO. - PERO LA CONCHA DE TU VIEJA, CHUPAME LA PIJA. Termine ganando, Enzo se estreso y tuvimos una batalla campal. Después nos dimos muuuuchos besos, me la pase sentada arriba de él, parecía que las sillas no existían. Dormimos juntos, como ya era habitual.
- Amor. - le dije. - ¿Mhm? - respondió, dormido. - Te amo. - Yo más, mi vida.
Luego de eso, nos dormimos, abrazados y dándonos múltiples besos.