El estrés de vivir en una ciudad tan ajetreada puede hacerte tomar decisiones tan impulsivas como irte de vacaciones a una isla completamente extraña sin saber absolutamente nada de ella.
Tienes dinero, lo puedes hacer todo ¿A quien no le gustaría...
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Nicholas se encontraba ayudando a los japoneses a salir de el yate volcado, pues la gravedad estaba siendo un poco duros con ellos.
-Bien.. ya es completamente de noche, pero ¿Y la luna?- preguntó Yuma, quien se encontraba enganchado al brazo izquierdo de Yixiang, pues en el derecho estaba Harua, y es que estaban un poquitos asustados, sus corazones todavía latían con fuerza después de el susto que se llevaron con esa extraña entidad.
-Hay muchas nubes.. no se puede ver..- susurró fastidiado Nicholas mientras chasqueaba la lengua, se supone que ese sería el día indicado para poder encontrar a la persona o cosa que Yusuho le había dicho que encontrara.
-¡Miren! ¡Las nubes se están dispersando!- habló emocionado Harua señalando el cielo, admirando la luz de la hermosa luna llena, que por alguna razón se veía gigante.
Cuando se encontraba admirando la luna, observaron un gran destello que se formó en el mar, justo donde estaba el reflejo de la gran luna plateada.
-¿Q-qué es eso..?-murmuró quedito Nakakita, observando como unos ojos azules resaltaban de aquel reflejo, sus corazones volvieron a latir con fuerza, Harua casi pierde el equilibrio por un momento, si es que no hubiera sido porque estaba agarrado por Nicholas, el hubiera caído a las rocas donde ellos estaban.
Una cabellera blanca se observó salir de las tranquilas aguas, seguido a esto se notó un hermoso rostro casi irreal.
-E-eres tú..- murmuró Harua, abriendo sus ojos en demasía y con un destello hermoso en ellos.
-¿Quién es Harua?- preguntó a la defensiva Nicholas, mientras colocaba a ambos japoneses a sus espaldas para protegerlos y resguardarlos.
-Es el mismo chico que ví ayer.. es él- exclamó con entusiasmo de volverlo a ver, sentía una gran emoción cada vez que lo veía además de que su belleza lo dejaba muy loco.
Los tres chicos observaron como este chico sirena sonrió de una manera perfecta, sus dientes eran tan blancos como la luna y tan derechos como las columnas.
-Disculpen mi ofensa, no me he presentado.. Mi nombre es Maki y yo los guiaré a ustedes; Nicholas Wang, Yuma Nakakita y Harua Shigeta...a su destino con el líder de esta hermosa isla.- su voz era melódica, además de que mientras hablaba, se acercaba más y más a la orilla, notandose una gran luz cuando llegó por completo a tierra firme, y lo más sorprendente era que estaba caminado..
-E-espera.. ¿Tú no eras una sirena..?- preguntó algo asustado Yuma, mientas retrocedía un poco.
-Lo soy, pero puedo convertirme en humano gracias a este collar.- señaló un collar de caracol hermoso, tenía luces azules y negras, era como una galaxia.
Nakakita y Wang se miraron intrigados y desconfiados, aunque ese chico había dicho sus nombres no significaría que estaba diciendo la verdad, deberían conversar los tres antes de irse con él.
