La Criatura del Valle

LA BODA DE LUTO

Gertrudis Cañadilla, era una hermosa joven de aquella zona, su vivienda era quizás la más cercana al gran picacho, la familia, era una de las más asediadas por aquellos animales que buscaban alimentos durante la noche, Gertrudis y toda su familia, compuesta por tres hermanos varones menores que ella y sus dos padres, esta hermosa mujer decía haber visto en varias ocasiones aquel extraño ser, siempre próximo a la hora del anochecer, ella decía sentirse observada, quizás nadie nunca le creyó, su novio Raudilio Aldereguía era un modesto joven del otro lado del Valle, llegado el día del matrimonio la boda se celebraba normalmente, solo que a la hora en que las sombras comenzaron a cubrir el campo y las luces fueron prendidas,  los que estaban fuera de la vivienda corrieron al interior de la misma, se armó una gran confusión, varios hombres intentaron cerrar la puerta, pero habían varios muebles que lo impedían, en los cuales varias personas sentadas gustaban sus bebidas y golosinas, la confusión era enorme, nadie sabía a ciencias ciertas que estaba  sucediendo, los novios se presentaron en la sala al escuchar tanto alboroto,  de pronto, viniendo del exterior penetró en la iluminada sala una figura humanoide, tenía el rostro cubierto por una negra barba y abundante cabellera , era muy alto, con una musculatura que haría la envidia del más exigente;  inmediatamente se sintió un olor nauseabundo, el extraño ser se acercó de un salto a los novios, tiró de la mano de la joven, pero el novio plantándose ante él le golpeó en pleno rostro, el peludo ser pareció sentirse amenazado con aquel apto y  tomando al joven con una mano por el cuello lo levantó como si fuera una brizna a pesar de su tamaño, luego lo lanzó sobre una meseta   de hormigón que dividía la sala del comedor, el joven dio con su cabeza contra el muro de concreto, se escuchó un golpe seco con un leve quejido; el extraño ser volvió a tomar a la chica, esta vez varias personas le arremetieron de golpe, hombres, mujeres, con objetos de diferentes naturaleza, todo cuanto estaba al alcance de las manos, pero para aquellos invitados quizás hubiese sido mejor no haberlo hecho;  aquel  terrible  humanoide comenzó a girar ,a tirar  zarpazos en su alrededor, sus uñas parecían las garras de un oso, tenía la fortaleza de éste, varias personas yacían en el piso desfigurados sus rostros,  otros estaban completamente inmóviles, la confusión seguía en aumento, alguien le dio un terrible golpe al humanoide en su extremidad superior con un tubo de metal muy pesado que utilizaban para una puerta en la cocina de la vivienda,  el extraño personaje  emitió un grito o algo parecido, saltando por una de las ventanas se perdió en la oscuridad de la noche; Por un momento reinó un silencio absoluto. El salón parecía un campo macabro donde el infierno de Dante era solo una película; La luz del día se filtraba a través de los árboles, la noche había pasado como una enorme pesadilla, el Valle aún estaba entre la niebla baja, pero la copa de los árboles se doraban por la luz del amanecer; Varias personas se arremolinaban ante un enorme caney que hacía algunas  veces por círculo social o algo así. En su interior yacían en sus ataúdes los cuerpos de cinco personas, entre ellos el novio de la boda, los presentes no parecían comprender lo que había sucedido, era algo insólito para aquel lugar, nadie podía dar crédito a lo que estaban viviendo. Jamás cosa igual se había presenciado en aquellos sitios
Los familiares de las víctimas parecían estar en las peores de las pesadillas, pero no, ante ellos como mudos testigos estaban los cuerpos de sus seres queridos. A lo lejos se escuchaban autos y llamadas de los hombres que junto a la policía y el ejército escalaban el gran picacho.
Cientos de personas esperaban el regreso de los hombres, un helicóptero dejó su carga de hombres en la misma cima del picacho.
Las horas transcurrían interminables, llegó la hora de sepultar los cuerpos, sobre las cinco de la tarde un enorme silencio sólo roto por el ruido de los pies sobre la grava del camino. Los féretros fueron llevados en hombros hasta el cementerio local.