Can't catch me now

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Izuku terminó de atender la consulta antes de sumergirse de nuevo en su investigación, se había vuelto famoso en el mundo de la medicina a pesar de no tener una peculiaridad que le ayudara, sobre todo por ser joven y haber publicado varios artículos de investigación, aunque su excito probablemente se debía a la carente vida social que tenía fuera del trabajo, incluso en sus descansos, cuando tenía una idea corría a escribirla, tal como lo había hecho cuando era un niño obsesionado con los héroes, aún lo estaba, pero ahora era más una curiosidad médica que otra cosa.

Escuchó el tono de llamada de su celular, al tomarlo y ver el remitente suspiró, sin saber si responderle a su hermana o dejar que la llamada se perdiera, al final, terminó por responder de mala gana, aguantando un suspiro lleno de cansancio.

—¡Izu, tenemos fecha para la boda! Mamá y yo queremos ver los vestidos ¡Por favor, ven con nosotras!— Ochaco estaba prácticamente saltando al otro lado de la llamada, sonriendo con entusiasmo a su madre mientras esperaba la respuesta de su hermano, sintiéndose un poco mal por la respuesta de él.

—Ochaco, no tengo tiempo, tengo cosas qué hacer.

—Pero, vamos Izu, soy tu hermana y quiero que estés presente, eso me haría feliz....

—... Bien, pero será después de mi trabajo, ahora déjame tranquilo hasta las dos de la tarde. — Izuku colgó sin más, un poco cansado del asunto, solo quería llegar a su casa y dormir un poco después de tanto estrés, es decir, amaba su trabajo, pero en los últimos días no tenía motivación alguna para siquiera entusiasmarse por un nuevo descubrimiento.

En otro lado de la ciudad, Katsuki también se encontraba en su hora de descanso, era normal que comiera junto con sus amigos, sin embargo, debido a los horarios rotativos casi todos ellos se encontraban patrullando o descansando en sus casas. La soledad no le molestaba, de hecho, a veces sentía que la necesitaba, era como una polilla siendo atraída a la luz, comer solo tampoco era un problema, pero había días en los que le resultaba fastidioso estar solo, en donde solo quería a alguien distrayendo su mente con alguna charla vanal, pero definitivamente en la lista de personas excluidas para acercarse estaba Shindo.

—Hey, Bakugo ¿Puedo sentarme? Sí, gracias. — Shindo se sentó frente a él sin quiera esperar alguna respuesta, quienes estaban cerca, solo miraron con curiosidad a ambos, ya que el chico de cabello azabache había dejado muy en claro su postura ante el héroe número uno en demasiadas ocasiones, aunque al rubio no parecía molestarle, más bien, se veía indiferente a la situación, como una persona que veía a un gusano arrastrarse. — ¿Qué se siente estar comiéndose mis sobras?

Katsuki lo observó fijamente durante unos segundos con la expresión en blanco aunque estaba enojado de cómo se había referido a Izuku, quería golpearlo, machacar su rostro hasta que fuera irreconocible, pero se contuvo, demasiado, limitándose tan solo a seguir comiendo su ensalada como si nada.

—¿En serio estás con Midoriya? Pfff, no puedo creerlo. ¿Desde cuándo se conocen? — Shindo se cruzó de brazos, comenzando a molestarse por el comportamiento tan tranquilo que tenía el rubio, comenzando a sentirse patético al hablar con Bakugo, y comenzando a sentir que tendría problemas con Ochaco más tarde.

—Es tu ex, ¿Por qué estas tan al pendiente de él cuando estás comprometido con su hermana?— Katsuki de forma contundente golpeó la vena sensible de Shindo, cuyo rostro paso de ponerse tan pálido a ponerse tan rojo de ira, bueno, el rubio se había dado cuenta de que sus reacciones eran divertidas.— Estás muy interesado en nuestras actividades, ¿Aún te interesa? Porque él es demasiado para ti, y ahora, ni siquiera podrás volver a poner tus manos en él.

Tras decir eso, Katsuki se levantó de la mesa, dejando a Shindo solo, no esperó que él se levantara para intentar golpearlo, lo cual no funcionó porque su bandeja termino estrellándose contra la cara del azabache.

Bully Where stories live. Discover now