Capítulo 2 - Me das tanto calor

1.6K 173 37
                                    


—¿Alguna vez dejaré de desearte?—le estaba susurrando ardientemente su nuevo alfa mientras lo alzaba por las piernas y se empezaba a enterrar en su cuerpo. Contra la pared, como más le gustaba hacérselo, Matías definitivamente tenía algo por la dominación suave.

Hace apenas dos semanas que Matías lo mordió y prácticamente se han repasado el Kamasutra completo. Enzo no va a mentir, es el mejor sexo que ha tenido en su vida, y Matías también es muy bueno en los cuidados posteriores.

Para mas inri, les había tocado compartir habitación. No hace falta decir lo que habían estado haciendo cada noche.

Matías se está volviendo más atrevido con el paso de los días. Quiere hacérselo a todas horas, todo el tiempo. De alguna manera lo había convencido de hacerlo en un descanso entre escenas, en el camerino.

—Eres tan precioso—sigue diciendo el alfa, que parece realmente sentir la pasión con la que lo elogia.

Besa a Matías para que deje de hablar o al final los van a oír y ninguno de los dos quiere eso, e inmediatamente el alfa le devora la boca. Lo agarra de los muslos con tanta fuerza para mantenerlo en el aire que siente que tendrá moratones después.

No le importa demasiado, no sería la primera marca que le deja el alfa.

—Mmmm mi omega —gime Matías de nuevo y ese "mi omega" definitivamente mueve algo dentro de él, pero es demasiado pronto para ponerle nombre a lo que siente— Eres tan alto y tan bonito, me encantas.

Matías era un alfa extraño. Nunca había conocido ninguno al que le interesase un omega que podría sacarle dos cabezas, pero ahí estaba él. El mismo alfa bajito que se le había acercado aquella primera noche llamándolo precioso.

Matías tenía un fetiche con la diferencia de altura, estaba seguro. Aunque bueno, si solo fuese con la altura...

Echó la cabeza hacia atrás, sosteniéndose de los hombros de su alfa, sintiéndose cerca de terminar.

—Vamos, mi omega precioso, córrete para mí —es el sucio susurro del alfa en su oído lo que lo que efectivamente lo catapulta al orgasmo, y con él el del mismo Matías en su interior.

Matías lo besa en los labios una vez más antes de bajarlo lentamente y a Enzo le tiemblan tanto las piernas que apenas se puede sostener en pie.

—Vas a matarme, Mati.

El alfa sonríe pícaramente.

—Solo hay una forma en la que desearía eso y lo acabamos de hacer, chiquito.

Enzo lo mira, incrédulo.

—Te saco como dos cabezas.

—La altura no es más que un sentimiento —replica Matías, robándole otro corto beso—Me encanta que seas tan alto y tan bonito.

Matías habla siempre sin pensar en lo que dice, tanto para lo bueno como para lo malo. El alfa parece hablarle siempre con el corazón en la mano y las veces que rastrea su vínculo con él no encuentra más que sinceridad en sus elogios.

Enzo cree que Matías confunde la lujuria con el amor.

Matías cree que ha encontrado a su omega y que morderlo no fue un error.

***

—Vamos, Enzo, decinos quien te mordió.

Los otros omegas lo rodean constantemente. Saben que huele diferente al primer día que lo vieron, huele a omega reclamado y todo el grupo lo sabe, pero aparte de unas cuantas caras de sorpresa, nadie aparte de los omegas del grupo son tan chismosos y atrevidos como para estar preguntándoselo constantemente.

—No me mordió nadie, Fran —miente descaradamente.

—Sí, y yo soy heterosexual—replica el otro omega sin inmutarse— Yo creo que fue Agustín.

—Yo creo que Agus llegó tarde a reclamarte —dice Juani— Siempre te mira con cara de que alguien se le adelantó. Pero seguro que no le importaría llevarte a la cama, no parece celoso.

Enzo pone los ojos en blanco.

—¿Desde cuándo mi vida sexual es tan interesante?

—El chisme es el chisme —dice Fran— Pero en serio, Enzo, nos podés contar.

Enzo niega con la cabeza. Nunca adivinarán quien fue el alfa que lo mordió porque aquella noche todos estaban demasiado borrachos como para detectar los avances de Matías y gracias a los estereotipos de género nunca piensan en su alfa como el alfa que se atrevió a morderlo.

Usando los ridículos estereotipos de género como arma, supone.

Nunca les dirá que es Matías, no hasta que la relación entre ellos avance o se rompa.

Siente a su alfa llamarlo a traves de su vínculo, así que rápidamente se disculpa con los otros omegas y va en busca de Matías.

Cuando llega a la habitación, se sorprende con la escena. Matías ha llenado la bañera hasta arriba con agua caliente -y su omega interno ronronea ante eso-, con sales minerales y ha encendido velas para él.

Sin darle tiempo a reaccionar, el alfa avanza hacia él y lo saluda con un corto beso. Está sonrojado, parece que le da vergüenza.

—¿Te gusta? Te dije que quería cortejarte, pero no hice más que llevarte a la cama y no está bien.

Matías luce avergonzado, con las mejillas sonrojadas pero sonríe tímidamente. Le gusta.

Le gusta su ofrenda de cortejo y le gusta como lo mira y le sonríe el alfa, como si de verdad fuese precioso.

—Me gusta mucho, alfa —dice con una sonrisa— Gracias.

Matías extiende su mano hacia él y Enzo la toma, el alfa rápidamente lo acerca a su cuerpo.

—¿Quieres compartir este baño conmigo, mi omega? Quiero cuidarte.

Enzo intenta no hacerse ilusiones pero falla estrepitosamente, no puede no hacérselas cuando el alfa que tiene delante le habla desde el corazón y le ofrece un regalo de cortejo.

—Sí, alfa —asiente— Compartamos el baño.

Deja que Matías le quite la ropa y después el alfa se desnuda ante él. De alguna manera se siente mucho más intimo que todas las veces que han tenido sexo esas semanas y Enzo se sonroja.

—Vamos, chiquito.

Enzo gime cuando su dolorido cuerpo por el frío que pasan en el rodaje toca el agua caliente. Matías ha acertado justo con la temperatura que le gusta.

El alfa se desliza en la bañera con él y se coloca justo detrás, quedando Enzo en el regalo del alfa. En silencio, disfrutan del relajante baño y de la compañía mutua, de su reciente vínculo.

La pasión sobreviene más tarde, claro. Enzo no sabe si lo besa él primero o es Matías quien inicia el contacto, pero acaba en esa bañera montando al alfa, sosteniéndose de sus hombros y Matías agarrando firmemente su cintura.

—Enzo, precioso —gime Matías— Eres perfecto para mí, mi omega.

Está empezando a creer en las palabras de Matías y es tan peligroso como emocionante.

____________________

Hasta aquí por hoy. Me encanta Enzo bottom/omega, nunca dejaré de escribirlo y ... ¿por qué Agus siempre está en medio de estos dos?

Besitos :3

Éxtasis [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora