Matías no sabe lo que siente por Enzo -es demasiado pronto para eso-, pero sí sabe que no se arrepiente de haberlo mordido la noche que lo conoció.
Había estado mirándolo toda la noche, toda la tarde en realidad, desde que se presentaron todos los actores.
Enzo es precioso, realmente lo piensa.
Le había gustado aquel omega de aspecto masculino, tan alto, tan guapo, con esos rasgos tan varoniles. Cuando le dijo que no podía parar de pensar en lo que quería hacerle no le mintió.
No entiende el enganche que tiene con él ni las condenadas ganas de tenerlo en su cama que tiene todo el tiempo. No entiende por qué cuando Enzo le sonríe y le deja ver sus hoyuelos -solo a él- le da un vuelco el corazón.
No pretendía morderlo aquella noche, fue algo que simplemente se salió de control. En el fondo sabe que no deberían haberse acostado estando tan borrachos, pero ya no puede volver atrás. Y también es vergonzosamente consciente de que no habría sido capaz de lanzarse a su conquista si no hubiera bebido tanto.
Enzo generalmente huele más dulce cuando está con él y eso le da esperanzas. Teme que el omega le proponga romper el vínculo que tienen, aunque no parecía desearlo al día siguiente de ser mordido.
No quiere romper el vínculo ni separarse de él, quiere conocerlo mejor y que el omega se vaya soltando con él.
"Vamos a enamorarnos, lo sé" piensa mientras lleva comida a la habitación que comparte con el omega. Algo le dice que la comida italiana le gusta.
***
Enzo suspira cansado cuando termina su ultima escena y le confirman que puede retirarse. Es tarde, inusualmente tarde y lo único que quiere es llegar a la habitación que comparte con su alfa y dormir en sus brazos.
Su alfa. Enzo se reprende mentalmente por pensar en Matías de esa forma, pero al final tampoco es mentira, es su alfa desde que lo mordió.
Teme enamorarse de él, de esa sonrisa traviesa, esos besos suaves después del sexo, esa forma que tiene de mirarlo y llamarlo precioso como si realmente lo fuera...
En algún momento decide que está demasiado cansado hasta para sobrepensar -su deporte favorito- y simplemente se dirige a la habitación.
No se espera la sorpresa que lo recibe.
***
Matías espera a su omega, nervioso. No se considera un gran romántico, al menos no hasta ahora, pero intenta que la mesa le quede bonita. Ha dispuesto elegantemente la comida, todo lo que puede en la mesita que hay en el cuarto, y hay velas encendidas. Incluso tiene flores para Enzo porqué un día mencionó que le gustaban los tulipanes.
Es una cita de cortejo después de todo.
Enzo entra por la puerta y se queda parado, observando el intento de Matías por ser un buen alfa. Parece cansado, pero al momento algo se ilumina en su mirada y Matías siente su corazón calentarse.
—¿Preparaste todo esto para mí?
Hay una emoción que no identifica en la voz de Enzo.
—Claro, precioso —asiente, no sabe de dónde saca la valentía para hablarle en un tono tan coqueto— Te estoy cortejando después de todo, ¿verdad? Sólo quiero lo mejor para mi omega.
Enzo avanza hacia él y Matías inmediatamente lo envuelve en un abrazo, adivinando las intenciones del omega. Enzo se mantiene en ese abrazo estrecho durante unos segundos y Matías siente que hay anhelo en su aroma, pero no lo mencionará, todavía no. Pero es una señal que no deja pasar.
—Gracias, Mati, significa mucho para mi —le dice Enzo al separarse, y él le tiende los tulipanes que le compró.
El omega toma las flores delicadamente y Matías advierte que está sonrojado y le gusta. Se apunta mentalmente comprarle más flores, si esa va a ser la reacción, vale la pena.
—¿Cenamos, chiquito?
***
El apodo que le ha puesto Matías le hace gracia y bastante, pero no dice nada. Es irónico, siendo él claramente el más alto de la relación, pero si a Matías le gusta llamarlo así no se va a quejar.
Pone los tulipanes en agua y asiente ante la pregunta del alfa, que lo toma de la mano y lo lleva al centro de la habitación, donde ha dispuesto la mesa para ambos. Matías extiende la silla para él y su omega interno prácticamente ronronea.
Tiene que reconocerlo, cuando Matías le dijo que podía arreglar lo de morderlo accidentalmente intentando conquistarlo, no le creyó. No tenía muchos alicientes para creer a un alfa menor que él y al que sólo conocía de una noche, pero Matías realmente lo está intentando y está peligrosamente cerca de conseguirlo.
Le agradece el gesto y espera a que Matías se siente para empezar a comer. El alfa ha acertado hasta con su plato favorito.
Gime cuando la lasaña de fungui se desliza por su paladar y Matías lo mira divertido.
—¿Qué? —pregunta, aunque es consciente del ruido que acaba de hacer.
—Gimes más que cuando lo hacemos —Matias se ríe, claramente bromeando— Estoy celoso de una lasaña, que vergüenza.
No puede evitar reírse también y surge una conversación liviana y genuina entre ellos. Matías le cuenta que siempre quiso ser actor desde pequeño, que tuvo una pareja siendo demasiado joven que le robó parte de su niñez y adolescencia y que siente que su sueño por fin está despegando. Él le cuenta que su gran pasión es el teatro, que ama participar en obras caritativas y que una parte de él no se siente lo bastante buen actor como para estar grabando la película en la que participan.
—Chiquito, vos iluminas la sala con tu sola presencia. Sos tranquilamente mejor actor que todos nosotros, date un poco de crédito.
Hay una calidez en la voz y en los ojos de Matías cuando le dice eso que lo deja sin palabras. El alfa se acerca a él y lo besa en la frente, y de alguna manera se siente más íntimo que todos los besos que le ha dado.
Ayuda a Matías a recoger la mesa, en silencio, pero no es un silencio incómodo. Simplemente están cómodos el uno con el otro y por primera vez piensa que eso que tienen podría funcionar de alguna manera.
De repente Matías se gira y lo besa. Es un beso corto y bonito, muy diferente a los besos que se dan cuando hacen otras cosas.
Siente sus emociones a flor de piel y no está seguro de si le gusta, pero Matías sigue dándole ese tipo de besos y ya no puede pensar.
Oye la voz del alfa en un susurro, como si le estuviera contando un secreto que sólo él debe saber.
—Vos realmente me gustas, Enzo. Déjame conquistarte, déjame hacer esto por vos, por nosotros.
Enzo asiente, atrapado en el abrazo del alfa.
—Vos también me gustas —le dice, porque es verdad y en el fondo lo sabe y está muy cansado como para ocultarlo más. Puede que él no le quisiera dar una oportunidad al alfa, pero su corazón sí quiere.
Matías lo besa suave en los labios una vez más y después tira de él hasta la cama. Esa noche no tienen sexo, pero Matías lo desnuda igualmente y duermen piel con piel, los brazos del alfa siempre rodeándolo y manteniéndolo cálido.
Enzo cambia de opinión, ahora sabe que puede llegar a enamorarse de Matías.
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Bueno, uno más. Los chiquitos comienzan a enamorarse <3 Atípico lo actualizaré mañana o así, sigo de viaje.
Besitos :)
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Éxtasis [Matienzo]
RomanceEn la fiesta de presentación del cast, las cosas se salen de control y Enzo amanece con una marca de reclamo en el cuello. ¿Quién es el alfa que lo ha mordido?