CAPÍTULO 8

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Cuando empiezas a desarrollar sentimientos poco a poco, es imposible darte cuenta en qué momento se vuelve natural en tu vida diaria, dejas de pensar las cosas y solo comienzas a vivir con ellas, creando nuevas emociones, hasta descubrir qué significan y a quien pertenecen.

O al menos esto hubiera pasado en una historia normal, porque lamentablemente Yeonjun empezó a darse cuenta cuanta falta le hacía Beomgyu.

Todo comenzó cuando Beomgyu faltó un día, sin siquiera avisar, el día siguiente fue lo mismo, pero finalmente regresó, pero solo dos días, porque lo siguiente fueron tres ausencias más.

Él chico asistía con menos frecuencia de la que iba, esto naturalmente no debería ser un problema para el mayor quien era ajeno a todo eso, sin embargo, comenzaba a molestarle y a dolerle, muchas veces quiso preguntar, pero no se atrevía, no encontraba una razón para hacerlo.

No había una razón lógica por la que Beomgyu debería importarle.

Pero aun así se arriesgó.

—¿Por qué has estado faltando? —fingía estar acomodando el estante donde se encontraban las agujas.

—Estoy ocupado con la universidad.

Esa respuesta fue tan sencilla que creerla no fue difícil.

El problema fue que la universidad logró extenderse dos meses y estando tan cerca de las vacaciones de verano algo parecía no encajar.

Especialmente el hecho de que Beomgyu cada vez estaba peor, comenzó a bajar de peso, su piel se veía pálida todo el tiempo y no podía evitar quedarse dormido cuando estaba en la tienda.

¿Por qué dudaba de él?

¿Por qué tenía que meterse en su vida?

Sin importar cuantas veces Yeonjun se preguntará esas cosas, no encontraba la respuesta o una solución.

Su único objetivo era hacer feliz al chico, eso era lo único que sabía.

Tal vez después de tantos años puede saber que es una amistad.

Cualquier sentimiento que alguna vez tuvo por la mujer que alguna vez llamó esposa o por sus propios padres, quedó olvidado.

Tal vez lo que sentía por Beomgyu era lo mismo. No estaba seguro, no recordaba cómo era.

Sabía que amar era imposible, pero eso no significa que sentir, lo fuera.

No sabía qué día el menor estaría en la tienda, aun así, comprando un cuarto disco, espero en la tienda cada mañana su llegada y después de cuatro días, por fin pudo reproducir "All My Loving".

La sonrisa de Beomgyu era enorme, comenzó moviendo la cabeza al ritmo de la música y luego, tal cual un pequeño niño, se acercó corriendo a Yeonjun, hasta lanzarse en sus brazos, escondió su cabeza en el cuerpo del otro chico y se mantuvo ahí unos segundos.

CHOI YEONJUN - YeonGyu -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora