Choi Yeonjun es la única persona que puede experimentar cualquier sentimiento humano a excepción del amor, pero es porque el se niega a intentarlo, por ello le hes otorgada la bendición de la inmortalidad que pronto se convierte en una maldición cua...
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Hay momentos que te marcan de por vida y todos ellos tienen algo en común, te hacen sentir emociones tan fuertes como nunca has sentido, puede ser algo bueno o algo malo, siempre y cuando te hagan llegar a un punto de éxtasis en cualquier emoción, no podrás olvidarlo.
Para algunos algo tan insignificante como comprar un par de zapatos puede marcarlos de por vida, porque tiene un significado que los demás no podemos comprender.
Tal vez trabajó tan duro por ellos o tal vez llevaba deseándolos desde hace años.
Así como no podríamos comprender esa situación, tampoco hay manera en la que alguien pueda entender lo que Beomgyu vio, sintió y pensó ese día.
En contexto, desde hace una semana Beomgyu comenzó a caminar junto a su enfermera durante las mañanas, antes de que el horario de visitas comenzará, así era más fácil para ambos, estaba cansado de estar todo el tiempo sentado en esa camilla.
Pero en una de las ocasiones Beomgyu estaba regresando algo tarde a su habitación, para él, caminar se había vuelto más difícil, en general, hacer un esfuerzo era casi imposible.
Sin importar eso, él creía estar más sano que al principio, en serio creía en Yeonjun.
Mientras caminaba, la enfermera lo acompañaba muy cerca para auxiliarlo en caso de ser necesario. Al finalizar el largo pasillo y entrar a su habitación se sorprendió con la imagen que veían sus ojos y se maravilló con lo que escuchaban sus oídos.
Sobre su cama, se encontraba aquel peculiar chico que no lo había dejado en paz, sosteniendo su guitarra, la tocaba suavemente pasando sus dedos sobre las cuerdas y susurraba aquella letra que conocía de memoria.
—And I'll send all my loving to you.
¿Por qué tenía que hacer todo eso?
Más que feliz estaba molesto.
Yeonjun era perfecto, si fuera una chica desde hace mucho habría comenzado a salir con él, estaba seguro, tenía todo lo que le gustaba, TODO, era sin duda alguien que lo hacía sentir cosas que no quería, Yeonjun era la persona ideal para él, pero es un chico y a él no le gustan los chicos.
Estaba molesto con él y con la vida, porque tenían que ser tan injustos, ¿por qué tenían que ponerle el pecado justo frente a sus ojos dispuesto a hacerlo caer?
¿Por qué era tan fácil tentarse?
Si fuera una chica no dudaría en caer—pensó.
Sólo pudo escuchar unas pocas líneas más, porque ya tenía suficiente de sentirse así movió un poco la puerta para que las bisagras viejas hicieran ruido suficiente para que el mayor volteara hacia su dirección
—Eres muy bueno—murmuro en burla.
Yeonjun no reflejaba ninguna emoción en particular, por el contrario, Beomgyu intentaba ocultar todas las suyas incluso de él mismo
