Expresar una emoción tras otra es complicado, pero si nunca has experimentado el sentimiento del amor puede ser confuso la primera vez.
Los latidos acelerados, los nervios, las palabras confusas y esas mariposas en el estómago pueden ser gravemente horribles si no sabes lo que es, pero cuando todo eso supera lo malo y te permites ver lo bueno de estar junto a esa persona que te hace cuestionar sobre tus alergias...
Puedes darte cuenta de que el amor no es tan malo, pero cuando llegas a esa parte de los celos, nada puede salir bien.
No puedes evitar actuar de mala manera en contra de tu propia voluntad.
No puedes evitar realizar acciones posiblemente riesgosas para su relación.
Para Yeonjun, experimentar todo esto lo hizo darse cuenta de que los celos pueden ayudarte a darte cuenta de tus propios sentimientos.
—¡Me muero de calor! —el grito se escuchó por toda la tienda.
Era junio, recién comenzaba el verano y Beomgyu no dejaba de quejarse de ello.
—El ventilador está encendido—dijo mientras continuaba barriendo.
El aparato giraba de un lado a otro, pero este solo apuntaba en dirección al menor, quien no se atrevía a mover ni un solo dedo, porque no quería sentir el calor de hacer alguna actividad.
—Lo sé, pero aun así hace mucho calor—se quejó de nuevo—. ¡Ya quiero que regrese el frío!
—No te dejabas de quejar por el frío y decías "Ya quiero que regrese el calor" —lo imitó.
—Pues mejor quiero que llueva—era como un pequeño niño a quien le habían quitado la razón.
Cada uno continuó en lo suyo, a excepción de Beomgyu quien decidió cambiar de lugar con el mayor, se sintió mal al verlo trabajar, mientras él solo estaba sentado junto al aire, así que terminaría de limpiar los muebles.
Todo continuó así, Yeonjun sentado en el mostrador junto al ventilador y el otro chico limpiando, cuando de pronto una chica entró por la puerta.
Sin duda era muy linda, su cabello castaño, sus ojos grandes y su hermosa silueta la hacían lucir perfecta a la vista.
Beomgyu parecía no notar nada, ni siquiera levantó la vista, no parecía interesado en nada más que en terminar y regresar junto al ventilador.
La chica se paseó alrededor de cada estante y prácticamente revisó cada disco, pero al final se acercó al mostrador y solo compro un pequeño llavero del cual colgaba una nota musical.
Mientras pagaba susurro—. ¿Él trabaja aquí? — señaló a Beomgyu, a lo cual el chico solo asintió con la cabeza—. ¿Tiene novia? —una vez más negó—. ¿Son amigos?
Lo pensó por unos segundos, jamás se había planteado esa pregunta.
¿Qué era un amigo?
¿Cuál era la diferencia entre una pareja y un amigo?
¿O entre un hermano y un amigo?
Dejó de divagar y en base a su poca experiencia respondió—. Creo que sí.
—Perfecto—exclamó emocionada—. ¿Puedes ayudarme? —suplico aun susurrando.
Yeonjun no tenía ni idea de que se trataba, pero su deber era ayudar a los clientes, aunque en el fondo estaba algo molesto, es decir.
¿Por qué se interesaba tanto en la vida de Beomgyu?
No era de su importancia, así que no debía meterse en lo que no le incumbe.
—Claro.
—Dejare mi cartera aquí—antes de que continuara Yeonjun la interrumpió.
—¿Por qué?
—Porque tu amigo no me ha mirado y no sé cómo hablarle—excuso—. Por eso le dirás que la olvide y que me la devuelva y así le agradeceré y lo invitaré por algo.
Sin duda el plan era bueno, pero él no estaba de acuerdo.
¿Por qué le mentiría?
¿Quién se creía ella para darle órdenes?
Encontró mil y un razones para no hacerlo, cada una más absurda y sin sentido que la otra, pero ese sentimiento también era nuevo.
Antes de poder decir que no lo haría la chica salió dejando su cartera y justo en ese momento Beomgyu por fin miro hacia él.
—¡Ye terminé! —exclamo corriendo hacia el mostrador justo frente al ventilador. Se refresco unos segundos y luego noto la cartera—. Creo que acaba de salir— dijo tomándola—. Sí corro tal vez la alcanzó.
Ni siquiera le dio tiempo a Yeonjun para hablar y explicarle el plan que la chica creó, porque Beomgyu ya estaba a punto de salir de ahí, por ello se apresuró y casi como un instinto tomó su mano deteniéndolo.
—Por favor no vallas—su voz salió casi suplicante, su cabeza apuntaba al piso, no podía ni mirarlo a los ojos.
Su corazón latía como loco, no esperaba hacer aquello, pero no quería soltarlo y dejarlo ir, ni siquiera podía explicárselo a sí mismo, pero se aferraría a él aun sin saber porqué lo hacía, ese era su instinto justo ahora.
—Entonces dásela tu—río lanzándole la cartera que de inmediato atrapó.
Yeonjun salió corriendo de ahí sintiendo como sus mejillas comenzaban a calentarse y se repudiaba una y otra vez sus acciones, tratando de ignorarlas porque no quería buscarle respuesta a algo que no tenía.
Por fin llegó frente a ella, había corrido un poco, pero su respiración estaba acelerada, tomó una pausa y pronuncio—. Lo siento, mi amigo no está interesado en ti— salió de ahí sin esperar respuesta, corrió una vez más hacia la tienda.
Pero no se atrevió a entrar se quedó recargado en la pared, reclamándose así mismo todo lo que hizo, no encontraría una explicación.
Nunca se ha interesado por la vida de alguien.
¿Por qué no puede ser lo mismo con él?
¿Por qué tiene que sentirse así?
No encontraba explicación a nada y mientras más se cuestionaba, más confundido estaba.
Mientras tanto Beomgyu estaba adentro pensando en que realmente debía gustarle esa chica a Yeonjun para detenerlo y correr así tras ella y al ver que no regresaba fue prácticamente una confirmación.
Estaba feliz por su amigo. Sin embargo, Yeonjun estaba afuera soportando el acto de sus celos desconocidos.
Sin importar cuánto se quejará o cuán desagradable pudiera ser, su mente solo daba una respuesta a todas sus preguntas.
—No quiero dejar de ser alérgico a Choi Beomgyu.
Y_E_O_N_G_Y_U
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CHOI YEONJUN - YeonGyu -
FanfictionChoi Yeonjun es la única persona que puede experimentar cualquier sentimiento humano a excepción del amor, pero es porque el se niega a intentarlo, por ello le hes otorgada la bendición de la inmortalidad que pronto se convierte en una maldición cua...