Capítulo 7

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Capítulo 7

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⟨  A C T U A L I D A D   |   A Ñ O    2 0 0 4  ⟩

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Las maletas iban desordenadas, no habían tenido tiempo de guardar nada más que unos cuantos recuerdos. Tenían tanto miedo que no recordaron que podían usar la magia. De hecho, hacía mucho tiempo que no empuñaban sus varitas. Vivir como sucios muggles, aquello que tanto odiaban. Era la alternativa que habían encontrado para sobrevivir, para huir de aquello que aterrorizaba a los suyos.
Pero se acercaba, ya creían que sí. Tenían un confidente, su único contacto con el mundo mágico tras el fin de la guerra, tras la caída de su señor. Sólo hacía unas horas que les habían avisado de la detención de Euphemia Rowle, y sabían que era obra de ella, de aquél ser que temían tanto.
La carretera, oscura a esas horas de la noche, era sinuosa y peligrosa, sin más no presionaba el acelerador del automóvil en valde. Su esposa estaba preocupada, lloraba mirando por la ventanilla.

—¿Qué ha sido eso? —jadeó, abrazándose a sí misma.

—No ha sido nada, sólo el inicio de una tormenta. Ya verás —la tranquilizó, lejos de sentirlo él—. Pondré la calefacción.

Tanteó los controles del automóvil, y una cálida brisa salió del salpicadero. Su esposa relajó el ceño anteriormente fruncido y se hundió más contra el asiento.

—Ésta es la última huída, lo prometo.

Ella negó, su mirada aún estaba cristalizada. —No hagas promesas que no puedes cumplir. Debí haberme... ¿Qué es eso?

Esta vez, su esposa miró por la luna trasera. A través del espejo retrovisor veía los faros de otro coche, demasiado cerca.

Aquél otro coche pisaba el acelerador con furia, las ruedas corriendo por el asfalto húmedo. Acechando. Él sintió la presión sobre sus hombros, con el sudor empezando a caer por su frente, y pisó un poco más el pedal.

Si tanta prisa tenía el otro coche, pensó, que le adelante. Pero no lo hacía, parecía que solo quería acercarse más y más. En cualquier momento colisionarían, y así fue, pocos segundos después. Más suave de lo que habría imaginado, pero lo desplazó varios metros adelante.

Continuó tratando de seguir recto, de evitar que volvieran a chocar, pero fue en vano y el otro coche repitió la jugada.

—¿Qué está pasando? —gritó su mujer.

—No lo sé —confesó, pero sí lo sabía, o al menos lo imaginaba.

Seguía tratando de mantenerse en la carretera, de no salir de ella y provocar un accidente. Las ruedas chirriaban cuando trataba de enderezar el automóvil, moviendo el volante, de un lado a otro.

Tanteó a ciegas la mano de su esposa, y la encontró, llevándosela a la comisura de sus labios para dejarle un beso. Si ese era su final, quería transmitirle antes cuanto la amaba.

—¡Cuidado! —gritó la mujer, de repente.

Justo al frente, una silueta femenina apareció. Caminaba por la carretera oscura, con la falda del vestido ondeando por el viento. Paró en mitad de la calzada al verse sorprendida por el coche, y él se vió obligado a frenar en seco.

Sintió la colisión del otro vehículo pocos segundos después. Los cristales habían estallado y la carrocería se aplastó. Sintió cómo su cuerpo, por inercia, iba hacia delante y atrás en una sacudida. El cinturón de seguridad se clavó en su pecho, que sintió arder, y de pronto se vió acorralado por el airbag.

ATHERIS •|A Fred Weasley 's fanfic|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora