Como su propio nombre vaticina, Atheris es una Slytherin cuyas acciones son peligrosas para la gente que la rodea.
Perteneciente a una de las familias amparadas bajo las convicciones de los sagrados veintiocho, ha seguido el camino que previamente...
ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ Había sintonizado la radio, rescatada del cobertizo y con una fina capa de polvo, situada ahora sobre la mesa de la cocina. Esa estela de luz plateada, un patronus como esos que se enviaban en la guerra, les había dado el aviso unos minutos atrás.
«—Y ahora compadece el Señor Ministro, Kingsley Shacklebolt, con las últimas declaraciones del día de hoy.
—Queridos magos y brujas. Hoy, víspera del quinto aniversario de la caída de Tom Riddle, alias Lord Voldemort, me complace daros una alegre noticia.»
Elevó el volumen. A su alrededor todo era silencio y expectación. No era habitual que el Ministerio de Magia Inglés diera un comunicado a través de este medio.
«—En la madrugada de hoy, y bajo lo que les aseguro que será la última marca tenebrosa que veremos conjurada en el cielo en lo que resta de nuestras vidas y la de nuestros hijos, han sido hallados los cuerpos sin vida de los últimos dos mortífagos que seguían en busca y captura a falta de una comparecencia legal por este ministerio. A saber: Atheris Euphemia Rowle y su padre, Thorfinn Rowle, ambos portadores de la marca oscura y fieles seguidores del anteriormente nombrado, Lord Voldemort. El cuerpo del señor Rowle mostraba signos de tortura, que especialistas en el área señalan de larga duración, mientras que se desconocen las causas de la muerte de la señorita Rowle, encontrada a pocos metros de diferencia de su padre.»
George Weasley, con la mirada perdida, escuchaba atentamente cada una de las palabras del ministro. Cada año, tras la batalla de Hogwarts, el pasaba los primeros días de mayo en La Madriguera. Siempre serían unos días marcados por la conmoción y la tristeza, pero podía asegurar que, ese día, era aún mayor.
Suspiró con pesar y, tras unos segundos en los que procesó la noticia, salió al patio trasero de la casa donde vivió su infancia y concentró su mirada en el cielo teñido por los colores del anochecer.
Sacó su varita del bolsillo trasero de su pantalón y la sostuvo por un instante en el que dejó escapar un suspiro. Luego, la alzó apuntando al cielo y dejó escapar destellos blancos.
—Por Atheris Rowle. Leal, hasta el final.
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Agradecimientos
Una vez llegados aquí, no me queda otra que darte las gracias a ti, lector, que me ha acompañado en esta corta historia oscura, marcada siempre por un final trágico.
Atheris estaba destinada a cumplir su juramento, y así lo hizo.
Te pido disculpas, si en alguna escena he podido ofenderte o desagradarte, pero era esencial para la narrativa.
Espero, de corazón, seguir encontrándonos tras las páginas de otros libros, tras el corazón de otros personajes.
