𝕮𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

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—Es como si le hablara a la pared—la joven cumpleañera se dejó caer sentada en aquella silla mientras su padre comía con entusiasmo, siempre disfrutaba la comida de su esposa—¿También vas a decirme que debo conocerlo?

—Sí—ante eso, Enora se cruzó de brazos rodando los ojos. El hombre sonrió de lado ante la actitud de su hija—Cariño, conocer chicos no es malo, tampoco está mal que tu madre y yo queramos un buen hombre para ti.

—¿Eso hicieron los abuelos con ustedes?

—No, para empezar, mis padres siempre estuvieron ausentes en mi vida. Fue mi abuela quien cuidó de mí—indicó. Tomó una cucharada de arroz con algunos vegetales ofreciéndola a su hija, Enora hizo un puchero, pero acabo aceptando masticando despacio—Tu madre, por otro lado, tuvo una vida muy...limitada, sus padres eran totalmente estrictos.

—Y ahora ella es así.

—Sabes que te quiere, Enora. Ambos lo hacemos—bebió un poco de jugo.

—No digo lo contrario. Nunca lo he dudado, sólo pido que me entiendan—se inclinó hacia adelante en la mesa—Estoy cumpliendo 20 años, quiero ayudarte con el negocio, quiero...estudiar para convertirme en profesora de primaria, soy buena con los niños, algunos vecinos me han pedido que enseñe matemáticas a sus hijos...

—Serás una buena madre cuando tengas los tuyos.

—Si tengo hijos no podré hacer eso, ¿Sabes lo que pasa luego del matrimonio?, las mujeres debemos quedarnos en casa, atender a nuestro esposo y al mismo tiempo velar por los hijos—con sólo imaginarse una vida así le desesperaba—Quiero disfrutar mi juventud, no quiero pensar en pretendientes o en bodas, quiero que eso llegue por su cuenta.

—Está bien, hablaré con ella—sonrió al conseguirlo—Pero sabes que no podré evitar que asista a la casa—borró su sonrisa—Habla con él al menos unos minutos, si no te agrada, yo mismo lo echaré.

Enora extendió su brazo ofreciéndole su mano, su padre la tomó cerrando el trato.

Antes de volver a la casa necesitaba pasar por el regalo de su padre, éste le había indicado la dirección al anotarla en un papel, Enora entró a una tienda de accesorios escuchando la campanita de la puerta al acceder, una mujer joven se encontrab...

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Antes de volver a la casa necesitaba pasar por el regalo de su padre, éste le había indicado la dirección al anotarla en un papel, Enora entró a una tienda de accesorios escuchando la campanita de la puerta al acceder, una mujer joven se encontraba detrás del mostrador conversando con un chico, un cliente. En cuanto la empleada notó la presencia de Enora no dudó en acercarse.

—Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle?

—Vengo de parte del señor Chae SeungJae, hizo un pedido hace una semana exactamente.

—Oh, sí, me acuerdo de él—sonrió—Espera un momento—la vio alejarse dejándola a solas con el cliente. La tienda estaba llena de brazaletes, collares, anillos, aretes, diademas, gargantillas, cualquier accesorio, incluyendo adornos para el cabello. Su padre siempre encontraba la manera de darle un regalo en su cumpleaños mientras que su madre siempre le daba un vestido nuevo un día antes de la celebración.

Indeleble • JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora