It's cold

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7:00 AM

La alarma me despierta, lo cuál me lleva un buen susto, no es la primera vez que despierto con todo menos que con alegría. ¡Oh cierto! Debo presentarme verdad?, soy Keith, Keith Dewitt, argentino de 23 años, he venido a Toronto hace poco más de un año. En estos momentos, me despertó la alarma. Como siempre, soy un alma llena de luz y esperanza que se despierta con la mejor onda posible.

Keith: P*#$& madre....-Fue lo único que salió de mi boca cuando el despertador sonó con ese clásico y desesperante ruido

Sin mas me levanté, totalmente desganado, puesto a que tenía que trabajar. Abrí las cortinas y el sol me encandiló como si fuesen rayos laser apuntando a mis malditas retinas, pero, sería lo suficiente para sacarme del sueño. Una vez habiéndome generado una hernia en el ojo por la cantidad de luz recibida, me dirigí al baño, me duché, me lavé los dientes y me puse ropa limpia, suspiré viéndome al espejo, mi cabello blanco teñido ahora lucía gris, joder, con lo que duele decolorarse. Tomé una camisa de tirantes (la voy a pasar mal si me quedo con mi chaqueta en la noche pero hey, luce bien), una chaqueta de cuero, jeans azules y mis fascinantes botas blancas. Bajé las escaleras del pequeño departamento que alquilo, mi gata, Noods sale de su caja y estira sus patas cortas y me quedo delante de ella para acariciarla, Noods suele ser como yo, solitaria, no le gustan mucho los desconocidos, aún es pequeña, pero no puedo evitar adorarla, una pequeña gata negrita con una mancha blanca en el pecho (siempre me dio ternura que se viera como una salpicadura). Si se preguntan como la encontré, bueno, la dueña de un local de ropa al que iba me contó que su gata tuvo crías y decidí quedarme con una, así pasaron unos dos meses y sigue aquí conmigo. Me gasté mucho de mis ahorros por darle una cama solo para que durmiera en la caja de la cama... o que durmiera en mi almohada, no la culpo, esa almohada es cómoda, además, se ve adorable cuando está dormida.

Keith: Hola cosita preciosa, reina del hogar, ya te doy tu desayuno, aguánteme un poquito

Sonreí viendo a la pequeña minina caminar con naturalidad entre mis piernas, fui y le serví su comida y le cambié el agua, en lo que decidí servirme una buena taza de café, lo que me recuerda, ya no hay ni para el café, debería comprar mas pero debo recortar gastos si quiero llegar a fin de mes. Creo poder vivir sin el café hasta que consiga un aumento.
Luego de un desayuno "ligero" (no tengo nada realmente) tomé mi celular y una mochila pequeña, decidiéndome por salir, dándole unos mimos a la gata antes de irme. Abrí la puerta y el sonido del suave viento helado de Toronto me heló los parpados, pero caminaba con tranquilidad, sin mucho interés en mi entorno. En su día, Toronto me tenía absolutamente maravillado, sus calles, la nieve, los edificios, la nieve, el parque, la nieve, pero ahora solo lo percibía como un lugar bastante tranquilo y servicial (cosa digna de agradecer).
Luego de una aburrida caminata, llegué a la biblioteca donde trabajo, complejo grande y ciertamente bello en su interior. El aroma a libro nuevo siempre es embriagador, el aire frio, etc... Bah, no quiero aburrir con este análisis sobre el ambiente literario.

Caminé hasta ver a mi jefa, una señora ya entrada en años, de cabello ondulado y algo canoso de color castaño claro y vestiduras de anciana (con el perdón a las ancianas). La saludé y me situé en el mostrador del primer piso, saqué unos dulces de mi mochila y me dispuse a encender la computadora en caso de que alguien necesitará pedir un libro a las... 8 de la mañana.

Jefa: Oye, Keith

Keith: ¿Qué?

Jefa: Hoy debes recibir unos cuantos paquetes, encargamos mas libros y eso

Keith: Bueno... supongo qué-

Jefa: No, no vendrá temprano, espérala en la tarde

Keith: Si, si, bueno

Love Bob-omb (Oc x Kim Pine) Temporada 1 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora