1

691 32 23
                                    

7 años & 9 años


María recibió a Carla y a sus hijos con una cálida sonrisa al abrir la puerta.

— ¡Hola, Carla! ¡Bienvenidos! —exclamó con alegría— ¿Cómo están? Pasen, pasen, por favor.

Carla devolvió la sonrisa y respondió: — Hola, María. Muchas gracias por invitarnos. Estamos bien, un poco cansados por el viaje, pero emocionados de estar aquí.

María se acercó a João Félix, el pequeño de Carla, con cariño y curiosidad. — ¿Este es Félix, verdad? —preguntó amablemente— ¿Cómo estás, corazón?

Félix, escondido detrás de su madre, mostraba una actitud bastante tímida. — Hola... —respondió tímidamente.

— Al parecer, alguien es un poco tímido. Ya conocerás a Cancelo... ¡¿Este es el bebé Hugo?! ¿Lo puedo cargar? —dijo con emoción al ver al bebé de dos añitos.

— Sí, claro.

Entonces, María se acercó con entusiasmo a Hugo, el adorable bebé de dos años. Con cuidado, lo levantó en brazos y lo observó con una sonrisa radiante.

— ¡Tan tierno! —exclamó, emocionada—. Bueno, pasen, pasen que nos van a crecer raíces aquí afuera.

Después del cálido recibimiento en la puerta, María guió a Carla y a sus hijos hacia el comedor, donde ya estaban esperando João Cancelo y Pedro.

— Chicos, les presento a Carla y a sus hijos, João Félix y Hugo. Ellos son mis hijos Cancelo y Pedro.

João Félix, aún manteniendo su actitud reservada, observaba a los otros niños con cautela mientras se acercaban. Pedro, siempre lleno de energía, fue el primero en romper el hielo.

— ¡Hola! ¡Yo soy Pedro! —dijo con entusiasmo, extendiendo la mano para saludar a João Félix y Hugo—. ¡Qué bueno que vinieron!

João Cancelo, un poco más tranquilo pero igualmente acogedor, se unió al saludo: — Hola, soy João Cancelo. Bienvenidos a nuestra casa.

Carla agradeció las palabras de bienvenida con una sonrisa y presentó a sus hijos con cariño.

— Félix, estos son tus nuevos amigos ¿Por qué no les dices hola? —le hablo su progenitora, animando a su hijo mayor a participar.

El niño, aún tímido, asintió tímidamente pero permaneció en silencio, observando con atención a sus nuevos amigos.

Después de un silencio la voz de maría volvió a sonar.

— Bueno, porque no pasamos a la mesa.

( 🏡 )

— Porqueeeee

— Cancelo por el amor de dios. Sabes que la familia de Sequeira viene pasando por algo difícil, además Félix no sabe hablar español ni catalán, solo te pido que lo acojas si no es mucho pedir. — le explicó a su hijo.

— Está bien, está bien —concedió João Cancelo, comprendiendo la situación y mostrando su disposición a ser comprensivo. Aunque le daba algo igual.

— Que no te lo vuelva a pedir.

( – )

Estando en la hora del receso donde miles de estudiantes estaban en las mesas comiendo y otros jugando se encontraba un João Félix con una cara evidente de confusión. Estaba rodado por un grupo significativo de niños que le hablan y el no podía entender absolutamente nada.

Quería llorar.

A una cierta distancia se encontraba João Cancelo sentado en una mesa con sus amigos. Claramente el se había dado cuenta. Pero, se estaba haciendo el loco.

Hasta que el remordimiento lo hizo pararse de su mesa con su comida. Se lo había prometido a su mamá.

— ¿Ya vas hacer de niñera? —Se burlo Sergi.

— No sabes nada Sergi. Cállate.

— Uhhhh —Habían respondido los otros chicos.

El pelinegro se fue caminando con su comida a medio comer hacercandose a la mesa en donde estaba el más pequeño. Dijo unas palabras y la gente se dispersó.

Se sentó a su lado y Félix por fin habló. — Obrigado...

— ¡Pensé que eras mudo!

Obrigado, había sido la primera palabra que le dirigió Félix

— Havia muitas pessoas.

— Ya mejor come tranquilo.

( 🏡 )

Era viernes en la noche João y Hugo se encontraban en la casa de María y sus hijos. ¿La razón? Carla había conseguido trabajo como profesora de portugués en la universidad, el único problema es que su horario era en la noche.

Igualmente a la mujer le había dado igual. Ella estaba de vacaciones de su trabajo como tatuadora y no le vio ningún problema que los niños se quedarán en su casa mientras Carla intentaba arreglar el horario de sus clases con la universidad.

Cancelo y Félix se encontraban en el patio. El mayor estaba jugando con un balón y el menor estaba jugando con unos carritos y juguetes.

Hasta que el balón de fútbol impacto la cabeza de los pelos ondulados.

Una mirada bastaba para hacerlo llorar.

— ¡No llores! ¡Perdón! —Exclamó preocupado. — Ya no llores que mi mamá va llegar.

Estaba bastante paniqueado.

— Si dejas de llorar te compro un helado en el colegio el lunes que viene.

Félix dejó de llorar automáticamente. Cancelo quedó boquiabierto.

— Mereces que de con el balón otra vez...




( 🏡 )

Se me hizo super divertido escribir esto skdskdk

Hoy fui a cagarme de risa en la universidad porque las 2 clases que tenia no tenia profesor ni aula. Y me toco quedarme todo el día sjfjskkf

 Y me toco quedarme todo el día sjfjskkf

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
vecinos  |  cancelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora