Ambos niños habían llegado a la escuela de fútbol. João Félix, últimamente, se había empezado a interesar por el fútbol gracias a Cancelo, así que le había rogado a su madre que lo inscribiera en la misma escuela que su amigo. Ella aceptó sin problema alguno.
Así que ahí estaban, en su segunda semana de entrenamiento.
Félix ya tenía dominio absoluto del idioma tanto catalán como español, pero en algunas situaciones le daba pena hablar por su acento. Aun así, se encontraba muy feliz y animado, no era el mismo de hace unos años atrás, se le veía más enérgico y comprometido.
— ¡Joaooooooo! —Provenía un grito a lo lejos, mientras un niño rubio venía corriendo hasta tirarse encima de él.
Fermín, el amigo entusiasta de João Félix, lo abrazó con fuerza mientras ambos reían con alegría.
— ¿Listo para arrasar en el entrenamiento hoy? —exclamó Fermín, emocionado.
João Félix respondió con una sonrisa igual de radiante: — ¡Si!
A lo lejos, Cancelo observaba. El entrenador se había llevado a los "más grandes" para darles una pequeña charla.
Había algo que le molestaba. Quizá, solo quizá, estaba acostumbrado a tener a Félix como un chicle pegado al zapato y se le hacía extraño ver que interactuaba así con otras personas.
¿Celos? Jamás de los jamases. João Félix Sequeira puede tener todos los amigos que quiera.
(—)
— ¡Cancelo, espera! ¡Espérameeeeee! —gritaba Félix, tratando de alcanzar a su amigo mientras corría tras él.
El mayor quería tener a Félix persiguiéndolo, como siempre.
— No es divertido, por favor, espera —se despidió rápidamente de Fermín para ir tras el pelinegro. Y tenía la osadía de no esperarlo, ni siquiera se había cambiado las zapatillas a sus tenis normales.
— Que lento eres
— Si estás molesto, no es mi culpa.
— No estoy molesto.
— Tu cara dice lo contrario.
— Bien. Si tú dices que estoy molesto, entonces lo estoy.
— Tonto.
— Tonto tú.
— ¿Por qué peleamos?
— Meu deus, siéntate en el piso, rápido.
Cancelo le estaba cambiando las zapatillas a Félix cuando la señora Sequeira llegó en el carro a recogerlos.
— ¡Mami!
— ¿Cómo les fue, corazones?
— Nos fue bien, pero Cancelo es muy amargado.
— ¡Eso es mentira!
De hecho, si tenía una razón de estar molesto. Mientras andaba de chismoso había escuchado una conversación entre unos chicos durante el descanso, Cancelo había captado algunos comentarios despectivos sobre la contextura física de Félix para el fútbol. Lo frustraba profundamente saber que algunos chicos consideraban a Félix débil por su constitución, cuando en realidad, era todo lo contrario. A pesar de tener una contextura delgada y ser un poco más bajo que la mayoría, Félix demostraba una habilidad sorprendente en tan solo 2 semanas de entrenamiento.
Se sentía impotente y eso lo había amargado bastante al salir del entrenamiento.
Ya después se encargaría él.
( 🏡 )
Estaba haciendo unos trabajos q me dejaron y ya me iba a dormir pero no pude ignorar mi mente en esto.
Es un poquito más corto, prometo que el próximo sea más largo. ¿Cuando? Quien sabe 🚶♂️🚶♂️🚶♂️
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