Shigeo Hino sólo quería que los demás tuvieran una vida tranquila, pero la vida esta muy lejos de ser tranquila cuándo la llama de su venganza se enciende para llevarselo todo.
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Los gritos de la mujer se oían por toda la sala. Bastantes pares de ojos la miraban sin emoción alguna.
__Sigue pujando, maldita sea.__ se molestó el pelirrojo mayor.
__Duele, no quiero. No quiero que mi hijo sea un monstruo.__ sollozaba la mujer cubierta de sudor y sangre.
__Cierra la boca y puja.__ ordenó molestó.
Los gritos de la mujer se vieron acompañados por el llanto de un bebé. El hombre lo tomó en sus brazos mirándolo algo disgustado.
__No...no funcionó. Carajo__ sacó una daga para clavarla al bebé pero la mujer lo detuvo tomando al bebé.
__No, déjalo. No te atrevas.__ sus brazos cubrieron al bebé y lo sostuvo contr adu pecho.__ ni se te ocurra lastimarlo.
__El experimento no funcionó. Es tu culpa haber traido a un mocoso débil. Bastarda__ la golpeó en el rostro mientras el bebé sollozaba y la mujer sostenía con fuerza al niño.
__Él no es débil... Es mi hijo, es mi hijo.__ negó a pesar de la sangre que caía de su nariz, bajó su mirada al bebé sintiendo la poca fuerza en ella y besó su frente miebtras cerraba sus ojos.__ él es mi hijo, no es un monstruo y eso es suficiente para mi...
