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Lara se dirigió a su habitación y se dejó caer en la cama, dejando escapar un suspiro profundo. La tensión del encuentro con Jude aún seguía presente. La italiana se preguntaba cómo alguien podía ser tan insensible y, al mismo tiempo, tan cercano. La contradicción en la actitud de Jude la desconcertaba por completo.

Después de un largo rato tirada en la cama, Lara optó por darse una ducha larga, necesaria para liberar la tensión acumulada tanto por el viaje como por el desagradable encuentro con Jude. El agua caliente cayó sobre su cuerpo, reconfortándola poco a poco.

Envuelta en el suave albornoz que había en el baño de su habitación, Lara sacó y ordenó, con calma, todo lo que llevaba en la maleta. Al acabar, se vistió con la ropa del club y se dirigió hacia la habitación de Celia.

Lara llamó suavemente a la puerta de su amiga, quien la recibió con una amplia sonrisa. La italiana esperó pacientemente a que Celia terminase de prepararse y, entre risas, bajaron al restaurante del hotel, ya que era la hora de cenar.

Allí se encontraron con la mayoría de los jugadores y el cuerpo técnico, quienes estaban organizados en dos grandes mesas largas separadas. El ambiente en el restaurante era tranquilo y acogedor. Lara y Celia tomaron asiento junto a sus compañeros y no tardaron en unirse a la conversación.

- ¿Habéis podido solucionar el problema de la maleta? -preguntó David mirando a Adrián y Lara, quienes estaban sentados juntos-

- Al final sí. Mañana, en teoría, la traen al hotel -respondió Adrián-

- Gracias -dijo Lara con un hilo de voz para que solo la pudiese escuchar Adrián-

Las conversaciones fluían naturalmente en la mesa del equipo técnico, con anécdotas y risas compartidas. Lara disfrutó del momento con sus compañeros, agradecida de haber podido empezar un nuevo tour junto a aquel grupo tan increíble.

Después de casi dos horas de charla en el restaurante, muchos subieron a sus habitaciones a descansar puesto que mañana empezaban los entrenamientos, mientras que otros decidieron dar una vuelta por el inmenso hotel en el que se estaban hospedando.

Caminaron hasta la zona de la piscina, acomodándose en un pequeño círculo. Jude estaba en el grupo, aunque se limitaba a mirar el teléfono con concentración. A pesar de que era pleno verano, la noche traía consigo una brisa fresca, haciendo que Lara tuviese que frotarse los brazos con suavidad para entrar un poco en calor.

La noche avanzó entre risas, bromas y conversaciones divertidas. Recordaron infinidad de momentos sobre los tour de pretemporada de otros años y Lara no pudo evitar sentir un poco de nostalgia al escuchar los nombres de aquellos que ya no estaban en el club. A medida que avanzó la charla, Lara empezó a sentir como el cansancio se apoderaba de ella.

- Buenas noches a todos -comentó Lara levantándose, haciendo que su mirada se cruzase fugazmente con la de Jude-

Lara caminó por los pasillos del hotel hasta llegar a su habitación, la número 428. Rápidamente se cambió de ropa y, casi al instante, concilió el sueño.

Los rayos de sol atravesaban la cortina de la habitación y aterrizaban directamente en los ojos de Lara. Con un suspiro, la italiana se estiró y se puso de pie, decidida a empezar un nuevo día. Después de vestirse con el uniforme de entrenamiento, se aseguró de tener todo lo necesario y salió de la habitación.

En el pasillo se encontró con Brahim, quien la recibió con un tierno beso en la mejilla y un abrazo. Ambos caminaron con calma hacia el desayuno. A pesar del jet lag propio del viaje, se podía notar la emoción en los rostros de ambos.

Al llegar, ambos se situaron en mesas diferentes. Lara tomó asiento junto a Celia y Adrián, quienes tenían una pequeña discusión sobre los horarios de los partidos que estaban por venir.

mariposas ꕤ jude bellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora