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Canela✨
En ese momento, no percibí nada, pero noté una mirada rara por parte de Scarlett, de repente, sentí una punzada, mi cuerpo se enfriaba.
Entonces es cuando un líquido caliente empezó a resbalar por mi estómago y bajé la mirada para encontrarme con esa flecha.
Mierda, me habían dado, el dolor empezó minutos después, solté un leve chillido mientras inconscientemente tambien a Scarlett.
Esto era grave, y para empeorarlo, hoy era la luna de sangre, vendrían demonios a nuestras tierras, también serían una amenaza.
No lo pensé mucho, tenía que ser fuerte, así que, señalé hacia delante, había un pozo viejo, pero detrás de él se encontraba la parte trasera de la mansión de Scarlett, daba justo a su ventana.
No mencioné palabra alguna, era como si mis cuerdas vocales quemaran.
Ella me miró con una cara entristecida y como si leyera mi mente, Scarlett, corrió hacia allí.
Al menos quiero que un corazón puro sobreviva.
—No te preocupes por mí Scarly, sólo aléjate... Confío plenamente en ti -mis palabras fueron suaves y con una pequeña sonrisa-
—Y-yo.... -hubo un pequeño silencio, se oyeron pasos- Confiaré en tí.
Las entradas principales estaban bloqueadas así que le tocaba escalar, ella no era buena en eso, por suerte la ventana no estaba exageradamente lata y ella pudo alcanzar.
Por otro lado, me senté, no arranqué la flecha para no comenzar una hemorragia, pero rompí los lados sobrantes que sobresalían.
Era incómodo, pero se podía, me levanté, saqué fuerzas, las pocas que me quedaban, a veces me gustaría haber desarrollado mis técnicas.
Los pasos se seguían escuchando, para empeorarlo todo, sentí presencias demoníacas y miré para arriba, la luna estaba roja, ya había demonios pisando tierra sagrada.
A pesar de tener un pacto, los demonios son simplemente.... Molestos, tienen formas horribles y solo saben matar.
Así, con complicaciones, me levanté y comencé a caminar, lo más rápido que mi cuerpo me permitia, tenía que avanzar todo lo posible, perderlos de vista y que me dejaran en paz.
Seguí unos 10 minutos de caminata, que se me pasaron muy rapido, había una cabaña, entré, apoyandome contra la puerta, no encenderia ninguna luz.
