Y mil veces más. [RariJack]

04- Hola, otra vez.

La chica arcoiris miraba a la pequeña pálida alejarse. En eso, la peliazul se acercó con la chica y la miró con una sonrisa, sabiendo lo que podría hacer.

—Veo que te gusta Fluttershy. —Dijo, notando que no podía dejar de mirar a la mencionada.

Al escuchar el nombre la deportista la mira, esperando que siga hablando.

—Estudia veterinaria. —Vuelve a decir.

—¿La conoces? ¿Tienes su número? —Empieza a preguntar emocionada la más alta.

Rarity ríe. —Lo sé. Pero yo no gano nada diciendotelo, aunque es una pena... —dice en tono dramático. —Incluso podría presentartela...

Rainbow la mira dudosa, sabe lo que aquella chica quiere pero había cosas que tal vez no podia decir de su amiga pecosa.

—Olvídalo. De todas maneras sólo la veía como una más. —Dice Rainbow mientras camina, restandole importancia.

Rarity suspira, tratando de mantener la poca paciencia que le quedaba con la arcoiris.

—Querida, lo que sea que tengas que decirme de esa rubia... créeme que no la juzgaré, pero lo hago por mi amiga. Sólo queremos saber por qué la trata así... ella ama mucho mucho Big Mac.

—AppleJack lo sabe. —Suelta Rainbow, tapándose la boca y maldiciendose interiormente.

Rairity la mira orgullosa. —¿Qué cosa sabe AppleJack?

Rainbow Dash suspira con decepción, sabiendo que tendrá que decirle todo después de eso.

—AppleJack siempre fue sobreprotectora con sus hermanos, incluso con Big Mac. Tiene miedo de que lo vuelvan a herir... como cuando tuvo a su primera novia, le fueron infiel y entró en depresión a tal punto de casi quitarse la vida. Nunca hablan de eso, pero a AppleJack le afectó mucho y desconfía de cualquiera que quiera acercarse a su familia. Además... antes de que se conozcan tu amiga y la mía, una chica bromeaba con que tu amiga le sería infiel a Big Mac... lo cual AppleJack no tomó bien. —Contó Rainbow, tan rápido que Rarity a penas logró entender.

"Tengo que contárselo a Sugar Belle... o ella tendrá que hablar con Big Mac. " pensaba Rarity, mientras ahora conducía su auto.

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Y ahí estaban, Sugar Belle y Rarity paradas en frente de la granja Apple.

Y del otro lado la rubia pecosa, saliendo del granero. Mirando desafiantes a ambas mujeres presentes a ella.

—Hola, otra vez.—Dijo AppleJack, rompieron aquel incómodo silencio. —¿Vienes a darme una cachetada otra vez? —Preguntó sarcásticamente con mirada a Rarity.

—Oh... querida. —Respondió nerviosa. —De hecho... estoy aquí, porque...

—¡Sugar Belle, mi amor! —Exclamó lleno de felicidad, Big Mac. Ambos corrieron a abrazarse, mientras AppleJack parecía querer interrumpir aquel momento.

La pareja pareció hablar en voz baja y segundos después se alejaron para charlar mejor.

AppleJack intentaba vigilarlos, pero Rarity detuvo su curiosidad.

—¿Si sabes que no es un niño, verdad?

—Claro que lo sé. —Respondió de mala gana.

—Él sabe cuidarse solo... —AppleJack negó, entendiendo lo que pasaba.

—No lo viviste, Rarity. No sabes nada... sí sólo viniste a mi granja para esto, entonces...

—¿Entonces? —Interrumpió. —Por favor, AppleJack, sólo mira lo feliz que es con ella... ¿No lo vale, acaso? ¿No te gustaría verlo así de feliz todos los días? —AppleJack miró a su hermano, conversando debajo de un manzano no tan lejos.

—Sólo... no quiero perderlo, no quiero perder a nadie más.

—Y no lo harás. —Aseguró Rarity. —Él sigue aquí, él es feliz con ella.

Y la peliazul no sabía cómo...
¿Cómo no había notado antes aquellos bellos ojos color esmeralda?
Los que ahora cautivaron toda su atención, recordandole tanto a aquellas bellas joyas que siempre amó tener.