13- Por tí.

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Aquella peliazul observaba a aquella pecosa sentada en la mesa al lado suyo, tratando de disimular mirando a su celular. Aquella pecosa hacía lo mismo, con la pequeña diferencia de que fingía mirar la ventana al lado de la peliazul.

-¿Y van a pedir algo o se quedarán viéndose a escondidas toda la tarde? -Preguntó aquella alegre pelirosa. Recibiendo una mirada seria de ambas por delatarlas. -¡Oooh! Ya entiendo. -Respondió ante la reacción de las demás, retirándose y volviendo a su trabajo.

De pronto, la puerta del lugar sonó, indicando que alguien acababa de entrar. Aunque, no era alguien, sino una pareja.

-Wow... tú tortuga suena muy linda, muero por conocerla. -La mirada de ambas chicas presentes fue dirigida a aquella pareja recién entrante.

-Algún día te llevaré a mi casa... a conocerla. -Ambas antes presentes miraron a aquel par sorprendidas, más por parte de la peliazul.

-¿Rainbow Dash? ¿Fluttershy? -Preguntó sorprendida aquella peliazul.

-¡Oh! Hola chicas, vinimos por un pie de limón que pedimos para llevar.

-¡Pie de limón para la chica arcoiris listo! -Exclamó con emoción Pinkie, entregandole una caja con el pie dentro. Aquella pelirosada mira un momento a la mencionada cuestionando. -Un momento, a ti no te gusta el pie. -Dice, recordando las veces que le quiso invitar los Pie's que ella misma preparaba.

Rainbow rió nerviosa, rascándose la nuca. -No es para mí. -Miró a la más baja a su lado. -Es para Fluttershy, pero se lo estoy regalando yo. -Dijo orgullosa.

Aquella pecosa y aquella ojiazul se miraron extrañadas, no.. sorprendida... ¿o asustadas?

En fin, no discutirian ahí, pero sabían que de algo tenían que discutir más tarde.

Y así pasó, estaban saliendo de la universidad ambas, desviandose de su camino habitual a sus respectivos hogares.

-¿Vas a mirarme así toda la tarde o quieres que te bese? -Bromeó aquella rubia, haciendo sonrojar a la más pálida.

-¡Ash, no me causa gracia! -Respondió con indignación.
Carraspeó delicadamente y volvió su mirada al frente. -Ahora que recuerdo, tengo que... ir a...

-Ni lo intentes. -Interrumpió la pecosa, sabiendo que Rarity estaba a punto de excusarse para huir. -Tenemos que hablar, por si no lo recuerdas. -Dijo mientras agarraba la mano de aquella peliazul, la cual sólo miraba atentamente cómo su delicada y suave manos era sostenida y guiada por aquella pecosa.

Rarity fue llevada a un parque cerca de la universidad. Estaba lleno de colores verdosos y tenía una hermosa fuente de agua en el centro.

-¿Por qué estamos aquí? -Preguntó aquella peliazul confundida.

-Me debes una cita. -Se sinceró. -Lamento que sea tan simple, es sólo que hasta yo tuve que improvisar. -Acomodó su sombrero nerviosa. -Pero toma esta cita como una pre-cita, la siguiente será la verdadera. -Sugirió entre nervios.

Aquel acto le pareció adorable a la peliazul, así que le sonrió con cariño y sostuvo su manos nuevamente, tratando de que calme sus nervios.

Lamentablemente para la peliazul resultó al revés, pues ahora la que se encontraba nerviosa era ella.

Sentía como su corazón latía mil veces por segundo. Aquella sonrisa recibida causó un gran impacto en su sistema y las palabras le empezaban a fallar.

-Yo...am.... -Bajó la cabeza.

AppleJack sostuvo con delicadeza el mentón de la más baja, subiéndolo para guiar sus miradas a encontrarse. Y así fue.

No lo pensó mucho, estaba segura de lo que quería hacer. El tiempo era perfecto, el clima estaba en su punto y el silencio de su lado.

Juntó sus labios con los de la peliazul, hundiendose en un profundo beso. Dulce, suave y delicado. Perfecto para ambas.

Al finalizar, la rubia plantó un beso en la mejilla de aquella peliazul. Causando un leve sonrojó de ambas partes.

-¿Sabías que me gustas? Bueno, ahora es obvio. Pero no creo que sólo me gustes, Rarity. Me encantas, o tal vez vas más allá de sólo encantarme. Me tienes mal, enferma, enamorada, estoy volviéndome loca y me muero por volver a besarte aunque acabo de hacerlo. -Suspiró.

Aquella peliazul, no supo en qué momento, pero ya se encontraba en la casa de aquella granjera.

No aguantaron mucho el cruce de miradas y volvieron a juntar sus labios, pero esta vez era diferente y no las podrían interrumpir.

La pecosa empujó a la más pálida sobre el sofá, ocasionando que cayera sobre este recostada, la más alta procedió a subirse sobre ella sin apartar sus labios. Pronto, tomaron aire y aquella ojiazul aprovechó para empujar a su oponente al sofá y en un movimiento rápido subió sobre ella. Esta vez sosteniendo e inmovilizando sus manos. Volvieron a juntar sus labios y la pecosa logró escapar del agarre, sus manos pasaron por la cintura de de la más pálida hasta su trasero, sólo dejando leves caricias.
Aquella granjera tenía miedo de ser ruda, sin embargo no era el caso de aquella pálida, la cuál empezó a besar y dejar marcas en el cuello de aquella pálida. Desabrochó la camisa de la rubia y le quitó el sostén, empezando a chupar y besar sin piedad aquellos deseables pechos. No dejaba de tocar su fortalecido abdominal.

-Mmhg... -Jadeaba, sintiendo como aquella pálida mordía y besaba con deseo cada parte de ella.

La peliazul notó las manos sueltas de aquella rubia y las colocó sobre su trasero nuevamente, mientras se sacaba toda la ropa. La rubia se ruborizó al ver aquella pálida piel al desnudo. Apretó su trasero y con su otra mano empezó a masturbar el clítoris de la más pálida, haciendo que se mueva sin parar y que gima como loca.

-Aa-ah! Por favor, no pares... -Sintió cómo intensificaba sus dedos. -No pares... Mmhg! -Se tapó con ambas manos la boca, mientras llegaba a su orgasmo y todo su cuerpo tembló de manera satisfactoria.

AppleJack toqueteó más a fondo y sintió que estaba demasiado húmeda, así que metió dos de sus dedos en aquella mujer.

-¡S-sólo sigue! -Pidió, moviéndose sobre ellos.

Y así pasaron más de dos horas.
Al terminar ambas chicas estaban tan cansadas que quedaron dormidas en el sofá, sólo cubiertas por una manta y abrazadas, una encima de la otra.

Y mil veces más. [RariJack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora