Aquella chica pelirizada, tenía los ojos llenos de brillo al escuchar todo lo acontecido en la vida de su amiga. No dejaba de mirarla con una sonrisa mientras oía atenta los detalles.
—Vaya, Rarity. Y pensar que esa rubia al principio parecía ser realmente mala. —Mencionó, recordando el pasado.
—Lo sé, querida. —Afirmó, terminando de contar los últimos detalles de su vida.
—Hace mucho no teníamos una charla tan profunda y privada, Rarity. —Recordó su amiga, haciendo un puchero. —La peliazul sonrió ante aquel gesto.
—Iré por un postre, ¿vienes?
—¡Claro! Ve yendo, pídele a Pinkie una torta de calabaza para mí.
—Claro, querida. No tardes. –La contraria asintió.
Rarity caminó hacia el mostrador, tocando el timbre en él al no ver a la pelirosada.
—¡Holii, Pinkie Pie a tu servicio! —Miró a la cliente. –¡Oh, hola Rarity!
—Hola Pinkie, quería pedir un pastel de calabaza y uno de zanahoria, por favor.
—¡Oki Doki! En seguida. —Contestó dando saltos hacia una puerta de atrás del mostrador.
—¿Acabas de volver de tu práctica de fútbol? Lamento no haber estado allá.
—¡Oh, no te preocupes! Por ahora no es tan importante. Eso vendrá después, la única a la que le exigo ir es a Twilight porque a Sunset la anima mucho aunque no lo admita.
La peliazul no esperó más de tres minutos, hasta que finalmente llegó aquella pelirosada con la orden.
—Aquí tienes, Rarity ¡Disfruta! —Exclamó con alegría.
—Gracias Pinkie, nos vemos. —Dijo llevando los dos pasteles a su mesa.
Para la suerte de Rarity, Sugar Belle aún no llegaba y la peliazul no podía llevar ambos pasteles en la mano. A medio camino a su mesa, se percató de aquello.
Intentó acelerar su paso y en su torpeza choca con una mujer, haciendo caer el pastel de zanahoria para ella.
—¡Oh no! —Exclamó la mujer al ver el accidente. Después miró a la peliazul. —¡Lo siento tanto! Ven, te ayudaré. —Pidió mientras limpiaba a la peliazul de una que otra migajas derramadas.
—No te disculpes, realmente fue más mí culpa, fuí muy torpe. —Admitió.
—Insisto, te pagaré otro pastel, ¿de zanahoria, no? —Rarity pensó antes de responder, suspirando al ver que no tenía más opción que aceptarlo.
—Así es, querida. Pero no tienes que hacerlo.
Aquella mujer, de cabello rizado y rubio anaranjado se alejó y en menos de veinte segundos ya traía otro pastel de zanahoria.
Rarity la miró con gratitud.
—Muchas gracias, es muy agradable de tu parte. —Dijo agradecida.
—No te preocupes, linda. Debo fijarme más por donde voy. —Recordó con una risa nerviosa de complemento. —¡Ah, sí! ¿Te conozco? Tu cara se me hace conocida. Jaja
La peliazul miró con más atención a la chica frente a ella. No, sin duda no la conocía, pero estaría encantada de conocer a alguien tan agradable.
—No lo creo. Sin duda recordaría a alguien con tan buenos modales como tú. —Comentó.
La rubia rió de manera dulce.
—¡Eres tan encantadora!
—Lo mismo digo, mi nombre es Rarity. Estudio en la universidad Canterlot. —Se presentó con una amigable sonrisa.
La rubia pensó un poco antes de responder, hasta que su teléfono empezó a sonar.
—Discúlpeme linda, tengo que atender.
La peliazul asintió comprensiva, volviendo a su asiento.
—Sugar Belle, no sabes lo que acaba de pasar.
Y así pasó más de media hora hablando de aquella joven rubia de pelo rizado.
[●●●]
La peliroja terminó de cambiarse, saliendo de su vestidor. El lugar seguía en silencio así que sacó su cabeza con cuidado.
Sonrió al ver a aquella castaña de lentes mirando alrededor con cierta paranoia.
—¿Crees que alguien vendrá? —Preguntó con burla a la castaña.
—Olvídalo. No es tu asunto lo que yo sienta o piense. —Respondió con seguridad.
La peliroja rodó los ojos, evitándose una discusión más.
Finalmente bajó su mirada que estaba puesta en la expresión de la castaña, hasta quedar en sus pechos.
Salió del cambiador hasta quedar frente a ella y la tomó del mentón.
—Con la camisa desabrochada pueden pasar muchas cosas por mi mente, pero en ninguna nos mantenemos tranquilas. —Declaró aquella peliroja, poniendo nerviosa a la castaña.
—Imagina lo que quieras. Yo... ya me voy, tengo mejores cosas que hacer.—Dijo mientras terminaba de abrocharse la camisa, saliendo con rapidez del lugar.
Y antes de irse, volteó una vez más hasta quedar frente a Sunset.
—Y...para aclarar, esto no volverá a suceder. Sin importar qué. —Dijo firme, cruzando aquella puerta que la sacaba finalmente de ahí.
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Y mil veces más. [RariJack]
Fiksi PenggemarRarity era una joven con un único sueño; Ser una diseñadora de moda reconocida, lo cual sus padres no apoyaban. Su único apoyo era su amiga Sugar Belle. Mientras que, AppleJack, una joven con el único deseo de seguir con el negocio de su familia y p...