LA ESPADA DEL DRAGÓN

Prólogo

Cuando las oscuridad se crea

Si tú me miras, te miraré
Si tú suspiras, suspiraré
Si tú lloras, te consolaré
Si tú estás en peligro, te salvaré
Si tú sonríes, yo sonreiré
Si tú me amas, yo te amaré
Si tú me besas, corresponderé
Si tú duermes, protegeré tus sueños
Si tú caminas, te seguiré
Si tú luz se apaga, yo moveré cielo mar y tierra para recuperarte, venceré a todos los dioses del universo para volver a tenerte de regreso.

Todo comenzó una tarde hace cien años en el cumpleaños número treinta del rey Jensen Jhersun, el sol se coloreo de rojo, un rojo tan intenso que asustó en demasía a los habitantes del reino, un incesante y creciente pánico se apoderó de todo suhnkoree, un sol de sangre no era muy buen augurio en un día tan especial como aquel, más creció el pánico cuando un fragmento de aquel sol de sangre se desprendió de el y cayó en la tierra, una enorme criatura emergió de las llamas.
Aquella criatura era enorme, su cuerpo estaba formado por escamas de un color negro tan intenso como una noche sin luna y sin estrellas, unas alas tan grandes que hacían pequeños vortices de viento cuando estas se batían, su cuerpo era rodeado por pequeños destellos de un color azúl demasiado brillante, unas enormes y afiladas garras y de su hocico lleno de enormes dientes puntiagudos y filosos, salían llamaradas que comenzaban a cubrir con un manto de fuego el pueblo de suhnkoree.
Los soldados del rey Jensen comenzaron a atacar en un intento inútil de acabar con aquella criatura que estaba destruyendo el reino y a su pueblo, pues ni un arma parecía penetrar esa coraza de escamas, ni la flecha hecha con el metal más duro y resistente del continente.
La criatura siguió atacando, pero no por mucho, pues Frode Lhegbbud uno de los hechiceros más poderosos de la Órden Gufoons y el cual trabajaba especialmente para el rey Jensen intervino, este no pudo derrotarlo, pero por suerte consiguió que aquella bestia se marchara no sin antes dejarle una herida en una de sus alas, el pánico cesó un poco cuando la criatura desapareció entre las llamas, aquélla noche no fue la única vez que la criatura atacó, hubo ataques en pueblos cercanos como Geebven, Foorkcen, Wenguerzbor.
Durante varios meses la criatura a la cual bautizaron como dragón, atacó a la mayoría de los pueblos cercanos a suhnkoree, los habitantes de los pueblos vivían en constante pánico, pues la criatura podía atacar en cualquier momento y hasta ahora nadie había podído derrotarla, pues aquélla bestia aparte de ser muy fuerte y resistente, poseía una magia muy poderosa en su interior.