Capítulo 4

53 33 1
                                    

Nace de nuevo el rencor

Serte fiel y protegerte, siempre amarte y complacerte
Sueño siempre con verte, pero es tan mala mi suerte que siempre despierto sin poder tenerte.

Se escuchaba el sonido de una respiración un tanto pesada, algo en su cuerpo también se sentía pesado, pero se sentía demasiado cálido, esa sensación le era sumamente agradable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se escuchaba el sonido de una respiración un tanto pesada, algo en su cuerpo también se sentía pesado, pero se sentía demasiado cálido, esa sensación le era sumamente agradable.
Eilert abrió los ojos de manera lenta, miro a su alrededor un tanto asustado, pudo observar paredes pulcramente blancas, tal vez marfil, miro más detalladamente y se dio cuánta que era un palacio aún que no era muy colorido, todo lo que podía ver era blanco y detalles en dorado, también se dio cuenta que estaba en una enorme habitación donde solo había algunas estatuas.
Detuvo sus pensamientos y a su mente llegó una pregunta,¿Si no había nada cómo es que se sentía tan cómodo donde estaba recostado?
La misma respiración que escuchó cuando estaba despertando se escuchó de nuevo, Eilert giro su cabeza y su corazón se detuvo un segundo, junto a el se encontraba una enorme bestia dormida que bufaba en cada respiración que daba, entonces, lo recordó, recordó a los pequeños elfos, que había corrido por el bosque y que de la cueva había salido la misma bestia que ahora se encontraba junto a el.
Con cuidado se levantó y miro a la bestia con curiosidad, se dio cuenta que se sentía tan como ahí por qué todo el tiempo estuvo dormido sobre la cola de la bestia, Eilert retrocedió con cuidado y comenzó a caminar buscando la salida de aquel enorme palacio, había tantos salones y habitaciones, aquel palacio era muy grande, pero el príncipe siguió buscando la salida de aquel lugar.
Cuando ya estaba por rendirse, Eilert miró una enorme puerta, corrió hasta ella, la abrió con todas sus fuerzas y creyendo que podría escapar miro al frente, llevándose una sorpresa acompañada de un susto, pues no había nada, solo nubes y una cascada pero no podía ver el suelo, el palacio estaba en las nubes y no había escapatoria pues el no podía volar, si intentaba escapar solo caería.

Eilert se quedó ahí viendo las nubes, soltó un suspiro pesado, su exprecio cambio a una de decepción, el no podría irse de ahí, pensaba en su casa, en su familia, aún que claramente ellos no lo estaban buscando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eilert se quedó ahí viendo las nubes, soltó un suspiro pesado, su exprecio cambio a una de decepción, el no podría irse de ahí, pensaba en su casa, en su familia, aún que claramente ellos no lo estaban buscando.
-¿Qué crees que haces cachorro?-
Una grave voz y unos pesados pasos se escucharon detrás de el, Eilert se tenzo comenzando a sentir miedo, mientras que el principe no se atrevía a voltear y mirarlo.
La bestia sentía tanto miedo de verlo en la puerta, su invitado quería escapar, como todos, pero esta vez era diferente para el, la bestia no quería que el chico se fuera quería que se quedara con el, tenía esa sensación de que lo quería a su lado.
-¿Vas a comerme?- Eilert preguntó aún sin mirarlo con un leve temblor en la voz.
-Voltea para que pueda mirarte, ahora-
La voz fuerte y demandante de la bestia lo hizo estremecerse, Eilert con miedo se volteo lentamente y miro a la enorme bestia ahora frente a el.
La bestia miro su rostro y retrocedió un poco, pero su postura intimidante e increbrantable se mantuvo.
-¿Vas a hacerme daño?- el príncipe estaba tan asustado, no sabía que iba a pasar con el o que es lo que le haría esa aterradora criatura.
-¿Cuál es tu nombre cachorro?- pregunto la bestia sin responder a la pregunta que le había hecho el príncipe.
-Eilert Jhersun príncipe de suhnkoree- el príncipe simplemente contesto.
La bestia por otro lado gruño con rabia, frente a el estaba un miembro de aquella maldita familia que le había arrebatado todo y lo había condenado a vivir en aquel palacio completamente solo, cuando el solo intentaba encontrar a la persona que amaba tanto y que le habían arrebatado.
El príncipe se encogió en su lugar, estaba más asustado por como reaccionó la bestia cuando le dijo su nombre.
-Tengo que volver a casa tienes que dejarme ir- el príncipe hablo con tanto miedo y su cuerpo temblando.
-Callate, no te irás de aquí, no hasta que tú maldita familia me devuelva lo que me quito- la bestia hablo con tal rabia que su osico comenzó a expulsar humo y unas partes de su cuerpo se iluminaron con destellos azules.
Eilert por su parte solo podía pensar en lo que dijo, que es lo que se había robado su familia que le pudiera pertenecer a el.
La bestia se acomodo y lo miro.
-¿Qué es lo que te quito mi familia?- pregunto con curiosidad.
-Todo mi poder, cinco asquerosos hechiceros me atacaron quitándome cada gota de mi poder, yo solo quería encontrarlo- la exprecion de la bestia cambio radicalmente a una de tristeza, el solo podía pensar que le habían arrebatado todo, sentí un inmenso rencor por aquellas personas que le quitaron la oportunidad de buscar a su amado.
Por su parte Eilert se sentía tan apenado por eso, le quitaron su poder y lo dejaron sin el amor de su vida, bueno el jamás se había enamorado, pero podría imaginar que era muy doloroso que te alejaran de la personas que amas.
-Si esperas que vengan a rescatarme, eso jamás sucederá, nadie vendrá por mi- el príncipe tomo asiento en el piso mirando a la criatura.
-Deberias dejarme ir nadie vendra- el príncipe insistió.
-He dicho que no, alguien tiene que venir por ti tarde o temprano- dijo la bestia ahora con un semblante molesto y Eilert solamente suspiró.
-¿Qué es lo que eres?¿Cómo te llamas?¿Tienes nombre?- Eilert aburrido comenzó a preguntar.
-Callate eres fastidioso- la bestia se notaba cada vez más y más molesta.
-Me callaré hasta que me lo digas- la bestia bufo molestó sacando humo por su nariz.
-Me llamo Larson y soy un dragón de sol, soy el último dragon de sol que queda- el príncipe lo miró asombrado.
-Wow eso es maravilloso y ¿Cuántos años tienes?- pregunto de nuevo con cuiriosidad el príncipe.
-Mil cien años tenía mil años cuando baje de mi hogar para venir a tu globo- Eilert miraba y escuchaba fascinado lo que el dragón le decía, era tan grato tener con quien hablar.

Eilert y Larson pasaron todo el día hablando, más bien Larson contestaba a las preguntas del príncipe por qué este era muy insistente y sobre todo curioso, eso era algo que a Larson le molestaba, el cachorro humano era muy ruidoso, pero muy dentro...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eilert y Larson pasaron todo el día hablando, más bien Larson contestaba a las preguntas del príncipe por qué este era muy insistente y sobre todo curioso, eso era algo que a Larson le molestaba, el cachorro humano era muy ruidoso, pero muy dentro de su corazón y aún que el se mostrara indiferente frente al príncipe, le agradaba la sensación de tener alguien que lo acompañara en ese enorme y solitario palacio.
Para cuando ambos se dieron cuenta, el tiempo había pasado y por los cristales del palacio ya todo se había tornado oscuro.
-Vamos cachorro es hora de que duermas- el dragón comenzó a caminar y fue al mismo lugar donde había despertado Eilert, se enroscó cubriéndose un poco con su cola y cerro sus ojos, el príncipe lo siguió y se acercó un poco recostabdoce a su lado, se quedó un rato pensando y después el sueño lo invadió y se quedó completamente dormido.
Era tan agradable para los dos, estar acompañados el uno del otro aún que por fuera ninguno de los dos lo demostrara.

Era tan agradable para los dos, estar acompañados el uno del otro aún que por fuera ninguno de los dos lo demostrara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LA ESPADA DEL DRAGÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora