LA ESPADA DEL DRAGÓN

Capítulo 7

Reaparecimiento de una bestia

Si un día volvemos a vernos, abrázame tan fuerte para poder sentir tu amor tan cálido como aquel abrazo tan tierno.
Cuando volvamos a encontrarnos, besame tiernamente para que pueda sentir que me besas eternamente.

Confiar ciegamente en alguien solo porque es amable y parece bueno es un completo error, pero Eilert no sabía esto, aquel vendedor del mercado parecía muy buena persona y le había ofrecido una cosa dulce que le gustó mucho, bueno Eilert no tenía mucho conocimiento sobre personas ya que creció aislado de todas.
Aquel vendedor era una farsa total y Eilert muy inocente para notarlo, el corazón de algunas personas estaba muy podrido y solo por ambición.
-Joven caballero veo que le gustó el dulce que le ofrecí- hablo de manera cínicamente amable aquel vendedor y Eilert solo sonrió feliz.
-Si me encantó, podría darme cuatro porciones más por favor- pidió Eilert y el vendedor sonrió.
-Por supuesto serían cuatro pepitas de oro- contesto y puso cuatro porciones de aquel raro pero rico pastel en la canasta de Eilert, pero cuatro pepitas era un robo pero Eilert esto no lo sabía.
Eilert saco un bolso con mucho oro y el vendedor lo miro asombrado, en su cabeza solo podía pensar en como quedarse todo el oro que Eilert tenía.
-Aqui está, muchas gracias- Eilert tomo su canasta y siguió explorando el mercado.
Eilert no se había dado cuenta pero aquel cínico vendedor había dado orden a cuatro tipos para seguirlo y arrebatarle el oro que tenía, mientras que Eilert caminaba explorando todo a su paso choco con alguien de espalda firme, el hombre se volteo y miro a Eilert de manera aterradora.
-Disculpe estaba distraído- Eilert hizo una reverencia pidiendo disculpas, el hombre solo continúo mirandolo de mala manera y esto asusto a Eilert, luego el hombre sonrió de manera más aterradora y Eilert lo miro desconcertado y más asustado que nunca, sin esperarselo el hombre lo tomo del brazo y Eilert comenzó a forcejear.
-Calma cachorrito acompáñame vamos a divertirnos un rato- sonrió de manera más perversa aún.
-Suelteme no quiero ir por favor- Eilert estaba aterrado, pronto tres hombres más se acercaron y lo tomaron para llevárselo a la fuerza, lo arrastraron hasta la zona menos concurrida de la aldea, Eilert no sabía porque estaban siendo malos si el no les había echo nada y por supuesto, nadie se había atrevido a ayudarlo porque las personas igual se estaba muriendo de miedo, las personas de ahí ya conocían a esos cuatro y al vendedor por eso preferían no meterce.
Algo que por supuesto no sabían aquellos hombres era que lo que estaban por hacer a Eilert pronto estaba por convertirse en su peor pesadilla.