𝐌𝐢𝐝𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐑𝐚𝐢𝐧 [𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲]

𝟎. 𝐆𝐚𝐛𝐲 𝐯𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐒𝐚𝐦𝐲 𝐥𝐚 𝐞𝐥𝐞𝐠𝐢𝐝𝐚

NARRADOR OMNISCIENTE

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Los gritos en esa casa no cesaban, una pelea, una pelea demasiado fuerte estaba sucediendo en esa casa.

Esas peleas eran constantes, pero en esta ocasión eran mucho más fuertes. Eran una pareja, con hijos de por medio.

—¡Ya me tienes hasta la madre! — Se escuchó el grito del hombre furioso, con los llantos de su esposa de fondo.

—¡No sirves para nada! — Volvió a escuchar el grito del hombre, pero de tras de eso, se escuchó un fuerte golpe. —¡¿CUÁNTAS VECES MÁS TE TENGO QUE REPETIR QUE EN ESTA CASA SE HACE LO QUE YO DIGA?!

Se escuchó una fuerte cachetada, que obviamente no había sido dadá por la mujer.

Después de ese ruido, el llanto de la mujer aumentó el triple y los golpes no cesaban.

El hombre tenía a la mujer, arrinconada en el sofá, mientras el de pie estaba frente a ella, proporcionándole cachetadas y golpes fuertes en la cara. La mujer solo lloraba y esperaba a que el hombre se cansara de golpearla y se fuera a dormir.

—¡SOY EL HOMBRE DE ESTA CASA Y TU TIENES QUE HACERME CASO EN TODO LO QUE TE DIGA!

—Por favor, ya basta. — Pidió la mujer entre llantos.

Cachetadas, tras cachetadas. Así era siempre, hasta el punto de quedar desmayada en el suelo o desangrándose.

—¡ERES UNA MUJER Y LAS MUJERES NO SIRVEN PARA NADA! — El hombre estaba furioso, gritaba demasiado fuerte, que de seguro más de un vecino los estaba escuchando.

—No me digas esas cosas. —Pidió la mujer.

—¡TU ÚNICA OBLIGACIÓN ES HACERME CASO EN TODO LO QUE TE DIGA, ¿ENTIENDES? — Gritó, mientras la jalaba de los cabellos.

Sara no respondió nada, de su boca solo podían salir llantos y brameos.

— ¿ESCUCHASTE O QUIERES QUE TE META OTRO GOLPE EN LA CABEZA A VER SI ENTIENDES? — Rugió, Mientras la aventaba contra el suelo.

— Si, Gabriel. Ya escuché. — Asintió la mujer, deseando que su marido dejara de golpearla.

En esa misma casa, en una habitación al fondo, escuchando los llantos y los golpes. Escondidas en un armario, se encontraban dos niñas.

Dos niñas que fueron producto del amor que una vez tuvo esa pareja.

Samantha, la mayor de apenas 10 años, abrazaba a su pequeña hermana Gabriela, de apenas 6 años.

Escondidas en la obscuridad de su closet, lloraban, escondidas para que cuando su papá terminara de golpear a su madre no fuera a ir por ellas.

Porque si, también las había golpeado a ellas en varias ocasiones.

Gabriela apenas y entendía lo que estaba pasando, solo sabía que no le gustaba para nada, le daba miedo cuando su papá se ponía así de mal y más porque, en alguna ocasión, las había llegado a golpear a ellas también

En cambio, Samantha, al ya saber todo lo que estaba pasando, lo único que podía hacer era entre llantos, tapar los oídos de su hermana menor para que los gritos de su madre no fueran tan sonoros.

— No llores, Gaby, todo va a estar bien. — Calmo Samantha, con ambas manos tapándole los oídos con las manos.

—Mami grita muy feo. — Dijo la menor con la voz cortada.

—Ya se pasara. — Trató de calmarla, con la voz cortada, soportando las ganas de llorar.

No podía darse el privilegio de ponerse a llorar. Por más que le dolía todo lo que estaba pasando, Gaby tenía que ver una figura fuerte en ella. Si se ponía a llorar ella junto con Gabriela, se asustaría más.