𝟏𝟒. 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬 𝐟𝐞𝐭𝐢𝐜𝐡𝐞𝐬

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GABRIELA'S POV.

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Estaba haciendo exactamente lo que Rosa me había dicho después de contarle lo que había sucedido con Alex, Rosa me contó que efectivamente a pesar de tener confianza con él y que mi androfobia disminuyera, me generaba estrés y miedo el no llevar la iniciativa en las situaciones como esa, reaccionaba así de mal.

Al desconocer las intenciones que tenga él, me genera el pánico.

Ahora me encontraba haciendo caso a la recomendación de la doctora Rosa, estaba tratando de que mi condición física mejorará. Estaba corriendo al rededor del parque que había corrido aquella vez con Roier. Pero era un gran avance. Ya llevaba 10 minutos corriendo y me sentía igual de cansada, pero me esforzaba por seguir.

Corría al rededor, era temprano y no había casi nadie, llevaba mis audífonos y según yo estaba escuchando una canción motivadora para que pudiera seguir corriendo

Era creo que la cuarta vuelta que daba al parque y sabía que podía resistir un poco más.

Estaba tan concentrada en dar lo mejor de mí, que no me percaté que con toda la facilidad del mundo, así como si nada, Victoria se unía conmigo a trotar.

Para ella correr era una parte de su rutina. Era una persona que se la vivía en el gimnasio y en forma. Además, que tenía un cuerpo muy tonificado, era preciosa y al casi graduarse como diseñadora de modas se vestía increíble.

Dejando de lado lo físico, también tenía uno de los corazones más puros y preciosos que había visto en mucho tiempo, siempre estaba dispuesta a ayudar a quien sea.

Me cayó de sorpresa ver como se unía a mí a correr y más me sorprendió como lo que a mí me había costado, ella me alcanzó al instante.

—hola, Gaby. — saludo alegre, sin dejar de correr.

—¿Qué haces aquí? — pregunté con la voz entrecortada.

—Rivers me dijo que estabas aquí. — me dijo encogiéndose de hombros.

Deje de correr, o hablábamos o corría, no te podía manejar las dos al mismo tiempo.

—Te ves un poco mal. — Dijo un poco dudosa.

—Como siempre. Además, estoy corriendo y yo nunca lo hago. — agregué

—Me refiero a que tienes ojeras, que parece que no dormiste anoche y vaya que tú duermes de más.

Consiguió sacarme una pequeña sonrisa.

Sin embargo, esa sonrisa se borró cuando recordé que Victoria nunca había venido a buscarme, ella siempre estaba en su casa o en su mundo, eso significaba que algo andaba mal.

—¿Ahora que te dijo Quackity? — pregunté directamente.

Ella no se molestó en ocultar su cara, se limitó a solamente poner una mueca.

—Que seguramente necesitarías compañía, y preferías que yo viniera antes que él.

Yo sonreí en agradecimiento.

—Estábamos en el gimnasio cuando me dijo y Roier también quería venir, pero Quackity mencionó algo sobre que era mejor idea que fuera yo la que viniera a hablar contigo.

Cerré los ojos en una mezcla de vergüenza y culpabilidad. Y también de agradecimiento. No le había dicho nada, de habérselo dicho, Victoria habría tratado de empezar a terapearme.

𝐌𝐢𝐝𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐑𝐚𝐢𝐧 [𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora