CAP 4

57 16 2
                                    

<<No, no, solo fue un mal sueño, que eso no te haga pensar cosas equivocadas!>> Dante suspiró y se apoyó en un casillero, con sus ojos algo rojos se preguntó internamente. <<Son cosas equivocadas... No?>>

Dante salió del sitio, como las clases ya estaban por acabar decidió darse un tiempo. Nada más un descanso, eso le bastaría para dejar de pensar en estupideces, o lo que suele llamar pensamientos idiotas. Por el camino se percató del lugar en el que se encontraba en ese instante, era el mismo en el que ocurrió todo. Sin una pizca de miedo o enojo avanzó. Se acercó a una máquina expendedora y le hecho dinero, apretó un número y cayó una bebida, la cual él abrió, tomándola de un sorbo. En eso sintió algo por su espalda, un inmenso peso lo rodeó por completo, como si de una carga bastante pesada se trataba.

—Hola Dante!— Alisson abrazó por la espalda a Dante, este sorprendido exhaló una risa leve.

—Hola linda. Cómo estás?—

—Eso debería preguntarte yo a ti, no tenías práctica hoy? Te encuentras bien?— Claramente Dante no lo estaba, tanto por el sueño como la actitud tan rara de su novia las veces anteriores, era diferente, al menos en ese momento y de una manera buena, parecía volver a ser la misma de hace mucho tiempo, como la primera vez.

Aquella tarde en el que una chica tan linda se le declaró en medio de una victoria de su equipo de deporte. Era su crush, como no la aceptaría? La amaba por todo lo que era y lo que hacía, la apoyaba, quería y consentía. Una pareja hermosa, tal vez demasiado pronto para ser real, pero no muy tarde para ser de verdad.

—Estoy bien, solo tuve un...— A Dante se le revolvió el estómago cuando pasó por su mente el dichoso momento de "celos". —Un inconveniente... Ahora me encuentro mejor!— Prosiguió la oración, con un poco de incomodidad. <<Dios, por qué no puedo olvidar esa... Carajo...>> Dante desvió la mirada, observó la lata que bebió hace un momento. Alisson notó esto, miró a los alrededores y se recargó en el pecho de Dante.

—Me encanta escuchar eso, vamos a por un aperitivo?—

—No veo por qué no.—

Dante y Alisson se dirigían a la cafetería, el turno de la tarde estaría apunto de llegar, por lo cual no les negarían el acceso a la comida, a pesar de ser de turno matutino.

Mientras caminaban Dante pudo notar a Alisson algo inquieta, miraba a todos lados, como si temiera de algo o alguien. Pudo también ver que se alejaba un poco de él cuando veía personas a lo lejos o escuchaba voces cerca. Era algo raro para Dante, trató de evitar cuestionarla, luego buscaría preguntarle lo que le pasaba. Aunque no sabía si era lo más conveniente. Después de todo aún le inquietaba la pesadilla con la cual soñó.

Al llegar a la cafetería no se observó ni un alma, estaba vacío en cuanto a estudiantes. Solo estaban los y las encargadas de la comida y limpieza del lugar abriendo y colocando en su lugar cada objeto o utensilios que se podría utilizar.

—Quieres un poco de carne?— Alisson abrazo el brazo de Dante, sonrió angelicalmente, al hacerlo entrelazó la mano de Dante con la suya.

—Claro, todo está perfecto para mi.—
Dante acarició el pelo tan lacio de Alisson, lo apartó de su rostro para apreciarla mejor.

Se sirvieron un poco de comida y se fueron a sentar a un par de mesas que estaban cerca de ahí. Dante creía que Alisson se sentaría a su lado como acostumbraban a hacer hace tiempo, pero al parecer no, ella se coloco enfrente suya y solo lo tomo de las manos de vez en cuando. Como alguien normal, en cualquier situación.

Claro, Dante todavía pensaba en cosas pasadas, para tratar de resolver las cosas y situaciones futuras, eso es algo difícil. No se puede usar el pasado en el presente para alterar el futuro. Es una regla básica, pero de todas formas se veía que no lo entendía. Cegado por el amor. Cada quien se destruye como quiere.

La comida fue buena, solo que algo incomoda. No hablaron mucho en si, Dante se sentía algo mal por eso, no sabía si era todavía la pesadilla que lo aturdía o las actitudes de Alisson que hacían que sospechara más.

—Alisson...— Dante nunca desconfiaría de ella, la amaba mucho, entonces quería corroborar lo que ya sabía que una mentira sería. Trató de explicarle, pero Alisson lo calló de un grito, parecía que se le hizo tarde para algo.

—Ay no!!! Es muy tarde, tengo que estar en el ensayo en menos de 5 minutos!!!— Alisson se acercó y beso en el cachete a Dante, para luego despedirse a lo lejos. —Adios!—

Dante miró como Alisson se iba yendo. <<Aaaah... Bueno para la próxima... Ahora que lo pienso tengo que ir con los chicos.>> Dante se levantó de su asiento y caminó a por los chicos, quienes deberían estar por irse.

Por entre los pasillos miraba desconcentrado al techo, mientras caminaba no paraba de pensar en todo en general, debido a esa circunstancia no pudo escuchar cuando Miguel le gritaba su nombre desde la lejanía.

—DANTE!— Miguel se acercó rápidamente, sus pasos resonaban en el suelo como si estuviera furioso, ahí fue cuando Dante se dio cuenta de la presciencia de los chicos. Miguel llegó a su costado y lo que parecía ser un golpe a puño limpio se convirtió en un leve empujón, que se dirigió a su pecho.

—Qué te pasa amigo?— Miguel preguntó aún sin bajar la mano de enfrente de Dante, quien se quedó callado, por unos instantes iba a decirles lo que sentía y como se sentía, pero sus labios no pudieron soltar nada, si no un simple...

—Estoy bien.— Claro que no lo estaba, pero que les podría decir? Ni si quiera estaba seguro de sus teorías, y si eran ciertas, solo eran preocupaciones, las cuales no eran del todo correctas.

—Seguro? En el entrenamiento de hoy te veías algo diferente...— Miguel lo abrazó de un brazo y caminaron juntos a por donde se encontraban los otros chicos. Dante se encontraba algo apagado, algo de lo cual Miguel notó. —Un delantero enojado puede hacer mucho daño, no crees?—

—Qué te hace pensar que estoy enojado? No estoy enojado.— Dante cuestionó la suposición de Miguel, este sabía que se encontraba enojado por algo, pero si él ahora mismo estaba así de tranquilo tal vez no era algo tan grave, sin embargo en el partido no se notaba lo mismo.

—Bueno... Entonces no sé qué sea, pero podrías llegar a lastimarte o lastimar a alguien con esa actitud.—

—JAJA, ya suenas como una madre preocupada.— Dante liberó sus preocupaciones y se divirtió un poco, Miguel no suele preocuparse así, el chico tan moleston, gritón y algo mandón mostrándole empatía? Eso lo hacía reír.

—Pues estoy preocupado, nunca te habíamos visto haci en mucho tiempo, más bien nunca.— Aún con la actitud más alegre de Dante Miguel se mostró firme y serio ante el asunto. Miro a Dante a los ojos, este también lo miró mientras Miguel dejaba de abrazarlo. —Somos amigos... No? Si te pasa algo puedes confiar en mí.— Dante se sentía estúpido por lo que le sucedía, pero quizás él podría entenderlo. Estuvo a punto de decirle lo que le ocurría, pero en eso sus compañeros les interrumpieron, todos le preguntaron lo que anteriormente Miguel ya había hablado con Dante.

Dante sin ganas de expresarse decidió mejor decir una que otra mentira, para no preocuparse ni preocuparlos, ya las cosas aclaradas parecía estar él a, lente más agradable, aunque un comentario hizo que Dante se exaltara.

—También... el chico al que casi matas dijo que mejor te relajaras o bueno creo que...— La voz de su compañero se esfumó en su mente, Dante sabía que se trataba de Eduard. Él no tenía la culpa de nada, solo, fue un malentendido grave, ni siquiera lo había visto cerca de Alisson, tal vez ni siquiera se conocían, y Eduard solo usaba las cosas populares y de moda por eso mismo, estar a la moda.

<<Debería disculparme?>> Dante se replantó todas las situaciones que a vivido últimamente, Eduard no es el culpable de nada, fueron sus pensamientos y celos los que causaron sus propias dudas, disculparse por el pelotazo que casi recibe sería la mejor opción. Después de todo, nada podría salir mal, no?

Dos tontos enamorados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora