CAP 8

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Luego de terminar, los protagonistas y personajes secundarios se quedaron al finalizar las primeras instrucciones.

—Bien, les entrego los guiones.— Después de entregar a la mayoría el último guión fue entregado a Dante, quién todavía seguía paralizado. —Alguien te odia...—

La chica quien llevo a Dante a ese lugar le entrego el guíon. Dante sabía que lo que decía era verdad, pero no creía la capacidad de ser tan jodidamente odiado hasta leer el guión.

—TENGO QUE BESAR A ESE TIPO?!— Dante gritó por la tan inesperada petición. Segundos después se cubrió la boca para no llamar más la atención.

—Bueno, no esperabamos que fuera un hombre, pero solo es un beso y ya, no te preocupes mucho.—

<<Cómo no preocuparme si fue por él que deje a Alisson!>> Dante arrugó el papel del coraje.

—Eso es extraño. Mejor podría besarlo yo.— Alisson sugirió desde el otro lado del escenario. El grito de Dante llegó hasta Alisson, Dante solo deseaba que no reconociera su voz.

—Eso significaría no ser la artista principal...— El director se acercó a Alisson y le dio un golpe bajo con sus palabras. —En serio quieres rebajarte al nivel de una simple secundaria, cómo en los viejos tiempos?—

Alisson entendió y se quedó callada. Eduard solo veía detalladamente el guión por detrás de ella mientras Dante guardaba toda la información desde el otro lado en las sombras.

—Okay, pueden empezar a practicar, ya sea hoy o otro día, les entregaremos llaves a cada uno de un pequeño camerino, sientanse como en casa. Estará abierto de...— Mientras explicaban todo esto...

Eduard se acercó a Dante. Este se entro en pánico internó. Trato de alejarse un poco, pero Eduard lo tomo de un hombro y hablo un poco con él.

—Hola amigo! Espero que nos llevemos bien!—

<<Bien mis bolas...>> Dante se quitó de encima a Eduard con un leve empujón, sutil.

—Ustedes ahí atrás! Entendieron?— El director algo enfadado regaño a ambos chicos. Ellos dos asintieron.

Ya acabado todo Dante trato de huír del lugar. Escapando a toda costa de los dos puntos rojos que apuntaban a él, como en un tablero. Al casi llegar a la salida la voz de Alisson lo detuvo.

—EY TÚ!, no te vayas.— Dante sin saber por qué se detuvo se dió media vuelta y Alisson lo tomo de la parte superior de su traje, jalando hacia abajo. —Quién eres? Y por qué elegiste ese papel?!— Dante se abstuvo de responder, el miedo de que reconociera su voz era mucho.

—Oye, podrías soltarlo?— Eduard apareció de la nada. Alisson le hizo caso y se retiró de ahí, golpeando a Dante con su hombro mientras lo hacía.

—Gracias...— En voz baja Dante agradeció.

—No hay de que! Oye, ya que seremos  compañeros de obra, podría saber quién eres?— Dante busco una excusa, pero Eduard insistía, llegando casi a quitarle su media máscara de la cara.

—Eduard! Vení!— Eduard se distrajo por un momento y Dante vio la oportunidad de irse, no la desperdicio.

Llegó corriendo a su departamento, ya ahí, se calmó, nada podía salirse de sus manos... O eso creía. Dante se dio una ducha y ahí pensó en todo el guíon, también reviso todas sus escenas, le molestaba cada vez que veía "esa" escena en particular. Besar a ese tipo le parecía muy innecesario. Pero todo por la obra, y quizás algunos puntos extra, aunque sobre todo para terminar esa tortura de una vez por todas. En eso una idea surgió, podría modificar algún movimiento si deseaba, solo si el director no lo observaba...

<<Perfecto, no?>>

Un mensaje llegó a su teléfono, él lo observo, tendría un compañero de cuarto que llegaría ese mismo día en la noche. Dante no le importaba mucho, hasta leer el nombre de aquel individuo. "Eduard"

<<Me estás jodiendo nuevamente... No, de seguro es otro... Mierda.>> Era el mismo, el apellido coincidía, y no pensaba que se trataba de casualidad.

Dante se preguntaba si estaba maldito.

<<Espera... Él no sabe que soy el de la obra... Ni el que lo siguió a escondidas... Entonces... Si no se entera, podré vivir en paz por un tiempo hasta mudarme a algún otro lado!>> Por primera vez su cerebro razonó una solución.

Solo le quedaba ocultar cualquier evidencia de que era el de la obra, tuvo que ocultar su guión y el traje junto con la máscara. Su plan ya estaba resuelto. Ahora solo faltaba recibirlo.

—Hola!— Eduard saludo a Dante. Este también lo hizo. Ambos pasaron. Todo iba perfectamente bien. Eduard no sospecho de nada. Y Dante solo reía por dentro.

La primera noche con ese tipo no fue la gran cosa. Puesto que simplemente llegó dejando diversidad de objetos y ropa. No durmió ahí. Más que perfecto para Dante...

—CORTE!— Saltarse clases era genial, pero para hacer la obra no lo era, para nada. Ya era otro día.

Dante se sentía cansado, casi toda la mañana y ni siquiera una línea había ensayado en general. Pensaba que si, era una obra, pero no era la gran cosa como para tardarse años. Mientras veía su guión pudo notar un error ortográfico, de hecho muchos. Para entretenerse un rato decidió arreglar su guión, también como excusa para retocar algunas partes. Intento sacar el único lápiz que podía tener a la mano y no sintió nada. Lo había perdido.

<<En serio? No otra vez, y no tengo lapicera...>> Una mano le entrego un lápiz enfrente suya y se retiró al escenario —Oh! Gracias!—

Al empezar a corregir se percató de ese peculiar lápiz, era idéntico al que Eduard le había dado esa vez.

—Este lo había perdido... Cuando...— Dante giro lentamente para ver de reojo a Eduard. Seguía en el escenario. Dante se congelo. Ese lápiz lo había perdido el día que siguió a Eduard.

Dante se paró de su asiento y planeo irse.

—Liam! (Nombre del personaje) a dónde vas?—

—Al baño...—

—Bien, no tardes!—

<<Cómo si fuera a actuar hoy viejo...>> Dante noto como Eduard lo miraba muy seriamente. De ahí salió en dirección al baño.

Al llegar se miro en el espejo, no podía creer que Eduard lo había visto. O solo estaba jugando. No, claramente no lo estaba haciendo. Dante miro nuevamente el lápiz.

—Niegalo todo..._

Al volver al teatro no había nadie, había pasado mucho tiempo en el baño. Ni el se la creía, entonces fue a su departamento. Pero al estar en la puerta, no trato de abrirla, más bien solo tocó la manija y dió media vuelta, pero alguien enrollo su cintura y lo atrajo adentro del departamento.

—Eh? Hola Dante!— Eduard saludo de lo más normal.

<<Qué..? No sabe quién... Oh... Lo olvide.>>

Dos tontos enamorados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora