II: tu cosa sabe mucho

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Tras varias horas de caminar ambos pilares no encontraron señales de ningún demonio o algo que explicará las desapariciones de las jóvenes chicas del pueblo, el amanecer se hacía mirar mientras ambos volvían al pueblo en busca de una casa de glicinias para dormir un poco y continuar investigando más tarde.

Al llegar a la casa de glicinias una chica los atendió, era joven de cabello mediano castaño.

-Buenos días, pasen por aquí- La chica los guió hasta una habitación con dos futones, la joven no parecía tener más de 16 años -Si necesitan algo avisen por favor- Dijo y se retiró dejándolos a los dos solos.

Sanemi se estiró y bostezó un poco -Al fin... Tenía un sueño terrible- hablo mientras se sacaba el Haori y se recostaba en uno de los futones.

Obanai también se sacó el haori, lo doblo y dejo al lado de su futon, para que Kaburamaru se acueste ahí, bajo a la serpiente y está antes de recostarse en el haori de su dueño fue en busca de el albino.

-¿Ahg? ¿Ni dormir en paz me vas dejar?- rió el mayor al ver la serpiente acostarse a su lado -Hey, más vale que la controles- le sonrió a el azabache antes de dormirse.

El pilar al ver dormir a su compañero junto a Kaburamaru se le generó un fueguito en el pecho, era una linda escena, su mejor amigo y su serpiente. Por un momento desvió su mirada a Sanemi, se veía tan tranquilo a comparación a siempre que lo veía, aunque el era tranquilo (obviamente dependiendo con quien esté). Era como un niño durmiendo en el pecho de su madre, era tan... Hermoso.

-No... No está bien...- susurro Obanai para recostarse y dormir.

Más en la tarde el albino despertó, su compañero aún dormia, lo miro y acarició su cabello con una sonrisa, luego sintió como algo subía por su otra mano y vio que era Kaburamaru.

-Es lindo cuando duerme ¿Cómo haces para verlo todos los días y no derretirte? Solo... Míralo- El mayor saco su mano del Cabello del azabache y se colocó su haori. Se paró y camino a el porche de la casa, se quedó mirando el cielo.

-Kanae...- Al escuchar ese nombre la serpiente puso cara de molestia -Hey no seas así, no podes negar que era una gran persona y pilar, no merecía terminar así... La extraño mucho...- el mayor miro a Kaburamaru que aún tenía cara enojada -No me malinterpretes, Obanai no es un reemplazo de Kanae, de verdad el me atrapó un poco siempre, desde que lo vi en su primera reunión, era lindo...-

La serpiente lo miraba, Sanemi también la miró -De lo que estoy seguro es que Obanai me gusta, y que si el fuera mujer ya me ubiera declarado hacer rato- Kaburamaru se puso contenta al oír esas palabras -Si el fuera mujer... ¿Crees que me aceptaría?- la serpiente movió su cabeza de arriba a abajo.

-Jajaja ojalá fuese así, lo amo tanto, quisiera besarlo, dormir con el todas las noches y salir a comer juntos como pareja... Que todos nos tengan envidia, que seamos la mejor pareja homosexual del mundo... Y que si alguien nos critica, molerlo a golpes- El albino sonreía al pensar todos los escenarios posibles con su compañero ¿Acaso alguna vez ocurriría algo así entre los dos? No lo sabía, pero quería averiguarlo. De pronto sintió una mano en su hombro y se dio vuelta.

-Buenas tardes Shinazugawa- Dijo el pelo azabache con su mano en el hombro de Sanemi.

-Despertaste, que bien- Sanemi lo miro con un leve sonrojo en sus mejillas, rogaba que no haya escuchado nada de lo que hablo con su serpiente.

-Debemos seguir investigando, tal vez alguien de la casa sepa de la desaparición de las chicas- El menor intento agarrar a Kaburamaru, pero se negó -Ah... Cuando se valla Shinazugawa vas a ver, maldita serpiente- Obanai se quejo mirando a su mascota notoriamente enojado.

La cosa que nos unió ♡SaneOba♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora