Creando cálidos recuerdo

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Tyler abrió su boca y aspiró una bocanada de aire al encontrar la patrulla de su padre parada en medio del bosque.

La puerta trasera estaba abierta y no habían señales del conductor.

Tyler se estacionó detrás del auto y apagó sus luces, tomó el bate de baseball que había llevado consigo y encendió la lámpara de su móvil. Caminó despacio, procurando no hacer ningún ruido, oteando a su alrededor con cuidado. Iluminó la cabina frontal. Las llaves estaban colocadas, el teléfono de su padre estaba ahí, pero no estaba la pistola ni el foco de mano. Tampoco había señales de lucha.

Cuando rodeó el auto hasta la puerta abierta, Dedos saltó sobre él exaltado. Tyler por poco dejó caer su teléfono y la mano no paraba de moverse histérica.

— No te entiendo, ¿Cómo que Thornhill tienen a Merlina? ¿No se habían marchado esta tarde?

Miró las cadenas rotas sobre el asiento y los colores se fueron de su rostro.

— ¿Por qué liberaste a Xavier? Si, ya se que creían que yo era el hyde.

Dedos, saltó de la cabina y lo llevó hasta el inició del bosque, donde las garras del monstruo rasgaban los árboles. Debajo de ellas, las pisadas de dos hombres se mesclaban.

— Papá —soltó en un susurro. — Vamos, Dedos.

El apéndice subió hasta su hombro y Tyler corrió por el bosque, siguiendo huellas y arboles destruidos.

— ¡Papá! — gritó, pero no obtenía ninguna respuesta.

Tyler corrió en dirección a la cripta de Crackstone, buscando en cada rincón que la luz le permitía.

— ¡Papá!

La oscuridad lo envolvía, la noche era cada vez más fría y sentía como si la bestia fuera a saltar en cualquier momento sobre él.

De repente, Tyler miró el brillo oscuro de la sangre en uno de los troncos y su respiración se cortó.

No.

Dio un paso hacía atrás, tambaleándose.

Aunque no tuvieran la mejor relación del mundo, Tyler no estaba dispuesto a perder a su padre. No pasaría de nuevo por eso. No podía.

— ¿Papá? —dijo casi con miedo.

— ¿Ty? — la voz de su padre estaba llena de sorpresa y dolor.

Tyler corrió, guiado por el sonido de las palabras del Sheriff. El hombre estaba en el suelo, su hombro derecho desgarrado y un corte diagonal le atravesaba la pierna empapando la tierra de sangre.

—¿Fue Xavier?

— ¡¿Qué es eso?!

Aun en el criticó estado, el sheriff consiguió arrastrarse hacia atrás al ver la mano que se aferraba al hombro de Tyler.

— Es Dedos.

— ¿Es la mano de alguna victima?

— ¡No! —exclamó Tyler y luego miró a la mano —¿No, cierto?

El sheriff alzó sus cejas al ver como aquel miembro amputado parecía comunicarse con su hijo.

— Es familia de Merlina. — El sheriff quería replicar, pero un quejido de dolor fue lo único que salió de sus labios — Vamos, te llevaré de regreso.

Tyler lo ayudó a llegar hasta la patrulla, mientras llamaba a una ambulancia.

— Espera, ¿A donde vas? —preguntó el sheriff.

— Tengo que buscar a Merlina, Thornhill la tiene capturada.

— No puedes ir.

— ¡La van a matar!

— Te acuso de ser un hyde.

— Aun no estamos seguros de que no lo sea. Mamá...

— Tyler, te lo prohíbo. - cortó de inmediato.

— ¿Quiero ver como lo impides?

Su padre intentó levantarse, pero de inmediato cayó sentado nuevamente. Soltó un gritó desesperado y Tyler se dispuso a marcharse.

— Bien -dijo derrotado -pero al menos llévate esto.

Le tendió el arma. Tyler lo miró inseguro.

— Al menos podrás defenderte.

Con cierto recelo, Tyler tomó la pistola.

— Gracias — murmuró — Dedos, cuídalo por favor.

— Es una mano, ¿Cómo va a cuidarme?

Dedos saltó al regazo de Donovan antes de darle una limpia bofeteada.

Tyler apretó sus labios para no reír y corrió antes de que su padre cambiara de opinión. 

¿Qué pasaría si...? #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora