Sabia que por algo me gustabas

181 17 6
                                    

Merlina se despidió de Enid antes de caminar hacia Jericó una vez más.

Habían pasado un par de días desde el ataque de Crackstone y la captura de Xavier y Laurel Gates. Un par de días en los que se mantenía recluida en la enfermería, interrogada por médicos y policía. Cuando preguntó por Tyler, no tuvo ninguna respuesta satisfactoria.

— Tyler y su padre fueron llevados al hospital — dijo Santiago, quien sustituía al sheriff — no tengo permitido dar mas información.

Suponía que Tyler estaba bien. Las malas noticias suelen viajar rápido.

Así que cuando encontró su primera oportunidad, se escabulló de la escuela y caminó directamente al Veleta.

La campanilla soñó y las pocas personas que estaban la miraron pasmados. Ella, sin prestarles atención fue directamente al mostrador, donde un chico desconocido esperaba.

Le dio un rápido vistazo. Alto, atlético, moreno. Y por el desdén en su rostro no parecía alguien que pudiera intimidar fácilmente.

—Busco a Tyler — dijo antes de que la aburrieran con el típico discurso de servicio al cliente.

— No esta aquí —respondió secamente. Merlina alzó levemente una ceja siguió esperando — No deberías de saberlo ya. Eres su novia, ¿no? Escríbele o algo.

Merlina sacó un billete de veinte dólares y lo deslizó en el mostrador. Matt, según decía su gafete, la evaluó por unos segundos antes de inclinarse y tomar el billete. Bien, parecía que no todos tenia el código moral de los Galpin.

— Esta mañana salió del hospital, no regresará hasta que las heridas que tus amigos le abrieron en el estómago se cierren por completo.

Sin esperar más, Merlina se marchó tan rápido como llegó.

* * *

Tyler bajó despacio las escaleras, un quejido acompañaba el crujir de la madera bajo sus pies y con su mano se sujetaba el abdomen, donde sentía como se movían las vendas.

Estaba seguro que tenían algunas pastillas para contrarrestar el dolor en algunas de las gavetas de la cocina. Abrió cada uno de los estantes y finalmente las encontró.

No dudo en tragarlas y esperó que el efecto somnoliento surgiera lo más pronto posible. En cuanto bajó el vaso de sus labios, una sombra oscura se materializó frente a él.

— ¡Joder! — exclamó retrocediendo y golpeándose la espalda con el mueble.

— Deberías tener más cuidado — le dijo Merlina, como si no fuera obvio.

— Lo tendría si no te aparecieras de repente para atormentarme.

Los ojos de Merlina lo recorrieron de arriba a abajo. Desde su ceño fruncido, su mirada confusa, sus labios apretados y su cuerpo inclinado hacia el extremo opuesto de donde ella estaba.

— Estas molesto — sentenció, su lenguaje corporal era demasiado obvio.

— ¿Molesto? — preguntó casi incrédulo. Dando un paso hacia ella — molesto estaría si me dejaras plantado o si me ignoraras. O, no se, comenzaras a confundirme, como siempre lo haces. Pero, me torturaste, Merlina. Me acusaste de ser un asesino y me humillaste frente a todos tus amigos. Molesto, es quedarse corto.

— Puedo explicarlo.

— No me digas, ¿tuviste una visión? — preguntó, inclinado su cabeza en aquel gesto que destilaba sarcasmo.

Merlina tragó en seco queriendo disolver la extraña opresión que comenzaba a crecer en su pecho. Quería pensar que no sabia lo que era, pero en los últimos días aquel sentimiento aparecía una y otra vez. Primero con Enid, luego con Dedos y ahora Tyler.

¿Qué pasaría si...? #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora