GenderSwitchs Vol. 6 (Español)

Interludio 5

Después de perder el conocimiento por quién sabe cuánto tiempo, empezaba a despertarme parcialmente, pues el dolor de cabeza no me dejaba siquiera abrir los ojos. Mientras volvía a mis sentidos, un suave pero notable olor a comida empezaba a entrar por mi nariz, la cual detectaba ciertos aromas muy familiares para mí.

Sin embargo, y tomando en cuenta el hecho de que estaba viviendo solo, se me hizo muy extraño que hubiese alguien más en mi pequeña casa de alquiler. No recordaba del todo lo que había ocurrido antes de desmayarme por la fiebre, más allá de haber estado en la escuela el día anterior; en cualquier caso, sabía que, si me había desmayado, fue por mi propia culpa.

Girando mi vista periférica ligeramente, y con una visión algo borrosa debido al gran calor que me azotaba, logré apreciar la figura de una persona. Era una chica. Bastante alta, de hecho. 

Tenía puesto unas ropas bastante sencillas para el hogar, junto a un delantal, y estaba parada en mi cocina, dándome completamente la espalda, mientras picaba lo que parecían ser algunas verduras. En un primer momento, no logré entender o siquiera relacionar a dicha persona con alguien que yo conociese; pero, después de contemplar un poco más a aquella chica, logré percatarme de su larga y brillante cabellera blanca, la cual revoloteaba de un lado a otro mientras ella se movía, aparentemente tarareando alguna canción.

Era una vista bastante agradable, si me lo preguntan. No sé por qué me relajó ver a alguien junto a mí cuando estaba enfermo; he de suponer que era porque mi madre también hacía cosas así por mí. Sea cual fuese el caso, realmente no importaba.

Extendí torpemente mi mano hacia aquella chica, dejándola caer débilmente en el aire, y quedando colgada del sofá en el que me encontraba.

... Kimi...gawa...

Fue lo que pensé mientras apreciaba de nuevo a aquella chica que tanto me había ayudado antes, y me seguía ayudando a pesar de estar en un momento tan débil como este.

Doki... Doki...

Muy lentamente, mi corazón empezó a latir de manera retumbante en mis oídos. ¿Por qué era eso? No lo entendía, pero por alguna razón quería alcanzar a esa persona. ¿Por qué? ¿Qué realmente es lo que busco con eso? Mientras estaba lleno de dudas, y mi borrosa mente divagaba, volví a perder el conocimiento, y dejé que la oscuridad de mi subconsciente se apoderase de mí una vez más.