Hellbett [donde los misterios viven]

¿Un error? ¿Romances?

Cap.18

Especial 6/10

HELLYE MANSON

Sentí como Maxim me llevaba en sus brazos, abrí los ojos y aunque veía un poco borroso logre ver claramente la mansión, habíamos llegado a casa.

Al abrir la puerta todo estaba oscuro, pero las escaleras se iluminaban cada vez que eran pisadas, nunca me hubiera dado cuenta de ésto de no ser porque es de noche, ya que esto no lo hacen de día.

–. Veo que ya despertaste, pero no quita el hecho de que sigas borracha.

–. No estoy taaan borracha.

Si, esa fue mi única respuesta "razonable".

–. Si claro, eso ni tu misma te lo crees.

Habíamos llegado a mi habitación, me coloco de manera muy delicada en la cama y me arropó con la sábana, por un momento solo me observo y acaricio mi cabello, parecía que tenía intensiones de quedarse ahí sentado hasta que me quedara dormida, pero yo no tenía esas intensiones, quiera besarlo bajo la tenue luz que entraba por la ventana, quería que estuviéramos juntos, lo se, solo lo conozco desde hace un día, pero tal vez en un día puedes conocer más a una persona de lo que la conoces en un año.

En ese instante no me importaba que pudiera pasar después, quería saber que pasaría ahora, en está habitación, tal vez fue un error decir que él era mi novio falso, tal vez de tanto que lo tuve que repetir manifesté que él fuera mi novio, o tal vez simplemente el destino deseaba que estuviéramos juntos cueste lo que cueste, y siendo totalmente sincera, yo quería arriesgarme, quería apostarlo todo como decía Yumeko Jabami y si tenía que entregar mi vida de por medio, pues la apuesta sería más divertida.

Entonces de un momento a otro lo hale hacía mí, nuestros rostros quedaron muy cerca y nuestras narices chocaban la una con la otra, los dos observábamos nuestros ojos y pasábamos la mirada de ellos a nuestros labios.

–. Espero que estés pensando meticulosamente lo que piensas hacer en éste momento.

–. ¿De veras le estás diciendo eso a alguien que tiene el alcohol en la cabeza?

–. Pues tal vez debiste pensar en lo que podría pasar si tomabas esa copa de vino.

–. Oye, ¿Si pasa algo me planeas echar toda la culpa a mí?

–. No, nunca lo haría, después de todo yo estoy completamente sobrio, se las consecuencias de mis acciones y nunca le faltaría el respeto o le echaría la culpa a una mujer, mucho menos si esa mujer eres tú.

Al escuchar eso mi corazón dio un vuelco y el sonido de nuestras respiraciones se volvió lo único que se escucho en la habitación completa.

–. Si te beso ahora ¿Qué consecuencias tendría después?

–. Si te gusta que un mafioso ande detrás y al pendiente de tí, hazlo, te reto a hacerlo, sin embargo, si sabes que no quieres nada serio no lo hagas, no pienso dejar que nadie más juegue con mi corazón de una manera sucia.

–. Supongo que tuve que pensar primero en esa pregunta antes de halarte hasta mi para poder besarte.

–. Deberías de empezar a pensar las cosas con más cuidado, tal vez en algún momento cometas un erro y cuando lo vayas a querer arreglar estarás envuelta en un romance.

–. ¿Un erro? ¿Un romance? creo que suena bien, ¿Por qué no intentarlo?

–. Oye no estoy jugando, piensa las cosas con más cuidado– dice alejándose y preparándose para dejarme, pero entonces lo vuelvo a halar hasta donde mi y planto mis labios en los de él.

Por un momento el no reacciona, pero luego suavemente empieza a mover sus labios al compás de los míos, estamos poco a poco con suaves movimientos plantando un beso lleno de delicadeza que pronto quiere pasar a ser salvaje, siento vívidamente como agarra mi nuca y me pega más a él mientras muerde mi labio inferior haciendo que abra mis labios y dando paso a su lengua contra la mía, nos besamos salvajemente mientras nos tocábamos de manera lasciva.

Tomamos una pausa para tomar aire, estábamos muy cerca el uno al otro.

–. ¿Estás segura de esto? – preguntó Maxim preocupado mientras esos vivaces ojos azules chocaban con los míos, asentí lentamente–. Espero después no te arrepientas de absolutamente nada.

Entonces sus labios se posaron sobre los míos, esta vez, ferozmente, luego pasaron a abandonar mis labios y a bajar por mi cuello causando un gemido promiscuo, el hecho de sentir sus labios por mi cuello me ponía loca, quería más.

Entonces sentí como de forma apresurada volvía a mis labios y cambiaba a una posición más cómoda, yo era la de arriba, él era el de abajo, la vergüenza no tardo a llegar en mis mejillas, estás estaban coloradas, era un rojo fuerte.

Sus manos fueron hábiles y en un abrir y cerrar de ojos ya no tenía ni gabardina ni jersey, mi torso estaba desnudo y solo me cubría la fina tela de mi brasier de encaje, Maxim admiro mi busto por unos minutos que para mi cuerpo ardiente se volvieron horas, lo quería dentro de mi y el tiempo que estaba esperando para tenerlo era demasiado.

–. Por favor sigue.

Entonces su azul mirada subió a mis ojos y volvió a bajar a mi brasier de encaje, continuo con su camino de besos hasta el principio de mi pecho luego bajo a mi estomago y se detuvo en mi pantalón, lo desabotono con suma delicadeza y lo bajo con mucha tranquilidad, aprovecho el momento y se retiro la camisa que llevaba puesta, está acabo en el piso, solo entonces continuo con su camino de besos que dejaban escapar gemidos de mi boca.

En un momento sumamente inesperado sus manos tocaron mi ceno haciendo que mi espalda se arqueara y dejando escapar un fuerte jadeo, ni siquiera me había dado cuenta de que ya no tenía puesto mi bonito brasier de encaje rojo, de un momento a otro sentí como succionaba mi peson y lo mordisqueaba ligeramente haciéndome gemir, la sensación placentera estaba haciendo que poco a poco estuviera más sobria que nunca.

Me sorprendí bastante cuando sus manos invadieron mi feminidad haciéndome gemir con intensidad, el placer era demasiado, sentía mi cabeza dando vueltas, quería algo más, no quería solo sus manos, entonces debido a un placer tan inmenso escondí mi rostro en la curva de su cuello y encaje mis uñas en su espalda.

Pronto empecé a sentir dolor, su masculinidad estaba introduciéndose en mi clítoris y éste miembro era muy grande, el dolor era fuerte, pero cuando me empezó a mover se convirtió en entero placer.

La habitación estaba llena de gemidos y jadeos, nuestros cuerpos estaba empapados en sudor y ni siquiera me asegure de si el estuvo utilizando condón.

...

Waoooo que esfuerzo y dedicación le puse a éste capítulo, incluso es más largo de lo que normalmente es, espero le haya gustado.