¿Qué hay en esa habitación?

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Cap.19

Especial 7/10

HELLYE MANSON

Ya era de día, la mañana estaba cálida por los fuertes brazos que me rodeaban, el aire frío que entraba a la habitación se volvía caliente. No me arrepentía de absolutamente nada, de hecho estaba orgullosa de mí misma, me había acostado con un hombre elegante que a la vez era mafioso, eran logros que debía presumir con mis futuros hijos, si es que llegaba a tenerlos claro.

Tal vez estaba algo insegura después de todo no me había percatado de la protección hasta terminar de todo.

Follar no era fácil, así como investigar y ser detective era un dolor de cabeza ser mujer y follar sin condón era otro dolor de cabeza, no se lo debía de ocultar a nadie.

Me voltee para ver su rostro, estaba dormido e igual de atractivo que siempre, ¿Un error? No lo creo ¿Un romance? Tal vez, pero de lo que estaba segura era de que no me arrepentía de absolutamente nada.

–. ¿Por qué no mejor en vez de observarme dormir me das un beso de los buenos días?– pregunta haciendo que de un pequeño salto en mi lugar, de repente abre sus ojos esos que eran tan azules como el cielo al despertar.

inconscientemente lleve mi mano a su ojo haciendo que esté se cerrara.

–. ¿Quieres dormir un poco más?– pregunto con una sonrisa mientras paso mis manos en su cabello, el asiente y esconde su cabeza en mi pecho dándome accesibilidad para sobar mejor su cabello y darle mimitos.

De un momento a otro estábamos dormidos el uno encima del otro como que no hubiéramos dormido en varios años y necesitábamos urgentemente una dosis de sueño.

El momento fue bonito, pero no duró mucho, después de todo las mucamas entraron junto a Jacob y despertaron a Maxim le susurraron algo en el oído e inmediatamente salieron.

–. Maldición, tengo que resolver algunos asuntos– susurra con arrepentimiento.

–. Está bien, son problemas de mafiosos– digo y me carcajeo un poco mientras él me observa.

–. Eres hermosa– me deja en claro y me planta un beso en los labios, luego se levanta y sale de la habitación dejándome sola y con frío.

Me quedo en la cama un rato más mientras pienso en esas agradables últimas palabras antes de que se fuera.

Después de un rato de pensar en cosas bonitas me levanté y bañe para colocarme un Jersey de color azul pastel con cartas de poker y un cigarrillo, luego me coloqué una falda plisada del mismo color y una gabardina blanca, en el pelo me hice dos coletas bajas y me coloqué una boina del mismo color, ya lista baje con rapidez para poder desayunar junto a Maxim antes de que este se fuera a trabajar.

Al llegar a la mesa le sonrió a todos y les doy los buenos días, me siento frente a Maxim que me mira con una sonrisa que enseña sus perfectos dientes y juntos empezamos a comer.

Sin duda fue una conversación bastante divertida y nada incomoda, un desayuno rejuvenecedor.

Llega la hora de que Maxim se vaya y me deje sola en está gran casa.

–. De verdad te tienes que ir?– pregunto mientras sostengo su mano.

–. Si, pero te prometo que volveré lo más rápido que pueda– dice y me da un beso en la frente.

–. Te espero despierta entonces– le digo mientras planto un beso en sus labios.

Luego de está despedida se fue a trabajar dejándome sola en la mansión, no voy a mentir, quería aprovechar el momento para explorar, descubrir si hay cuartos secretos o armas ocultas, simplemente quería actuar como una verdadera detective e investigar absolutamente todo.

Tal vez era algo que hacía para sentirme mejor y más segura o tal vez simplemente era un acto de ganar confianza sin conocer a la persona tanto.

Simplemente quieres buscar una excusa para quedarte con él, pero no es necesario ese hombre ya es nuestro.

Tal vez mi conciencia tiene razón, bueno tal vez no, mi conciencia definitivamente tiene razón.

Sin dar muchas vueltas empecé a buscar cuartos ocultos e incluso armas ocultas, no encontré nada en el primer piso, en el segundo seguí buscando como loca pero en las pocas habitaciones que se me permitía estar no había absolutamente nada, entonces me detuve frente a la habitación en donde solo él podía entrar, la observé por un tiempo, no tenía cerradura, pero estaba segura de que era algo bien tecnológico para que nadie pudiera abrirlo si no es él.

Me sentía frustrada, tal vez porque realmente esperaba encontrar algo para sentirme segura de que el asesino no entraría en esta mansión, o simplemente pensé que un mafioso tendría millones de armas escondidas en toda su casa, después de todo yo no soy de la mafia y tengo millones de armas ocultas en la casa donde me estoy quedando en Hellbett.

Cegada por la frustración me quedé sentada en el piso frente a la puerta, varios suspiros ahogados en frustración se escapaban de mi boca, no sabía cuántas horas había pasado registrando toda la casa o sentada frente a la puerta, tal vez demasiadas horas que no conté.

–. ¿Por qué no simplemente me preguntas?– escucho su voz detrás de mí, siento como se acerca hasta mi oreja y me susurra–. Tal vez si me preguntarás te daría la respuesta que buscas.

Entonces voltee mi cabeza, ahí estaba él, tan hermoso como siempre, Maxim me observaba desde arriba, su mirada transmitía ternura.

–. Es que... No quería molestarte– digo con un puchero en los labios.

Entonces escucho una hermosa carcajada proveniente de sus labios, sin duda no había escuchado una risa tan hermosa como la suya.

–. Vamos levántate, te enseñaré y responderé todo lo que quieras saber– me dice con dulzura mientras tiene todavía su sonrisa de dientes cerrados.

Acepto su mano extendida que inmediatamente me guía a su habitación, no la había revisado ni había entrado en ella por respeto a él después de todo es su casa y su privacidad.

–. Adelante, estoy seguro de que encontrarás lo que buscas y más en esta habitación.

–. Espera, ¿¡Tienes cámaras!?– pregunto exaltada.

–. Claro que tengo cámaras.

–. Ósea que haz visto todas las estupideces que e hecho desde que llegué a aquí.

–. En primer lugar no son estupideces, yo también lo hubiera hecho si estuviera en tu casa y no te conociera lo suficiente.

Después de que él dijera eso no se me había pasado nada más que pudiera decir a la cabeza, simplemente entre en total estado de perplejidad.

Recordando sus órdenes empecé a buscar en su habitación, en total encontré más de cien armas escondidas en cada rincón de la habitación, cada detalle que se pudiera ver normal estaba repleto de distintos tipos de armas, también había un cuarto secreto, pero éste era muy bonito, estaba plagado de luces, había una televisión y un librero repleto de libros bastante interesantes que hubiera leído de no ser que estaban en ruso.

–. Oye, algún día me debes de enseñar a hablar ruso.

Entonces él se carcajea y me hala del brazo para plantarme un beso en los labios, el beso no profundizó mucho ya que me volvió a halar del brazo llevándome a la habitación que según yo no tenía cerradura, entonces agarro una de mis manos y la posó en un tipo de manija transparente, claramente decía transparente porque yo no la veía, pero la sentía.

–. Te mentí un poco cuando te dije que solo yo puedo entrar en esta habitación, tú también puedes entrar cuando desees.

Entonces gire la manija de la puerta y está se abrió dando paso a una habitación llena de instrumentos, armas, videojuegos, cámaras entre muchas, pero demasiadas otras cosas.

Estaba totalmente anonadada.

–. Me estás diciendo que yo puedo estar aquí cuando y el tiempo que quiera– pregunto mientras observó todo con detenimiento.

–. Así es, eres bienvenida a esta casa cuando quieras.

Entonces repentinamente me voltee y me abalance sobre él, le plante un gran beso en la mejilla y luego otro en los labios, nadie nunca me había dicho algo tan hermoso como eso.

Hellbett [donde los misterios viven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora