⭐ 𝕄𝕒𝕝𝕒 𝕊𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖 (Jack Conway x Lectora) ⭐

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Ahora estará disponible Jack Conway para one shots.

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Miraste a través de la puerta el número de policías negociando con el atacante, esperando tu turno. Te habían secuestrado y ahora eras una rehén en un atraco de una tienda, pero no te sorprendió, ni una gota. La ciudad tenía algo contigo, o talvez era pura coincidencia, pero de todas formas terminabas en algún problema, no importaba que tipo era. Y tenías un testigo de tu mala suerte.

-Joder, T/N, ¿otra vez?- Preguntó el mayor, reconociendo su voz al hablarle.

-Perdón, Conway, me agarraron de camino a casa.- Contestaste, el atacante mirándote con curiosidad.

-¿Se conocen? Bueno, pues esta rehén vale más ahora.- Dijo el atacante, recibiendo una mirada asesina del superintendente.

-Que no, déjala en paz o saco el pájaro.- Amenazó el peligris, suspirando molesto -A ver, para ella, cinco segundos adicionales.-

-¡Hecho!- El atacante te empujó hacia el superintendente, quien te balanceo en sus brazos para que no terminaras en el suelo.

Tú solo miraste como sus gafas se deslizan un poco de su cara, dejando ver un poco de esos ojos fríos y azules. Tenía una expresión de cansancio, pero también de preocupación, era obvio que le estaba molestando verte en estas situaciones.

-Cacheen a la rehén, y pónganla en mi patrulla, lado pasajero.- Anunció en la radio, viendo como un agente camina hacia ti para cachearte y llevándote a la patrulla sin esposas.

Después de un rato de negociaciones, Conway entró en la patrulla, y suspiró.

-¿Estás bien?- Preguntaste sin esperar, sus gafas moviéndose de su cara.

-Agárrate.- Fue lo único que escuchaste de su voz grave, haciéndote poner el cinturón y aferrarte del asiento.

Al pasar los cinco segundos, todas las patrullas se fueron a toda velocidad, persiguiendo el auto. Te preocupaste por el simple hecho de que si te mantenías en la patrulla con el superintendente, le pegarías tu mala suerte -Conway, lo vas a perder si me tienes aquí.-

-¿Ah sí?- Tenía un tono burlón, él sabía lo terrible que vivías, pero no le importaba -Bueno, supongo que debí dejarte que el tipo te llevara en el auto. Así se choca y termina más rápido.-

-¡Joder Conway, vamos a chocar!.- Lo único que podías hacer era mirar como sus ojos se concentraban aún más en la carretera, sus agentes siguiéndolo.

Al final, era inútil seguir la persecución, el criminal se había escapado, y en lo único que pensabas era en lo enojado que Conway estaría. Pero no, se veía relajado, anunciando en su radio que volvieran a patrullar, con su voz completamente calmada.

-Te lo dije.- Soltaste al mirarlo molesta, sus ojos mirando los tuyos.

-Sí, felicidades.-

-Conway, ¿estás bien?- Tus ojos cambiaron a preocupación, usualmente te soltaría las palabras más obscenas posibles, pero hoy se veía una persona completamente diferente.

-A ver, muñeca, ¿tú en serio crees que eso fue tu culpa? Mis agentes simplemente no se comunicaron bien, y lo perdimos de vista.-

-Nada de esto hubiera pasado si no me hubieran secuestrado.-

-Joder, que no es tu culpa. De ahora en adelante te llevaré a donde quieras ir. Sin peros.- Le escuchaste decir, sin creer lo que decía.

-Conway no.-

-Conway sí, ahora espabila. Y me llamas cuando quieras ir a algún lado, o si estás en peligro.-

Sin notarlo, estabas frente a tu casa, te había llevado hasta tu hogar sin problemas. Saliste de su patrulla y viste como se fue, agarrando tu móvil y asegurándote que su número estaba registrado.

Al pasar algunos días sin problemas, creíste que tu mala suerte se había acabado, teniendo al superintendente como tu conductor personal, y teniendo charlas con él. Aunque él no hablaba mucho, se notaba que le gustaba escuchar tus historias, a veces hasta dejando salir un poco de sí mismo.

Hoy miraste su número en el móvil, a punto de llamarlo cuando te detuviste. Te preocupaste, pensando en si deberías seguir llamándolo, ya que no eras su prioridad, solo ofreció para mantenerte a salvo. Para no molestarlo, decidiste caminar a tu trabajo, teniendo mucho cuidado en el camino. Al fin, una gota de suerte te tocó, y llegaste sin problemas. En la tarde decidiste ir a tomar un poco con tus compañeros de trabajo, creyendo que nada malo iba a pasar.

-¡Manos arriba, esto es un asalto!- Grito un hombre enmascarado, frustración saliendo de tu cuerpo como una bala.

-¡Tu puta madre!- Gritaste, el enmascarado mirándote sorprendido -Dame un puto día normal, joder. ¡Estoy harta!-

Tus compañeros de trabajo te miraron con ojos abiertos, como si hubieras llegado a tu límite de tanta mala suerte. El enmascarado te apunta con la pistola y te saca del bar, escuchando sirenas a lo lejos, viéndose confundido.

-Pero si ni siquiera he robado nada, ¿cómo cojones activé una alarma?-

Miraste al enmascarado curiosamente, viendo como una patrulla muy familiar llega a la escena -¿Conway?-

Salió con una rapidez de la patrulla, apuntando con un taser al enmascarado con ojos violentos -¿A dónde crees que vas con la muñeca?- Se veía enojado, a tal punto que asusto al criminal lo suficiente para dejarte ir. Conway te agarró la mano y te puso a su lado, sin alejar la mirada de la pistola -¿Pensabas en secuestrarla? ¿Crees que no te he visto siguiéndola todo el día?-

El enmascarado trató de disparar, pero no compara con la rapidez del superintendente, electrocutando sin pensarlo dos veces. Esposó y encerró al criminal en su patrulla, mirándote con ojos enojados.

-Gilipollas, te dije que me llamarás cuando quieras ir a algún lado, ¿te cansaste de mí?- Su voz sonaba molesta, pero se notaba que le preocupabas mucho.

-No, nunca me cansaría, super. Es que... Bueno, no deberías gastar tu tiempo llevándome a cualquier lado, tienes un trabajo que hacer.-

-Me vale mierda, mi puto trabajo, me vales tú.- Hablo en voz alta, arrepintiéndose rápido -¡Qué eres gilipollas y no sabes cómo mantenerte a salvo!-

-¿Oh? ¿Soy importante para ti, Conway?- Sonreíste al verlo tratar de ser más serio, alejando su mirada.

-Importante tu puta madre, que la puse en cuatro anoche.- Insulto como siempre, cruzando sus brazos y caminando a su patrulla -Venga, espabila, y me llamas la próxima vez.-

Lo miraste irse en su patrulla, tus compañeros saliendo del bar con curiosidad en sus ojos.

-Oye T/N, esa rabia que tuviste, me acuerda al superintendente.- Comentó una amiga.

Sonreíste y cruzaste los brazos, notando que ahora te sentías más relajada que antes, simplemente dejando salir tu frustración. Talvez él era como tú, teniendo días difíciles, a los que le daban buena excusa para sacar su agresividad. Suspiraste y miraste a tu grupo de compañeros.

-Compartimos la misma suerte.-

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⏰ Last updated: Feb 22 ⏰

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