Jodidamente perfecto

75.9K 221 2
                                    

Es la primera vez que voy a conocer a los papás de mi novio y no puedo con los nervios.  No sé qué ponerme y falta súper poquito para que pase por mí.

Elijo un pequeño vestido un tanto entallado pero no demasiado y tampoco tan corto, casi no uso maquillaje y dejo mi cabello suelto, que está quieto por primera vez en toda la semana, me gusta como se ve. Me pongo mis tacones (siempre uso tacones) y agarro mi bolsa justo cuando Nathaniel me manda un mensaje diciendo que está afuera. Bajo rápidamente las escaleras y salgo para encontrarme de frente con sus preciosos ojos y su perfecta sonrisa. Es guapísimo.

-Preciosa- dice abrazándome para después darme un beso.
Lo veo directamente a los ojos y lo beso profundamente. No lo amo y sé que él tampoco me ama pero nos gustamos y nos deseamos a un nivel muy superior. Me gusta como besa, me gusta besarlo.
-Siempre puedo llamar y decir que no iremos para quedarnos aquí haciendo cosas muy ricas- me rio porque sé que es enserio.
-Tus papás van a odiarme por tener a su hijo encerrado siempre en una habitación- se carcajea y restriega un poco su erección.
Lo veo intensamente, dejándole ver que yo estoy igual que él, pero por primera vez tenemos que cumplir con los compromisos y no poner el sexo primero (porque el sexo siempre es primero entre nosotros).
-Bien- dice y me jala hasta su auto que está igual de precioso que él, no sé cómo pero les juro que se parecen.
-Mamá está muy emocionada por conocerte- sonríe cuando lo dice- y papá sólo dice que espera que estés lo suficientemente bonita- ahora hace una mueca.
-Oh si, su gran necesidad de perfección- hago una mueca de asco.
-Estás perfecta y sabes que me importa una mierda lo que él piense- me mira unos segundos y vuelve su vista al camino. Lo miro y les juro que se me hace agua la boca, él tenerlo cerca me excita y más al recordar todo el placer que me proporciona.
-Detén el auto- digo sin siquiera pensarlo.
Me mira y se detiene en un lugar un poco apartado del camino.
Me lanzo sobre él y él me recibe gustoso. Abre su boca para recibir mi lengua al mismo tiempo que acomoda su asiento para que yo pueda acomodarme. Me besa frenéticamente, le desabrocho el pantalón y muevo hacia un lado mi tanga. Su pene entra fácilmente en mí gracias a lo mojada que estoy. Me muevo adelante y atrás sin dejar de verlo a los ojos, Nathaniel aprieta mis nalgas y me muerde los labios, toma mis caderas y marca un ritmo más intenso, más duro. Gimo sobre su boca y grito un poquito cuando mete un dedo en mi ano. Se siente tan bien.
Me muevo más rápido, entro y salgo y me vengo apretándolo en mi interior, él mueve sus caderas hacia arriba hasta que se corre y me chupa los labios cuando mis paredes vaginales dejan de apretarlo y vuelvo lentamente a mi lugar. Se ríe.
-Te tardaste un poquito- dice arrancando el auto.
Me carcajeo. Toco mi coño que está todo mojado con sus jugos y los míos para después llevar mis dedos a mi boca sin dejar de mirarlo.
-No empieces- dice con la mandíbula apretada. Me rio y me tranquilizo. No quiero dejar a mi suegra esperando por nosotros.

Unos minutos más de camino y llegamos a su casa, que está gigante y preciosa.
Antes de bajarnos del auto, arreglo mi maquillaje y mi cabello para lucir menos recién cogida.
Me abre la puerta y bajo aprovechando para acomodar mi tanga.
-Estas perfecta- repite como si necesitara escucharlo. Yo lo sé.
Caminamos hacia la entrada y antes de que lleguemos abren la puerta dejando ver a una pareja guapísima. La mamá de Nathaniel es más joven de lo que creí y tiene esa cara de ternura y sutileza que te envuelve en su belleza. Es muy bonita, no es atractiva ni guapísima, es bonita, mucho. Nathaniel se parece muy poco a ella. Ahora tengo miedo de mirar al gigante señor que está a lado de ella.
Lo miro y él me está mirando directamente a los ojos, como si quisiera ver a través de mi piel. Le sostengo la mirada. Claro que busca perfección, porque él es malditamente perfecto. Es igual a Nathaniel sólo más maduro y más rudo en su expresión, pero es igual de guapo, tal vez, incluso más. Tengo que mirar a Nathaniel para embriagarme de sensaciones conocidas.
-Cariño, qué alegría verte- saluda la mamá con la voz igual de tierna que su cara. Sonrío. Lo abraza fuertemente y le da dos besos en las mejillas.
-Igual mamá- dice apartándose un poco. Jamás le han gustado los gestos de amor tan cursis.
-Mariel deja en paz a tu hijo- mi cuerpo tiembla cuando habla, qué voz tan sensual.
-Nathaniel- dice como saludo junto con un ligero movimiento de cabeza.
-Oh cariño- dice Mariel en mi dirección- estas preciosa- dice para abrazarme igual de intenso que a Nathaniel.
La abrazo de vuelta y sonrío. Me suelta.
-Gracias, mucho gusto en conocerla- digo amablemente.
-Katerina- dice Nathaniel- mis padres, Mariel y Nerón.
Está su nombre suena dominante.
Sonrío amablemente al igual que ellos. Me abstengo de mirar a Nerón.
-Pasen por favor- dice empezando a caminar hacia adentro. Todos lo seguimos hasta el jardín que es enorme al igual que la casa y muy hermoso. Lo contemplo detenidamente, deleitándome con toda la naturaleza qué hay ahí.
-Bonito, ¿verdad?- casi gimo al escuchar la voz de Nerón tan cerca de mi oído.
Volteo lentamente para topármelo a escasos centímetros de mí.
-Muy- digo viéndolo a los ojos.
Él sonríe. Y creí que no podía estar más guapo.
Veo sus labios y si no fuera porque su esposa y su hijo están a unos pasos de nosotros, me lanzaría sobre él.
-Katerina- volteó a ver a Nathaniel que me llama con un gesto de cabeza.
-Cómo tú- escucho detrás de mí con esa magnífica voz. Tiemblo. No lo volteo a ver y camino hasta Nathaniel.
-¿Todo bien?- pregunta besando mi coronilla.
-Todo bien- respondo y volteo para darle un pequeño beso en los labios.
La mesa del jardín está perfectamente decorada.
Tomamos asiento y una señora regordeta con linda sonrisa sale y nos sirve un poco de vino junto con unos aperitivos.
A veces se me olvida que Nathaniel es increíblemente rico.
Agradezco una vez que me sirve y sigo platicando con Mariel sobre lo mucho que le gusta el jardín.
Platicamos bastante. Nathaniel y Nerón sólo observan.
Me carcajeo un par de veces por las ocurrencias de Mariel.
Miro a Nerón que no ha dejado de verme y después a Nathaniel que mira a su madre con muchísimo amor. Me siento sumamente excitada. Imaginen dos hombres preciosos y con un poder de atracción de otro mundo que no dejan de verte como si quisieran comerte, ajá, excitante.
La mano de Nathaniel baja hasta mi muslo. Lo miro aunque él no me mira pero de todos modos pongo mi mirada de advertencia para que la sienta. Sé que sabe, pero pasa de mi advertencia y sube más su mano acariciando lentamente. Respiro profundamente para no jadear. Mariel sigue hablando pero no tengo ni idea de qué. Miro al frente para toparme con la mirada intensa de Nerón. Los dedos de Nathaniel se abren paso dentro de mi tanga tocándome el clítoris.
No dejo de ver a Nerón y eso me excita mucho más. Nathaniel platica con su madre cómo si no me estuviera masturbando debajo de la mesa. Tomo un poco de vino para no gemir y no dejo de ver a Nerón. Lame sus labios y la imagen de él lamiendo los míos hacen que me corra, muerdo fuertemente mi labio inferior y volteo a ver a Nathaniel que está sonriendo triunfante. Cabron.
-¿Dónde está el baño?- pregunto interrumpiendo la conversación. Nathaniel se para y me acompaña.
-¿Qué te pasa?- lo empujó ligeramente mientras caminamos al baño.
-Estabas caliente, te ayude- dice como si nada.
-¡Ajá! Con tus papás enfrente- me agarra de las muñecas y me empuja contra la pared.
-Pero te encanto- dice en un susurro para después besarme.
-Baboso- susurró una vez que me suelta y él me guiña en ojo para después volverme a besar.
-Ahí está el baño- señala una puerta al final del pasillo- te veo afuera.-
Una vez en el baño me lavo las manos y me mojo un poco la cara que está rojisima. Pienso en Nerón y cómo me veía. No es estúpido, sabía lo que estaba pasando. Quiero cogermelo, lo necesito. Respiro profundamente porque no puedo dejarme llevar por mis deseos.
Salgo y brinco cuando veo a Nerón recargado en la pared con los brazos cruzados sobre el pecho luciendo jodidamente caliente. ¿Y mi tranquilidad?
-¿Es algo que hacen?- dice con esa voz tan rica- tocarse enfrente de la personas- dice por sí tenía alguna duda.
-Depende de lo caliente que estemos. Pero normalmente esperamos a estar solos, para poder expresarnos bien- me encojo de hombros.
¿Y tu autocontrol?
Me empuja dentro del baño y con mi espalda cierra la puerta.
-Tienes una sola oportunidad para irte y es ahorita- dice apretando tan fuerte la mandíbula que creo que se le va a romper. Sé que no debo hacerlo, pero quiero hacerlo. Pongo el seguro del baño y él sonríe ferozmente. Me come la boca, su beso es demandante, caliente y rudo. Le demando lo mismo y gimo en su boca. Me voltea haciendo que mis pechos choquen contra la puerta y jala mi cabello para besar mi cuello, con su otra mano aprieta mi culo para después golpearlo. Muerdo mi mano para no gritar y saco más el culo.
Muerde fuertemente mi cuello y retira mi tanga con su mano libre. Siento que chorreo.
-Voy a ser duro y rápido. Intenta no gritar- dice y entra en mí sin sutilezas. Me penetra duro, bruto. Estoy temblando.
Toma mis caderas y me jala hacia él penetrandome más duro. Entra y sale rápido y muy duro. El sonido de mis nalgas chocando contra su pelvis me excita.
Pido más y más duro y él me lo da. Me penetra hasta al fondo y vuelve a jalar mi cabello, mi cabeza queda recargada en su hombro, le muerdo el cuello y él penetra más fuerte, vuelvo a morderlo y él empieza a torturar a mi clítoris, gimo en su cuello. Lo hace más duro, sus movimientos en mi clítoris toman el mismo ritmo de sus penetraciones y me corro de la forma más rica del mundo. Muerdo su cuello y él se corre en mi interior, llenándome de su semen.
Me separo de él y me acomodo la tanga. Me miro al espejo y me acomodo el cabello, el maquillaje y vuelvo a mojar mi cara. Nerón no deja de verme.
-Si que eres preciosa- dice viéndome a través del espejo.
Sonrío para después salir del baño.
Normalmente podría llegar con Nathaniel y decirle lo qué pasó, pero es su padre no cualquier extraño.
En cuanto llego me besa y vuelve a preguntar si todo bien, contestó lo mismo.
Estamos todos platicando y bebiendo. Intento mirar lo mínimo a Nerón, pero su mirada me atrae demasiado. Sigo caliente.
-¿Ya nos vamos?-pregunto en un susurro a Nathaniel- tengo muchas ganas de ti.
Aprieta su mandíbula y me mira la boca. Sé que está igual que yo.
-¿Por qué no se quedan a dormir?- dice Mariel sonriente. Siempre está sonriendo.
Estoy a punto de rechazar la oferta pero Nerón habla primero.
-Definitivamente, han bebido y ya es tarde- ordena.
Nathaniel acepta y susurra en mi oído un: "Tendremos que ser silenciosos".
Respiro profundamente e intento tranquilizarme.
Tomo un poco más de vino y la plática fluye, después de un par de horas logro relajarme y poner toda mi atención en Nathaniel. Repito, es guapísimo.
Nos despedimos y cada quien va a su habitación.
No acabo de entrar cuando Nathaniel ya me quito el vestido y me lanzo a la cama, en menos de un segundo lo tengo encima de mí comiéndome la boca. Le regreso el beso con la misma intensidad.
-Ponte en cuatro- ordena.
Le hago caso.
-Tienes el culo más rico del mundo- dice para después darme una nalgada que seguro dejará marca.
Besa y muerde toda mi espalda hasta llegar a mi culo dónde empieza a comerme del ano hasta mi clítoris. Aprieto las sábanas. Me come el coño de una manera suculenta.
-Follame- le pedí y no tengo que repetirlo. Me sujeta de las caderas y me penetra profundamente. Me encanta su estilo cavernícola para follar.
Su gordo pene entre en mí bruscamente, sus embestidas son duras y yo sólo quiero más. Me voltea para quedar enfrente de mí sin dejar de follarme. Mis pechos se mueven de arriba a abajo gracias a las fuertes embestidas. Intento no gritar tan fuerte pero me cuesta. Giro hasta quedar encima de él y empezar a moverme rápidamente de arriba a abajo, él jala mis pezones y aprieta mis nalgas. Me toma de las caderas y me folla mucho más rápido y duro. Me encanta. Lo veo fijamente a los ojos y después de un par de embestidas me corro al mismo tiempo que él, estoy temblando muchísimo de tanto placer.
Me acomoda debajo de él sin dejar de mirarme.
-Me encantas- dice para después dejar muchos besitos en mis labios. Me rio un poco.
-Tú también me encantas- sonríe cuando lo digo.
No deja de mirarme.
-Dilo- digo acomodándome un poco. Siempre sabe.
-¿Te cogiste a mi padre?- pregunta sin dejar de acariciarme la mejilla, me froto contra él. Esta enojado pero hay algo más.
-Sí- digo volteando mi cara para besar la palma de su mano.
Siento su pene duro contra mi pierna.
-¿Te gustó?- pregunta ahora tocando mis labios. Todo esto sin dejar de mirarme directamente a los ojos. Eso era la otra cosa, está excitado.
-Sí- contestó moviendo mis caderas hacia arriba y hacia abajo en un ritmo lento.
Su dedo índice entra en mi boca y yo lo empiezo a chupar.
-¿Qué tanto?- pregunta y siento su pene cada vez más duro.
Tomo su mano libre y la bajo hasta mi coño para que sienta lo mojada que estoy. Saca su dedo de mi boca. Está tan enojado como excitado.
-Mucho- su mandíbula se aprieta tanto como la de su padre. No tengo ni puta idea de cómo sentirme, pero mi coño si.
Voy a volver a hablar cuando él no dice nada pero me toma de las caderas hasta dejar mi culo a su disposición. Me respiración va como loca.
Grito cuando deja caer su mano en mi culo tan fuerte  que me provoca ganas de llorar. Silencio, más que nuestras respiraciones totalmente aceleradas.
Me golpea de nuevo y esta vez alcanzo a amortiguar mi grito contra el colchón. Ya perdí la cuenta de cuántas veces he estado temblando como loca en este día.
-Más- me sorprendo yo misma cuando lo digo. No le toma ni medio segundo para volver a golpearme con su fuerza bruta. Dudo mucho que vaya a poder sentarme en un buen tiempo.
-Sabes que me importa una mierda que te cogas a quien quieres, pero a mi papá- si voz parece sacada del infierno. Vuelve a golpearme. Estoy jodidamente excitada.
Intento hablar pero él me calla.
Empieza a acariciar toda mi espalda, despacio, suavemente.
Se pone encima de mi apretándome más contra el colchón. Abre mi culo, yo levanto mis caderas un poco para que pueda hacer lo que se le dé la gana. Me besa la cara y cuando menos me lo espero me penetra súper fuerte. Jamás lo había sentido tan grande.
Grito, de nuevo, contra el colchón. Él me folla durísimo pero me acaricia suavemente. Sus manos aplastan mi espalda baja contra el colchón pero mi culo sigue levantado. Me jala un poco el cabello y me embiste súper rico. Estoy gimiendo como loca. Él está disfrutando como loco.
Estoy apunto de correrme pero él gruñe, sale de mí y se corre en toda mi espalda. Me rio porque me está castigando. Quiero tocarme pero no me deja, me jala hasta él.
-Jamás había estado tan enojado y excitado al mismo tiempo- dice besando mi frente.
No digo nada y tampoco puedo hacer nada porque me tiene presa en su brazos.
No tengo ni idea de cuánto tiempo llevamos así.
-Perdón- dice soltando mis muñecas para después acariciar mi cabello y después mi culo con muchísimo cuidado. No importa qué tan suave lo hace, me duele muchísimo.
Me recargo en su pecho para verlo directamente a los ojos. Niego con la cabeza.
-Creo que encontramos una nueva forma de darnos muchísimo placer- me mira sorprendido- sabes qué te hubiera mandado a la mierda al primer golpe sino me hubiera gustado- sonríe porque sabe que es cierto.
Me besa lento, totalmente distinto a lo de hace rato. Y sé que estamos bien.
Siento como su respiración se hace cada vez más lenta. Me levanto lentamente para no despertarlo y me pongo la tanga para bajar por un poco de agua.
Tomo como tres vasos y sigo con muchísima sed, me recargo en la mesa dejando mi culo al aire y me tomo el cuarto vaso lentamente.
Siento unas manos recorrer mi espalda y me enderezo rápidamente pero choco con un pecho duro.
-¿Eso te lo hizo Nathaniel?- su voz me embriaga por completo y mi piel reacciona a él en segundos.
Empieza besar mi cuello al mismo tiempo que acaricia mi abdomen. Puedo sentir su pene contra mis nalgas. Me muerde el cuello y yo gimo.
-¿No vas a contestarme?- pregunta para después soplar donde me mordió. Lo miro por encima de mi hombro sin decir nada, él niega con la cabeza y me besa demandante. Me aprieta el culo y chilló contra su boca, él muerde mis labios pero no deja de apretarme el culo. Respiro agitadamente y me escuecen los ojos. Deja de morderme y apretarme antes de que salgan las lagrimas.
-¿Así que te gusta muy duro y brutal?- pregunta acariciando lentamente mis pechos. Lo miro fijamente a los ojos, no quiero decir nada porque no sería como darle permiso y no quiero darle permiso pero si quiero que me folle.
Niega con la cabeza y antes de que pueda reaccionar me aprieta contra la mesa haciendo que mis pechos quedan aplastados por ella y deja mi culo a su disposición. Me agarra los brazos llevándolos atrás para evitar que me mueva.
-Voy a dar por hecho que te gusta muy duro- sonrío porque es cierto.
Siento como cae su saliva en mi culo y cómo una de sus manos se suelta para empezar a frotar mi ano. Paso saliva.
Entra en mi ano de una sola embestida y me duele muchísimo, se detiene sólo unos segundos para que pueda acostumbrarme para después empezar a penetrarme brutalmente, gimo y lloro al mismo tiempo. Puedo sentir mis fluidos resbalarme por las piernas.
Después de unas cuantas embestidas el dolor desaparece dejando paso a un placer gigantesco. Empiezo a moverme contra él y él gruñe.
Sus embestidas aumentan de ritmo, al mismo tiempo que muerde mi cuello.
Grito ligeramente porque no puedo evitarlo y él muerde más en respuesta.
Toca mi clítoris para después penetrarme con sus dedos la vagina, sus dedos se mueven al mismo ritmo que sus embestidas y ahora si grito de verdad, él me muerde aun más fuerte.
-Córrete para mí zorrita- gruñe en mi oído. Mi cuerpo empieza a temblar muchísimo y me corro apretando su pene y sus dedos en mi interior. Sale de mí y me pone de rodillas frente a él, su chorro de semen sale disparado a mi boca y cara y yo lo lamo gustosa. Me levanto y chupo mi dedo qué tiene un poco de su semen. Sonrío.
-Cuento con que vengas a visitar a la familia más seguido- dice pasando súper cerca de mi apretando un poco mi culo para después salir de la cocina.
Voy hasta el cuarto y me acuesto tranquilamente a lado de Nathaniel, qué en cuanto me siente me abraza hasta pegarme a él.

++++++++++++++++++++
DM si necesitas ayuda

Relatos Eróticos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora