🌿 CAPÍTULO 10 🌿

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Eran las diez de la mañana cuando la espalda ancha de Josh se pasea por la cocina. Es alto, de piel un poquito oscura, y músculos iguales a los de Oscar.

—Hola Lena.

—Hola —le devuelvo el saludo.

Se detiene un momento con un sándwich a medio masticar.

—Recuerdo que antes hablabas un montón. —le da un mordisco— Ahora es casi imposible escucharte.

Le sonrío.

—Supongo que las personas cambian. 

Me mira unos instantes, como si me analizara. 

—Tienes razón, las personas cambian, pero hay cambios bruscos que solo indican una cosa —se acerca y yo no soy capaz de dar un paso atrás— ¿Qué te hicieron? 

Parpadeo, era la primera vez que alguien hacía una pregunta diferente a "Hablas muy poco" acompañado de un: "¿Por que?" esta, a pesar de sentirse como una combinación del "¿Todo bien?" se sintió mas profundo, quemó mi corazón lo suficiente como para que las lágrimas quisieran salir. 

¿Qué que me habían hecho? Creo que ni siquiera yo habría pensando en preguntarme eso a mi misma en primer lugar. 

Ensancho mi sonrisa, lo hago cada que siento que están por descubrir que voy a mentir, pero a mentir con un:

—Estoy bien, solo sentí que posiblemente hablaba demás, pero nada del otro mundo. 

—Pues te cuento, que esta nueva tú que casi no habla sigue siendo mi querida prima, y la parte de ti que hablaba como si se hubiese tragado una radio en plena mañana, también lo es. Seas quien seas, sin importar el cambio, no te pierdas, si te pierdes tú, nadie más podrá encontrarte. 

Sin más se alejó, no me dejó responder, ni me dió tiempo a replicar, simplemente se fue, con pasos decididos y con un sándwich que no era parte de su dieta de ejercicios en manos, disfrutándola como si fuera sumamente deliciosa, como si detrás no hubiese dejado a una Lena con el alma en pedacitos pequeñitos. Pero no de esos pedacitos que lastiman, sino de esos pedacitos que quisieran encontrarse unos a otros y unirse. 

Mas tarde apareció Arthur en casa, con Carla, la chica que parecía ser pareja de Josh, Oscar se apareció minutos antes. 

Camine fuera de la sala principal, que era donde habían estado todos los presentes actualmente, Yudith, Mariana, Josh, Oscar, Arthur, y Carla. 

Carla fue la primera en seguirme, Arthur siguió tras ella, con una radio pequeña que conectaron a su celular. 

—Estas de vacaciones Lena, dale un poco de animo a tu vida. —toma el celular de la mano de Arthur y navega unos segundos hasta que empezó a sonar la música que parece que estaba buscando— Ven y baila con nosotros. 

 Carla aprovechó para empezar a bailar libremente, no era vulgar, simplemente estaba sonriendo y moviendo el cuerpo con una alegría contagiosa. Me hacia señas con las manos de que me acercara, pero yo negué con la cabeza y simplemente sonreí, era divertido verlos, también a Arthur, que se había unido al baile de Carla. 

El sonido cambió, y parece haber sido uno que les gustaba mucho porque vitorearon como si hubiesen escuchado un clásico, Arthur se acercó a mi y tomó mis manos, me impulsó a ponerme de pie.

—Esta es buena.

—Pero no se bailar— casi chille.

—Tú solo síguenos. 

Claro, seguirles el paso, como no. Sintiendo vergüenza aun, los mire unos instantes y empecé a hacer sus mismos pasos, había una parte de la canción que se repetía unas tres veces, y era justo en esa que los tres hicimos lo mismo. 

Dos canciones después, los tres nos sentamos, con una gran sonrisa en la cara, me sentía mejor, y ni siquiera sabia que no me sentía a gusto al principio. Ambos volvieron a donde estaban los demás, yo me quede allí, con la tranquilidad que me acompañaba, no podía pedir nada más.

Me acerco a la puerta y recuesto del umbral, las fuertes risas detrás de mi se escuchan entusiasmadas, me cruzo de brazos observando al sol con intenciones de dar paso al atardecer, posiblemente eran las cuatro de la tarde. 

Siento a alguien rodearme en un abrazo y el corazón me da un vuelco más estruendoso que todas las veces anteriores que se ha alterado. 

—¿Observando el horizonte? —Alza la mano derecha para darle mas dramatismo a su oración. 

—¿Qué te hace pensar eso? —me río sin moverme de lugar. Estoy nerviosa, aunque no lo suficiente para temblar, solo es la sensación de tener a alguien abrazándome desde atrás, o más bien, la sensación de estar conciente de quién es ese alguien.

—Es que tienes la mirada fija, allá —señala con un dedo al frente.

—Ahh —me hago la desentendida y sonrío —Puede que si.

Nos mantenemos sin movernos unos segundos, aquellos en los que siento el corazón latir al compás de alguna música imaginaria, no tan rápido, pero tampoco tan lento, como el punto medio, como el calorcito del atardecer que tenemos en frente.  

—¡Arthur, ven a ver esto! —gritan desde dentro.

—¡Voy en un momento!—responde él y parpadeo, ni siquiera se ha movido y siento una extraña sensación de enojo por dentro— No te quedes aquí sola —Gira un poco mi rostro y deposita un beso en mi mejilla. —Entra y conversa con nosotros.

El revoltijo que siento en el estomago con un sin fin de emociones combinadas no me deja decir nada, ni siquiera cuando vuelven a gritar su nombre y el maldice antes de entrar y preguntar que sucede. El espacio que ocupaba a mi espalda ahora se siente vacío, me hormiguean las manos, y un cosquilleo se pasea por mis brazos haciéndome frotarlos. 

Lo que siguió de la tarde no volvió a ser igual, rato después se habían despedido los chicos y Josh también los acompañó fuera, quien sabe a donde habrán ido. 

Mariana igual tuvo que salir, y Yudith me hizo compañía unas horas, hablamos un poco y entre charla nos encontramos con el abrigo que había dejado Arthur de aquella vez que me contaron las chicas que bailó de la nada, como si fuera estríper. Era claro, con muchos colores y rayas. Lo tomé y lo dejé sobre mis cosas, la ayude a guardar nuevamente luego de encontrar lo que buscaba en el armario y el abrigo quedo entre mis cosas, no me moleste en devolverlo, lo olí, y lastimosamente ya no tenia el olor característico de su dueño, parece que incluso a él se le había olvidado donde lo había dejado tirado. 

Lo mantuve cerca de mi en los días siguientes, bueno, no exactamente cerca, solo estuvo entre mis cosas unos días, otro de esos me lo había puesto, temerosa de que apareciera el dueño y tuviese que quitármelo y devolverlo, pero, por suerte, los días que aparecía no lo traía conmigo. No sé que será lo que esta pasando conmigo y mis emociones, pero se me altera el pulso cada vez que lo veo, y no es exactamente nerviosismo, es mas como si sintiera alivio, alivio de que sigue pasando por casa y tuviese unos segundos para verle sonreír, o simplemente estar aquí, hablando conmigo. 

Lo que sea que hiciste conmigo Arthur, espero que se arregle, no tendré estas vacaciones para siempre...

Lo que sea que hiciste conmigo Arthur, espero que se arregle, no tendré estas vacaciones para siempre

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#SeLesQuiereDeAquiACarrasco 🖤
Stefii fuera 🌹

Aquel Inolvidable Verano© (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora