𝟑𝟖. 𝐔𝐍𝐀 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐕𝐄𝐙

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𓆩 𝐄𝐧𝐳𝐨 𓆪

𝐇𝐨𝐫𝐚𝐬 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬...

La luz del sol ha entrado por la ventana ocasionando que el sueño se corte, abro los ojos lentamente, levanto mi muñeca y reviso la hora que marca el reloj, ya pasó el mediodía.

No acostumbro a despertar tan tarde pero anoche me desvelé lo suficiente para dormir como una roca, hay un ligero dolor en mi cabeza y tengo náuseas.

Tomo mi teléfono de la mesita de noche y busco algún mensaje de mi princesa, lo hay, sonrío, siempre lo hago pero el hecho de que no se haya olvidado de este día me hace sumamente feliz.

A su lado me siento como un adolescente, me emociono igual que cuando alguien recibe su primera carta o da su primer beso, sus labios no fueron los primeros que probé pero cuando los toqué, entendí que nunca antes había besado con tanto deseo.

La adoro, con cada parte de mí, la amo, con todo el corazón, y daría lo que fuera por pasar el resto de mi vida a su lado.

♣︎

He terminado de ponerme más guapo, tal y como Ari lo pidió, faltan algunos minutos para que den las ocho y para que el tiempo pase más rápido me pongo a revisar el libreto del proyecto en curso.

Mi teléfono suena, Elisa me ha enviado un mensaje.

...Te lo advertí, ¿qué vamos a hacer ahora?...

...¿De qué hablas?...

Ha enviado un link, lo abro y me lleva a la aplicación de Tiktok, no entiendo lo que veo.

...¿Y eso qué es?...

...Míralo bien, te dije que esa mujer no te convenía...

He perdido la cuenta de las veces que he reproducido el vídeo, los latidos de mi corazón son desenfrenados, parpadeo varias veces pensando que mi mente me está jugando una broma pero no es así, el rostro de Ari sigue ahí.

Recuerdo aquel día, cuando acepté que ese imbécil se sentara con nosotros, me di cuenta de sus intenciones pero la seguridad que Ari me brindaba me hizo creer que no tenía de que preocuparme.

A mi cabeza están llegando mil pensamientos, uno de ellos es el comportamiento tan extraño que Ari tuvo después de verse con él, me niego a creer que fue capaz de tirar a la basura todo lo que teníamos.

♣︎

—Enzo, ábreme por favor —un par de golpes logran sacarme del huracán que hay en mi cabeza. —Amor, necesitamos hablar —su voz es dulce pero en estos momentos todo a mi alrededor es amargo, incluyendo mis lágrimas.
—No me iré hasta que hablemos —exhalo, intentando sacar toda mi tristeza pero sigue aquí, adherida, sé que no va a irse así que me acerco a la puerta y abro.

—¿De qué quieres hablar? —no quiero mirarla porque sé que al instante voy a quebrarme.

—No llegaste —sorbe la nariz, asiento dándole la razón. —Puedo explicarlo —la tristeza se agranda al escucharla llorar.

—¿Puedo pedirte un favor? —asiente con la cabeza despacio. —Ve a casa, no quiero hablar ahora.

—No quiero irme, tengo que —

—Por favor, hablamos después.

La miro directamente para después cerrar la puerta, sé que no fue lo correcto pero realmente no quiero hablar ahora, no quiero decir algo que la dañe, tengo que calmarme primero y cuando todo esté mejor la buscaré y solucionaremos esto, porque estoy seguro de que existe una solución.

El teléfono no deja de sonar y no quiero averiguar el motivo así que tomo la decisión de apagarlo.

♣︎

Estoy acostado mirando hacía la nada, toco mi tatuaje y lo encuentro como la locura más cuerda que he hecho, recuerdo ese día, la emoción que teníamos mientras Gérard plasmaba algo tan significativo para nosotros pero tan simple ante los ojos del resto.

Recuerdo también la manera en que me besa, en como me toca, en todo lo que su mirada me transmite, me levanto rápidamente de la cama y camino hasta la puerta, no esperaré nada, iré por ella porque a su lado es donde encuentro mi calma.

—Enzo —dice Elisa en cuanto abro la puerta. —¿A dónde vas? —

—Ahora no puedo —pongo mis manos sobre sus hombros y la rodeo.

—¿Vas a buscarla? ¿Después de lo que te hizo? —me detengo y giro para quedar frente a ella.
—Enzo, te avergonzó frente a todo el mundo, el vídeo es claro —

—No me importa, confío en ella y sé que no sería capaz de hacer algo así —

—¡¿Es enserio?! ¡¿Qué más necesitas para quitarte esa venda de los ojos?! —pongo los ojos en blanco.

—No necesito quitarme nada, nos vemos después.

Subo al auto y lo enciendo, sólo quiero llegar a su casa y rodearla con mis brazos, salgo del estacionamiento y emprendo mi camino.

La pantallita del auto se enciende, es una llamada de Matías pero la ignoro, más tarde veré que necesita.

Avanzo algunas calles y la pantalla se vuelve a encender y esta vez decido responder.

¿Qué pasa Mati?

¿En dónde estás? —frunzo el ceño, su voz es diferente, suena preocupado.

Estoy conduciendo, voy a la casa de Ari

Detente, necesito decirte algo importante

Mati, no tengo tiem

Hazlo —obedezco y me estaciono en el primer lugar que encuentro.

Listo, te escucho —está tardando, sólo reconozco su respiración pesada.

Nicolás acaba de llamar... dijo que... Ari... —mi corazón vuelve a enloquecer.

¿Qué pasó con Ari? —

—Tuvo un accidente, está en el hospital —

—¡¿Me estás jodiendo?! —

—Te acabo de enviar la ubicación, no tardes por favor.

La llamada termina y una presión se instala en mi pecho, piso el acelerador, a unas calles observo el auto de Ari, está deshecho, hay policías, tránsitos, las luces rojas y azules alumbran mi rostro.

Empiezo a pedir a cualquier fuerza celestial que mi chiquita esté bien, quiero abrazarla, aunque sea una última vez.


꒦꒷♡꒷꒦︶︶꒦꒷♡꒷꒦︶︶꒦꒷♡꒷꒦

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𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐕𝐎𝐆𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐂 - 𝐔𝐍𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂𝐄𝐃 𝐄𝐒𝐒𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora