Rojo y violeta

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Este es un pequeño prólogo.

Me pareció la mejor manera de dar a entender como funcionan las marcas de alma en este mundo. Si existen preguntas o algo no se entendió agradecería mucho que las hicieran para que pudiera tomar nota de ellas y tratar de explicarlas mejor en los siguientes capítulos.

Intentare subir capítulos cada Martes.
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Nació con una marca roja en la frente.

La mayoría de la gente nace con una marca, algo sutil, apenas distinguible del resto de la piel, los lunares o las manchas.

Con el tiempo se van volviendo más grandes y coloridas, algunas tienen el color rosaceo de los labios de la otra persona, aquellas son burdamente llamadas "besos del amante", haciendo que la gente se emocione demasiado sobre ellas.

Otras tienen el color de la piel, cambiando también el subtono de las venas y hasta el color del vello corporal. Estas son las más sutiles, pero siempre existía una diferencia superflua con la piel común. Son extremadamente comunes en las parejas multi-raza.

Los colores más vivos representan el cabello y pueden cambiar el color de la piel de formas más llamativas que las anteriores. A veces aparecen en el pelo provocando mechones rojizos, oscuros o rubios que crecen desde el cuero cabelludo, la gente que las tiene suele raparse esa zona para dejar a la vista el patrón.

Y algunos más extraños, eran de colores grises, miel, verdes o azules, emulando los ojos del compañero destinado, éstos casi siempre aparecen en el rostro.

Con todas estas probabilidades y matices, así en toda la historia, no se había conocido a un niño con una marca roja. Por qué siendo honestos. ¿Qué se supone que eso emula?

Cuando Megumi era solo un niño pensaba que se trataba del "beso del amante", ingenuamente pensó que se trataría de una niña de labios carmín como los de su maestra, la mujer tuvo que desmaquillarse y explicar que en realidad ninguna mujer tenía esa coloración de labios, en ese entonces Megumi no se agobio, imagino a una niña de pelo rojo como la joven del programa favorito de Tsumiki, hasta que se enteró que ese color también era artificial.

La gente lo miraba extraño cuando hablaba de ello y Megumi dejó de preguntar antes de obtener una respuesta. Aún así las habladurias a su alrededor no pararon, "desconcertante" era la palabra que los adultos más educados utilizaban, en general, para toda su persona. "Raro" era más apropiado según los niños, algunos salían con teorías salvajes del porque su marca era roja, cada una más desagradable que la anterior.

-Eso es raro Fushiguro-kun-Dijo una niña que siempre intentaba tocar la frente de Megumi.

Otra niña con mochila rosa y pelo rubio en coleta se le acerca por detrás-¿Tal vez es por su sangre?

-Tal vez tu alma gemela tuvo un accidente horrible y quedó desfigurada-Casi grito un niño estúpido con cabello y una marca negra en su mano.

El niño al lado suyo se ríe a carcajadas-Podría tener tiña o alguna enfermedad que pone su piel roja.

El niño estúpido sonrió muy satisfecho consigo mismo cuando Megumi lo miro con los ojos bien abiertos de lo asustado que estaba-Tal vez no tiene ojos como el perro de Yuji Jajaja.

La niña rubia lo miro con furia y me grito-Eres un idiota Mono, mi perro si tiene ojos, solo no ve.

-Se ven rojos, es feo y miserable.

La niña se molesto y le aventó su lonchera, Megumi la recogió y se la volvió a aventar a Mono, con mejor puntería.

Las bromas llegaron muy lejos, Megumi empezó a golpear a los niños que decían cosas horribles sobre su persona especial, pero no importaba cuanto intentará mantenerlas fuera las palabras se quedaron en su cabeza. Un día fue corriendo a un hospital con la capucha puesta al final de la jornada escolar.

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