Gris.

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Qué gris se ve todo cuando alguien se marcha de tu vida. 

Te deja un sabor amargo y un sentimiento de incertidumbre. 

Pierdes la noción del tiempo, tu cuerpo tiembla, las lágrimas caen despacio y tu garganta se vuelve un nudo.

No puedes dejar de pensar ni un mísero segundo de pensar en cómo ha ocurrido todo; en cómo ha cambiado tu vida de repente, sobre todo si se fue sin hacer ruido. 

Un peso invade tu pecho y te percatas de lo lenta que pasa la vida; de lo eterno que parece todo cuando la tormenta llega; de lo efímeros que somos.

Se ve todo tan borroso que asusta. Todo se ve tan nublado que no te das cuenta de que estás cayendo en picado, una y otra vez, cada vez más profundo.

Y cómo duele. 

Sentimientos donde florecíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora