★ 𝙎𝙩𝙖𝙧𝙜𝙞𝙧𝙡, 𝙒𝙖𝙡𝙠𝙚𝙧 𝙎𝙘𝙤𝙗𝙚𝙡𝙡 ☆

𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚 ★

«No dejo de mirarte ni un segundo

cuando no estás desaparece el mundo. 

Mejores noches yo no creo que existan»

A Dónde Vamos, Morat 

★☆★

—No estés nerviosa —me dijo mi padre mientras conducía hacia el estudio.

—Para ti es fácil decir eso —respondí llevando una mano a mi boca, con intención de morderme las uñas.

—Para —dijo mi padre dándome un manotazo, cosa por la que protesté—. Estate tranquila, ya lo has echo antes. Créeme, te van a adorar.

Yo me giré para mirar por la ventanilla. Era el día en el que iba a conocer a algunos de mis compañeros de rodaje en la nueva serie de Disney+, Percy Jackson and The Olimpians. Yo había leído los libros siendo algo más pequeña y estaba muy orgullosa de que ese fuera mi primer proyecto. Mio. Me habían contratado a mí. Por primera vez, no estaba actuando por influencia de mi padre.

No te quejes, le diste un abrazo a Scarlett Johansson.

Mis piernas empezaron a temblar cuando vi que entrábamos al recinto.

—Ya no quiero hacerlo —le dije a mi padre—. Vamonos.

—Mack, has trabajado mucho para llegar hasta aquí —dijo mi padre, paró el coche y se giró hacia mí—. Escúchame. Estás nerviosa, lo entiendo. Es tu primer proyecto por tu cuenta, sin mamá o papá. Será difícil.

Mi padre me agarró el mentón y me obligó a mirar a sus intimidántes ojos verdes.

Intimidántes ojos verdes que nosotras no heredamos.

—Ahora —dijo mi padre mientras se quitaba el cinturón de seguridad—, vas a entrar ahí y vas a enseñarle a esa gente quien es Mackenzie Hemsworth. ¿Entendido?

Yo asentí, ahora emocionada.

—Sí, señor.

Mi padre sonrió y me revolvió el pelo.

—Andando, canija.

Bajamos del coche y caminamos hacia el edificio en el que me reuniría con Rick y con el resto de actores. La parte buena es que ya conocía a la chica que interpretaba a Annabeth, Leah. Nos presentaron hace un par de meses y comenzamos ha hablar. Habíamos creado una buena relación de amistad.

Leah ya conocía a los chicos que interpretaban a Percy y a Grover, lo que me convertía en la única del grupo a la que no habían presentado.

Sin presión.

Daba vueltas por la sala en la que mi padre y yo esperábamos a Rick. Mi padre me miraba dar vueltas, intentando tener paciencia conmigo.

—Me estás dando dolor de cabeza —me informó desde su asiento.

—¿Y si no les gusto? —pregunté angustiada al aire—. ¿Y si no lo hago bien? Tal vez deberían buscarse a otra Maya.

—No digas tonterías, Mackenzie —escuché decir a una voz detrás de mí, me tensé y sentí mi respiración entrecortarse—. Recuerda que yo te elegí, no debería de importarte la opinión de los demás.